El conflicto de los estatutos de la Universitat de Val¨¨ncia
Desde hace un par de semanas, los ciudadanos en general y los universitarios en particular asistimos con perplejidad a la cotidiana reiteraci¨®n en la prensa escrita del conflicto que enfrenta al gobierno de la Generalitat y el rectorado de la Universitat de Val¨¨ncia. El motivo es un determinado art¨ªculo de los estatutos de la Universitat. La perplejidad procede de que la reiterada menci¨®n cotidiana al conflicto en titulares de prensa no se acompa?a, de hecho, de ninguna novedad significativa. Es m¨¢s, una simple revisi¨®n hemerogr¨¢fica demuestra que desde el primer d¨ªa hasta el ¨²ltimo no ha aparecido ning¨²n argumento nuevo: se han venido reiterando los mismos datos y argumentos por parte de la Universitat y las mismas sospechas por parte de la Generalitat. ?Qu¨¦ es lo que justifica, entonces, la actualidad del conflicto, lo que ha provocado titulares, ruedas de prensa, cartas y entrevistas? O, m¨¢s a¨²n, cabe preguntarse ?qu¨¦ es los que hace persistir un conflicto que, bien mirado, carece de contenido legal o acad¨¦mico, y adem¨¢s tiene una f¨¢cil resoluci¨®n?Si el conflicto se refiere al contenido de un art¨ªculo de los Estatutos de la Universitat de Val¨¨ncia, podr¨ªa pensarse a priori que a) el art¨ªculo en cuesti¨®n vulnera la legalidad; b) que existe una diferencia de criterio acerca de las consecuencias acad¨¦micas que se derivan de su aplicaci¨®n, o c) que el conflicto obedece a una estrategia puramente pol¨ªtica. Sobre la legalidad del art¨ªculo parece que no hay nada que objetar, dado que ha estado vigente desde 1985. El Consejo Jur¨ªdico Consultivo ha reiterado en dos informes que se ajusta a la ley, que no es contrario al ordenamiento jur¨ªdico y que adem¨¢s est¨¢ legitimado por la autonom¨ªa universitaria. Si a esto a?adimos que durante los dos a?os y medio que ha tenido el texto, el gobierno de la Generalitat no ha planteado ninguna objeci¨®n formal y sus discrepancias s¨®lo se han traducido en la negativa a publicarlo en el Diario Oficial, el texto puede considerarse aprobado por silencio administrativo. As¨ª las cosas, el bloqueo a su publicaci¨®n representa un procedimiento inadmisible.
Por lo que respecta al contenido del art¨ªculo 167.4, el conseller de Cultura y el president de la Generalitat han expresado su preocupaci¨®n de que pudiera impedir que cualificados docentes e investigadores de todo el mundo ejercieran su labor en la Universitat de Val¨¨ncia. En consecuencia, han solicitado p¨²blicamente a nuestro rector que reconsidere su redacci¨®n. ?Habr¨ªa que recordar de nuevo que la autonom¨ªa es un derecho fundamental de las universidades, reconocido en el art¨ªculo 27.10 de la Constituci¨®n espa?ola? As¨ª lo ha recordado estos ¨²ltimos d¨ªas la Conferencia de Rectores de las Universidades Espa?olas (CRUE) a prop¨®sito de este conflicto, y ha acusado directamente al Gobierno valenciano de impedir que la Universitat de Val¨¨ncia ejerza ese derecho fundamental. He aqu¨ª otra vertiente lamentable del conflicto, el reiterado enfrentamiento entre el president de la Generalitat y los rectores universitarios; un enfrentamiento que en opini¨®n de la mayor¨ªa de los universitarios valencianos no es un buen s¨ªntoma de c¨®mo van las cosas en nuestra sociedad.
Ciertamente, es responsabilidad de los miembros del Gobierno valenciano velar por el buen uso de los fondos p¨²blicos que se invierten en la docencia y hacer todo lo posible para que una investigaci¨®n de calidad contribuya al progreso y al bienestar de la sociedad valenciana. Pero creemos que en ese mismo barco estamos todos y conviene que nuestros representantes pol¨ªticos est¨¦n muy tranquilos y tengan la absoluta seguridad de que todos sus temores respecto al conflicto que nos ocupa son infundados. Lo ha explicado con rigor el rector Pedro Ruiz con datos indiscutibles. La Universitat de Val¨¨ncia, con el art¨ªculo 167.4 en vigor desde 1985 y ahora mismo, es esa universidad "de amplias miras" que el president y el conseller reclaman. Los indicadores externos de evaluaci¨®n de las universidades -tanto en la docencia como en la investigaci¨®n- indican que se ha modernizado con rapidez en los ¨²ltimos 15 a?os, y en estos momentos figura entre las primeras universidades espa?olas en los aspectos docentes, en el rendimiento de su productividad investigadora y en la captaci¨®n de recursos externos. Una universidad que es -y puede serlo a¨²n m¨¢s- muy rentable intelectual, social, cultural y acad¨¦micamente a la sociedad valenciana. Una universidad que ha sido el hilo conductor de la ciencia y la cultura de esta ciudad durante siglos y que se ha convertido en una universidad europea y abierta al mundo, con una dignidad acad¨¦mica reconocida internacionalmente. Y eso gracias a la confianza y el apoyo de la sociedad, y tambi¨¦n del esfuerzo personal de quienes trabajan en ella, incluso en momentos en que los responsables pol¨ªticos no han sabido estar a la altura de las circunstancias.
Nos preguntamos, pues, si existe alguna raz¨®n de legalidad o alguna justificaci¨®n acad¨¦mica para que el gobierno de la Generalitat provoque este conflicto con la Universitat, un conflicto m¨¢s con el mundo universitario. Desconocemos si, en el contexto de la compleja partida de ajedrez que cada d¨ªa se juega en la pol¨ªtica valenciana, la creaci¨®n de este conflicto -que consideramos claramente pol¨ªtico, y no legal ni acad¨¦mico- puede aportar ciertas ventajas en la resoluci¨®n de otras cuestiones ajenas al asunto que nos ocupa. Pero estamos seguros de que no es bueno politizar asuntos acad¨¦micos, ni mantener artificialmente conflictos que tienen una f¨¢cil resoluci¨®n, m¨¢xime si enfrentan a instituciones que deben caminar de la mano, por el bien de la sociedad valenciana.
Los que vivimos y trabajamos cada d¨ªa en la Universitat de Val¨¨ncia sabemos que el conflicto que se ha generado no es real ni tiene contenido. No hay otra soluci¨®n razonable que la publicaci¨®n del texto y el respeto a la autonom¨ªa de una instituci¨®n que merece ser respetada. Porque no es bueno para la sociedad civil que la autonom¨ªa de las instituciones se vulnere directa o indirectamente por los mecanismos de presi¨®n que siempre puede articular el poder pol¨ªtico. Y m¨¢s peligroso a¨²n es llegar a confundir, en una sociedad democr¨¢tica, la mayor¨ªa absoluta con el absolutismo. Eso ya no es s¨®lo una cuesti¨®n de estilo, eso es un error imperdonable.
Los firmantes apoyan la postura del rector Pedro Ruiz ante la negativa
del Consell a aprobar el art¨ªculo 167.4
Con Josep Llu¨ªs Barona, firman este art¨ªculo 200 profesores y miembros del personal de administraci¨®n y servicios de la Universidad de Valencia.
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