M¨¢s pupas que nunca
El Atl¨¦tico se evapora y Kiko se ha quedado mudo. Feo asunto cuando al genio se le seca la l¨¢mpara. Hace unos d¨ªas, tras vapulear al Barcelona en la Copa, el gaditano exclam¨®: "Ojal¨¢ Jes¨²s Gil hubiera vuelto antes". Convencido o no, Kiko hab¨ªa encontrado una rendija para la esperanza. Pero, como en el f¨²tbol no da tiempo a digerir el presente, ayer, despu¨¦s de la agon¨ªa ante el M¨¢laga, al ser requerido por los medios de comunicaci¨®n, el jugador disculp¨® su renuncia: "Me he quedado sin argumentos". ?Qu¨¦ fue del efecto Gil? ?Y la magia de Antic? ?Y las vacaciones de Rub¨ª? La herida rojiblanca es tan profunda que hoy por hoy nadie advierte una anestesia posible.Cab¨ªa pensar en la escopeta de Jimmy, pero ayer se engatill¨® de mala manera. Fall¨® un penalti, se desquici¨® y termin¨® expulsado. En el peor momento posible se perder¨¢ algunos partidos y el Atl¨¦tico no ha presentado otros argumentos ofensivos en toda la temporada. Hasselbaink lleva 23 goles y quien m¨¢s se le aproxima en la plantilla es Solari, que ha anotado cinco.
Pod¨ªa sospecharse que el equipo se sostuviera desde la defensa. Apoyado en la indiscutible jerarqu¨ªa de su portero y en el bot¨ªn invertido esta temporada para cerrar el candado: Toni, Pilipauskas, Gamarra, Ayala y Capdevila. La estad¨ªstica dicta que despu¨¦s de 33 jornadas es el equipo m¨¢s goleado: 55 tantos en contra. Sin duda, la defensa rojiblanca es la l¨ªnea menos cotizada del equipo. Lo fue durante la italianizaci¨®n de Claudio Ranieri y lo sigue siendo con el aperturista Radomir Antic. Con Chamot y sin Chamot. Con cantera -Gaspar y Gustavo- y sin cantera.
Agrietada la defensa y bajo m¨ªnimos el ataque, a¨²n quedaba una agarradera: el centro del campo. En esta zona, Antic ha coqueteado con Lard¨ªn, ha repescado de forma intermitente a Paunovic, se ha enfadado con Solari, titubea con Bejbl, no acierta con Hugo Leal y vacila con Baraja.
Tampoco se huele que la inyecci¨®n llegue desde el banquillo, donde no se dan las mejores condiciones. Antic fue fichado por un administrador judicial que le hab¨ªa congelado una deuda pendiente y hoy despacha con un presidente que le despidi¨® hace menos de un a?o tras empujar al Atl¨¦tico a una final de la Copa del Rey.
Herido en los despachos, con el t¨¦cnico bajo sospecha y una plantilla azotada desde todos los rincones, al Atl¨¦tico le queda su fiel legi¨®n del Manzanares. Y encomendarse a alg¨²n paso de la Semana Santa. Porque visto que no hay argumentos futbol¨ªsticos, hasta Antic se persigna: "Hay que rezar". Y Jimmy hace ejercicios espirituales: "Pido perd¨®n por haber sido expulsado". Muchas bienaventuranzas y ni un s¨®lo evangelista que proclame su fe. Ni siquiera el gran Kiko.
Demasiadas pupas para un enfermo casi terminal que se retuerce en su lenta agon¨ªa mientras le atormenta una duda: ?Qui¨¦n caus¨® la herida?
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