Sue?os de arena
Varios voluntarios aconsejan a los chavales, que abandonan por unas horas la 'tele' y los ordenadores
Roc¨ªo y Alejandro, de 8 y 7 a?os, r¨ªen felices mientras re¨²nen una gran monta?a de arena en la playa. Luego la mojar¨¢n y pisar¨¢n para que adquiera una mayor consistencia y poder darle la forma de la figura que han elegido, un castillo. A su obra no le faltar¨¢ detalle alguno, porque a pesar de su corta edad han pensado en todo: almenas, r¨ªos, torres, escaleras e incluso en un puente levadizo, que guardar¨¢n peque?os soldados romanos. El entusiasmo de estos dos ni?os demuestra que tan s¨®lo se necesita arena y agua para dar forma a los sue?os, y por supuesto una gran dosis de imaginaci¨®n. De esto ¨²ltimo tienen m¨¢s que de sobra los 60 ni?os de 8 a 14 a?os, que participan en el I Certamen de Esculturas en la Arena, que se celebra en una c¨¦ntrica playa de Marbella. Para concursar s¨®lo existe una regla: divertirse y querer jugar con la arena. Desde el pasado lunes, los peque?os reciben unas clases b¨¢sicas en la playa para, a continuaci¨®n, comenzar a realizar sus esculturas. Seg¨²n los organizadores, no hace falta mucha destreza ni t¨¦cnica, s¨®lo derrochar imaginaci¨®n y fantas¨ªa, de la que sin duda los ni?os tienen m¨¢s que de sobra.
Los castillos de arena siguen siendo, sin duda, los favoritos de los m¨¢s peque?os, y varios grupos se han puesto manos a la obra para construir torres, fosos y murallas. Salima y Nahima, de 6 y 7 a?os, piensan coronar su castillo con las banderas de su pa¨ªs, Marruecos, mientras que Irene y Bego?a, de 11 a?os, quieren "que se parezca al de las pel¨ªculas, esas que dan miedo". Otros planean c¨®mo hacer una valla alrededor para no correr el riesgo de que se destruya su obra, que el salitre mantendr¨¢ con un poco de suerte al menos durante 15 d¨ªas. Sin duda no les falta raz¨®n para ser tan precavidos.
Quien, de peque?o, no ha llenado de arena cubo tras cubo para hacer castillos de leyendas en la orilla del mar, que luego las olas han ido deshaciendo poco a poco, o que han sido aplastados bajo los pies de alguien. Sin embargo, esta Semana Santa el principal peligro proviene del cielo, al que no le quitan la vista de encima, mientras cruzan los dedos para que no llueva. Parece que sus deseos han sido escuchados y hasta ahora el tiempo les ha acompa?ado, aunque el viento que se ha levantado en los dos ¨²ltimos d¨ªas es otra de las grandes amenazas que acechan a las figuras.
Pero, frente a los cl¨¢sicos castillos, tambi¨¦n hay grupos de ni?os que se han decantado por sirenas, lobos, dragones, osos y barcas, con los que utilizan -adem¨¢s de las manos-, pinceles, paletas y esp¨¢tulas para que no les falte ning¨²n aspecto, por m¨ªnimo que este sea. Mientras Nadia, Amin y Rochel, todos ellos de 12 a?os, se esmeran con la figura mitol¨®gica de la mujer pez, que eligieron despu¨¦s de descartar al mejor amigo del hombre, el equipo formado por Mar¨ªa Jes¨²s (11), Marina (9) y Fatima (12) est¨¢ enfrascado en que el oso que construyen a tama?o natural, "sea por lo menos bueno". Bajo la atenta mirada de Juan Jos¨¦ Betanzos y de varios voluntarios medioambientales, que se limitan a guiarlos y aconsejarlos, los ni?os desarrollan su imaginaci¨®n y al mismo tiempo se divierten jugando. "No necesitan m¨¢s que unas pocas nociones, y luego ellos solitos se las arreglan perfectamente", explica Betanzos.
La idea de tan original certamen parti¨® de este hombre de 32 a?os, que propuso al Ayuntamiento marbell¨ª organizar un concurso en la playa para los m¨¢s peque?os, de forma que disfrutaran de una actividad al aire libre "en lugar de estar sentados frente a la tele o el ordenador". En su decisi¨®n influyeron, por supuesto, los ni?os, que le preguntaban insistentemente por las esculturas que realiza desde hace varios a?os en las playas marbell¨ªes.
Betanzos, mec¨¢nico de profesi¨®n, lleva m¨¢s de ocho a?os haciendo esculturas de arena, obras de arte ef¨ªmeras que le llevan m¨¢s de una semana de intenso trabajo y que duran un m¨¢ximo de 15 d¨ªas. Su afici¨®n por este arte de arena le vino en un viaje a Benidorm. En aquella ocasi¨®n observ¨® c¨®mo un hombre moldeaba con sus manos la arena del mar y le daba formas incre¨ªbles. Decidi¨® convertirse en su alumno y aprender su t¨¦cnica, que posteriormente ha trasladado a las playas de Marbella, donde estos d¨ªas ense?a sus conocimientos a los ni?os.
Cada nueva escultura, compuesta por hasta diez personajes diferentes, se convierte, tras d¨ªas de esfuerzo, en su favorita. Luego, cuando el tiempo empieza a deteriorarlas le invade "una gran pena", y son sus ayudantes los que terminan por destruirla. Sin embargo, esa pena "le dura poco", porque su lugar es ocupado por una nueva figura.
La ?ltima Cena o los personajes del libro El nombre de la Rosa a todo color han sido algunas de las obras modeladas por este artista que han llamado la atenci¨®n de vecinos y turistas.
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