La complicada 'operaci¨®n limpieza'

"La fase militar de la operaci¨®n antiterrorista en Chechenia se ha completado y las grandes formaciones rebeldes han sido eliminadas". Estas palabras del jefe del Estado Mayor ruso, general Anatoli Kvashn¨ªn, reflejan la posici¨®n del mando ruso, seg¨²n el cual el conflicto checheno ha quedado ya reducido a una operaci¨®n limpieza m¨¢s policial que militar. Eso, una limpieza de bandidos, fue, seg¨²n la versi¨®n oficial, la batalla de Komsomolskoye, un pueblo en las estribaciones de las monta?as, por cuyo control se luch¨® durante dos semanas y en cuyos escombros (casi lo ¨²nico que queda) rastrean a¨²n fuerzas especiales rusas equipadas con m¨¢scaras para defenderse del olor a carne muerta.

Estos d¨ªas llegan noticias sobre el env¨ªo de tropas de refresco al campo de batalla (3.000 paracaidistas al distrito de Shat¨®i, 500 al de Veden¨®), que el Ministerio de Defensa se niega a calificar de refuerzos pero que, en todo caso, dan idea de la magnitud de las operaciones y de que ¨¦stas siguen siendo m¨¢s militares que policiales.

El jueves, el parte b¨¦lico de rutina recog¨ªa m¨¢s de 80 misiones de bombardeo a¨¦reo en cuatro distritos de Chechenia, y no todos de las monta?as.

Incluso si la guerra se da por concluida, habr¨¢ durante a?os una fuerte presencia de las fuerzas de seguridad rusa en Chechenia: unos 28.000 soldados y efectivos del Ministerio del Interior que dif¨ªcilmente superar¨¢n la tentaci¨®n de la poblaci¨®n local a considerarla una fuerza de ocupaci¨®n. Una prueba m¨¢s de que la herida del C¨¢ucaso tardar¨¢ mucho en cerrarse.