Ataques a plantaciones en Francia y Reino Unido

Los cultivos transg¨¦nicos tienen en los ecologistas espa?oles sus principales enemigos, pero la oposici¨®n de ¨¦stos a los sembrados no ha llegado a la radicalidad con que han actuado algunas organizaciones en Francia y Reino Unido. En este ¨²ltimo pa¨ªs, Greenpeace y Amigos de la Tierra asaltaron el verano pasado varias plantaciones en Inglaterra, vestidos de blanco como si de vigilantes de una central nuclear se tratara. La polic¨ªa detuvo a varios activistas, y su lider, lord Michael Meacher, se enfrenta a una condena judicial.En Francia, la movilizaci¨®n por la seguridad alimentaria es m¨¢s reciente, pero sigue el mismo proceso: ataques a los sembrados y presi¨®n sobre los agricultores. La ¨²ltima ofensiva se produjo el pasado d¨ªa 13 contra un campo de colza en L'Ari¨¨ge, en el suroeste del pa¨ªs, y en un hipermercado de Toulouse.

"En Espa?a, las semillas modificadas gen¨¦ticamente se venden como los tornillos en una ferreter¨ªa, lo que impide cualquier seguimiento o plan de control", dice el portavoz de Ecologistas en Acci¨®n, Diego Herranz. Greenpeace, por su parte, denuncia que esta "falta" de tutela ha permitido la importaci¨®n de variedades de ma¨ªz transg¨¦nico estadounidense no autorizadas en la Uni¨®n Europea. Su portavoz, Ricardo Aguilar, acusa al Gobierno de "promocionar el cultivo de transg¨¦nicos".

"La demanda de transg¨¦nicos ha bajado porque los consumidores los rechazan", sostiene Aguilar. A su juicio, "la reacci¨®n muy fuerte de la opini¨®n p¨²blica ha frenado la expansi¨®n de estos cultivos. Si no hay m¨¢s es por falta de mercado". Tambi¨¦n critica el etiquetado, "a¨²n muy deficiente", de esos productos modificados.

Sin evidencias

Los cient¨ªficos, sin embargo, son pr¨¢cticamente un¨¢nimes en la defensa de los transg¨¦nicos. Sostienen que la raz¨®n del rechazo de los consumidores no es otra que las campa?as alarmistas de los grupos ecologistas. Explican una y otra vez que no hay la menor evidencia cient¨ªfica de que supongan un riesgo para la salud ni el medio ambiente, y que los controles son exhaustivos con cada nueva variedad.

Muchos investigadores s¨ª ven un riesgo en que casi todas las patentes est¨¦n en manos de unas pocas multinacionales, pero advierten de que s¨®lo una gran empresa puede permitirse los controles que se exigen a estos productos.