Tercer d¨ªa de violentos disturbios en Lille tras la muerte de un argelino por la polic¨ªa
La muerte del joven argelino al que mat¨® la polic¨ªa de un disparo en la nuca el s¨¢bado en Lille amenaza con echar por tierra el ambicioso plan de despliegue de la polic¨ªa de proximidad puesto en marcha por el Gobierno de Lionel Jospin. Por tercer d¨ªa consecutivo, la barriada Lille-Sur vivi¨® una violenta noche de enfrentamientos bajo los c¨®cteles m¨®lotov y los coches incendiados, las cargas policiales, los gases lacrim¨®genos y la lluvia de piedras. M¨¢s de 70 j¨®venes, 15 menores de edad, fueron detenidos durante la batalla campal librada hasta las tres de la madrugada del martes.
Los esqueletos de una veintena de veh¨ªculos calcinados, los escaparates rotos y los da?os en las marquesinas del metro mostraban ayer por la ma?ana la prueba del odio desatado en el barrio. El mismo odio y las ganas de revancha que hunden sus ra¨ªces en el sentimiento de exclusi¨®n, en la conciencia de ser vistos como ciudadanos de segunda, ha contagiado a otros suburbios de la ciudad y no parece que vaya a disolverse f¨¢cilmente, por mucho que la ministra de Empleo y Solidaridad y teniente de alcalde de la ciudad, Martine Aubry, y el titular de Interior, Jean-Pierre Chev¨¨nement, den testimonio de su solidaridad con los familiares de la v¨ªctima. Ni por mucho que, dada la urgencia de la situaci¨®n, la fiscal¨ªa haya ordenado el procesamiento e ingreso en prisi¨®n del agente autor del disparo, St¨¦phane Andolina, cuya puesta en libertad reclam¨® ayer el Frente Nacional de Bruno M¨¦gret. De hecho, el rencor y la violencia se han impuesto claramente sobre los deseos expresados por los padres del joven fallecido, Riad Hamlaoui, de 25 a?os, y sobre las pl¨¢ticas del rector de la mezquita local.
Las escenas filmadas en Lille-Sur reflejan estos d¨ªas im¨¢genes que la sociedad francesa identifica con latitudes y conflictos bien ajenos a Francia. J¨®venes que recitan versos del Cor¨¢n en actitud de desaf¨ªo a los aguerridos agentes de las CRS (polic¨ªa antidisturbios), mujeres y hombres col¨¦ricos o desolados que blanden la fotograf¨ªa de Riad Hamlaoi y grupos de encapuchados que practican el lanzamiento de piedras y de c¨®cteles m¨®lotov.
La v¨ªctima ha sido erigida en m¨¢rtir local, pese a que en el momento del drama ocupaba el puesto de copiloto en un coche robado por su compa?ero, detenido entonces y ahora puesto en libertad, y que se dispon¨ªa a poner en marcha el veh¨ªculo. Los testimonios de sus amigos muestran que Riad hab¨ªa bebido esa noche para festejar haber obtenido uno de los empleos juveniles dados por la alcald¨ªa de Lille.
A la tragedia se une el dato de que precisamente Lille-Sur es, o era, uno de los escenarios piloto seleccionados para probar el plan nacional de despliegue de la polic¨ªa de proximidad. Pese a su juventud, el polic¨ªa que tir¨® a matar a corta distancia, inducido, ha dicho, por un gesto sospechoso de su v¨ªctima, estaba considerado como un agente experimentado y sumamente sereno.
Lille-Sur marca un primer fracaso en el ensayo de polic¨ªa de proximidad. Seg¨²n los sindicatos policiales, los agentes encargados del programa llevan semanas soportando el hostigamiento de j¨®venes organizados que quieren mantener el barrio libre de la presencia policial.
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