Los males de la altura
Montar el campo base avanzado, trasladar buena parte del equipo y de la parafernalia de la expedici¨®n 1.200 metros m¨¢s alto, a lomos de yak, a diez horas de marcha del campo base. Todas las expediciones aqu¨ª presentes viven pendientes de este movimiento, que no significa otra cosa que ganarle terreno al Everest.Sin embargo, no s¨®lo preocupa la log¨ªstica, decidir cu¨¢ntas toneladas de comida se suben o cu¨¢ntas tiendas, qu¨¦ se deja y qu¨¦ se acarrea. Cada uno de los expedicionarios tiene que resolver una inc¨®gnita con su cuerpo; todos menos los afortunados veteranos (Oiarzabal, Ochoa de Olza, Cadiach, etc), cuyo cuerpo conserva la memoria de la aclimataci¨®n y apenas sufren cuando su organismo alcanza cotas m¨¢s elevadas. El resto ha de someterse al capricho del organismo de cada uno.
La aprensi¨®n es habitual y leg¨ªtima: el mal de altura garantiza un dolor horrible de cabeza como poco y severas vomitonas si la cosa se pone seria. As¨ª, cada cual conserva a mano su propio botiqu¨ªn, sus aspirinas y preparados para esquivar el mal.
Los especialistas recomiendan ganar s¨®lo 300 metros de altura diarios, pero aqu¨ª todos los habitantes del campo base han permanecido durante el trekking varios d¨ªas por encima de 5.000 metros, una altura cr¨ªtica. Pese a todo, nadie alcanza en un solo d¨ªa el campo base avanzado. A 5.800 metros se establece un campamento de emergencia, s¨®lo para pernoctar y seguir camino a la ma?ana siguiente. Cada uno, con sus dudas y sus sensaciones a cuestas. Tambi¨¦n sus jadeos, puesto que en esta cota el ox¨ªgeno llega a los pulmones con la mitad de la presi¨®n que conocemos a nivel del mar.
Una realidad frustrante es recordar que dos d¨ªas despu¨¦s de establecer el campo base avanzado tocar¨¢ retirada, desandar lo andado para cumplir a 5.300 metros con el ciclo de la aclimatai¨®n, que volver¨¢ a darse a los 7.000 y a 8.000 metros.
Al margen de estas preocupaciones, cada una de las expediciones trata de resolver sus menesteres. Al filo de lo imposible visti¨® el s¨¢bado a todo su equipo con los trajes de ¨¦poca que portaba el grupo de Mallory en 1924, cuya haza?a pretende homenajear, y grab¨® varios minutos dentro de una tienda, recreando los momentos en los que Mallory y Sommerwell se le¨ªan el uno al otro fragmentos de Shakespeare. A escasos cien metros, la televisi¨®n china desplegaba un equipo t¨¦cnico imponente: su ambici¨®n es conectar en directo desde la cima y servir im¨¢genes a un programa de prestigio de su pa¨ªs.
De momento, no han pasado del campo base, pero a partir de esta semana la mayor¨ªa de las expediciones concentradas aqu¨ª enfilar¨¢n hacia el interior del glaciar de Rongbuk. Un equipo de la policia moscovita alcanz¨® el viernes pasado el collado norte, a 7.000 metros, plant¨® sus tiendas y salud¨® al pasar a una expedici¨®n del ej¨¦rcito brit¨¢nico, a otra mixta y a una comercial que acababa de personarse en el base avanzado y cuyos miembros ya empezaban a preguntarse cu¨¢nto tardar¨ªa el mal de altura en saludarles.
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