Ballesteros, h¨¦roe en su trofeo
El golfista espa?ol derrota a Montgomerie y conduce al continente a la victoria ante las islas
Hace unos d¨ªas, a su regreso de Augusta, Severiano Ballesteros y Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal se juntaron para hablar del inminente Trofeo Seve Balleteros, que enfrentar¨ªa en Sunningdale, en las afueras de Londres, a los mejores golfistas de la Europa continental con los del Reino Unido e Irlanda. Hablaron y su esp¨ªritu se elev¨®. Salieron decididos a dar el m¨¢ximo, y m¨¢s all¨¢, en uno de los enfrentamientos m¨¢s estimulantes con el que pudieran so?ar. Pudieron pensarlo todo, dise?ar la estrategia, pensar en los puntos d¨¦biles de su equipo, en los fuertes del rival, pod¨ªan haberlo pensado todo, pero seguramente ninguno de los dos so?¨® siquiera con el extraordinario final que tendr¨ªa el torneo. S¨ª, pod¨ªan prever que su equipo, el continente, ganara por un s¨®lo punto conseguido casi en el ¨²ltimo partido, pero no que los dos ser¨ªan los ¨²ltimos protagonistas: Ballesteros, ganando un punto incre¨ªble al capit¨¢n rival, el escoc¨¦s Colin Montgomerie; Olaz¨¢bal, sellando en el octavo partido individual, el antepen¨²ltimo del torneo, el punto decisivo con su victoria sobre otro escoc¨¦s, Gary Orr.El enfrentamiento, que comenz¨® con empate a ocho los 10 partidos individuales de la tarde dominical, termin¨® 13,5 a 12,5 a favor del continente. Termina as¨ª la primera edici¨®n de una competici¨®n inspirada por el genial jugador espa?ol que ha conquistado a los aficionados de toda Europa. Acaba de nacer y ya se ha convertido en un cl¨¢sico del golf: ning¨²n jugador, y participaron los 20 mejores europeos, dese¨® en ning¨²n momento no imponerse, como si en ello les fuera la vida y no s¨®lo los 27 millones de pesetas que se embols¨® cada uno por el triunfo.
Severiano Ballesteros, de 43 a?os, no gana un torneo individual desde 1995. En los ¨²ltimos a?os sufre para pasar el corte y ha descendido al puesto 590? en el r¨¢nking mundial. Darle recto a la bola con el driver, no salirse de la calle, es una haza?a a veces para Ballesteros. Esta temporada no ha pasado el corte de ninguno de los cuatro torneos en los que ha participado. Su partido contra el capit¨¢n rival, Colin Montgomerie, parec¨ªa, pues, un mero tr¨¢mite protocolario. Capit¨¢n contra capit¨¢n, un punto para los isle?os y a sudar los dem¨¢s. No en vano, Montgomerie es el n¨²mero tres del mundo, ha ganado, con la de 1999, siete ?rdenes del M¨¦rito europeas consecutivas y el a?o pasado se impuso en cinco torneos. Nada, ah¨ª est¨¢n, el hombre del driver errante contra uno de los m¨¢s afinados del mundo, encarnizado jugador matchplay adem¨¢s.
"Si he de ser sincero", confes¨® Ballesteros, "ni yo mismo confiaba en que pudiera ganar". Hay quien podr¨ªa recurrir a hablar de milagro, de toque m¨¢gico o de ayudas celestiales o extraterrestres para intentar explicar que en los primeros cuatro hoyos del partido Ballesteros hiciera cuatro birdies por dos de Montgomerie. Habr¨¢ tambi¨¦n quien diga que no, que no hay explicaci¨®n posible para que despu¨¦s de que Montgomerie empatara el partido en el s¨¦ptimo hoyo, llegara el und¨¦cimo y Ballesteros (par al 10?, birdie al 11?) volviera a mandar por dos. O para que pese a visitar todo tipo de roughs, a derecha e izquierda de la calle, rozar ¨¢rboles y sufrir para llegar a green, Ballesteros mantuviera la ventaja de dos hasta el hoyo 17?. Ser¨ªa demasiado f¨¢cil la explicaci¨®n sobrenatural. Ser¨ªa olvidar el car¨¢cter, el coraz¨®n y la sangre del indomable c¨¢ntabro. Ser¨ªa olvidar su calidad con los hierros cortos, con el putter en los greens. Ser¨ªa olvidar el inextinguible deseo de ganar que anima su alma. Y m¨¢s en su trofeo. H¨¦roe en su copa. ?nico. "Hac¨ªa muchos a?os que no sent¨ªa esta sensaci¨®n", dijo Ballesteros. "Estoy muy feliz".
"Nadie daba un penique por Seve contra Monty, pero todos los del equipo sab¨ªamos de lo que Seve ser¨ªa capaz en un d¨ªa como ¨¦ste", dijo Olaz¨¢bal. "?l ha sido quien ha ganado el torneo". Y pocos daban un penique por el continente frente a las islas y a domicilio. Pero, siguiendo la senda abierta por el viejo capit¨¢n, Sergio Garc¨ªa, que siempre march¨® por detr¨¢s, fue capaz de empatar en el hoyo 18? su partido con el norirland¨¦s Darren Clarke, el mismo que derrot¨® a Tiger Woods en la final del Mundial matchplay. Y Jarmo Sandelin, el extravagante sueco termin¨® arrasando al ingl¨¦s John Bickerton. El dan¨¦s Thomas Bjorn se lo puso dif¨ªcil al ingl¨¦s Lee Westwood, pero sucumbi¨®, como el alem¨¢n Alex Cejka ante el gal¨¦s Philip Price. Pero Bernhard Langer se sinti¨® rejuvenecer y no dej¨® de hacer sufrir al gal¨¦s Ian Woosnam, como el sueco Robert Karlsson al ingl¨¦s David Howell. El franc¨¦s Jean van de Velde no fue capaz de tomarse la revancha con el escoc¨¦s Paul Lawrie, el que le gan¨® el Open Brit¨¢nico, pero su derrota era simplemente necesaria para que Olaz¨¢bal, el pote de Ballesteros, su pareja perfecta en la Ryder, pudiera asumir su papel en el trofeo de su amigo: ganar el punto decisivo. Y hasta Miguel ?ngel Jim¨¦nez, otro del clan, pareci¨® preferir borrarse y cay¨® en el 10? partido ante el irland¨¦s Padraig Harrington. Pero ya no importaba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.