El "exilio cultural" de un artista at¨ªpico ANDREU MANRESA, Palma de Mallorca
Mallorca descubre a Eugenio Granell, un muy diverso y rotundo artista de la Espa?a forzosamente ausente, casi un desconocido hasta su retorno a mitad de los a?os ochenta. Este surrealista de segunda generaci¨®n sigue en plena actividad a sus 88 a?os, y por eso hab¨ªa previsto acudir a la presentaci¨®n de la sint¨¦tica exposici¨®n general de su obra que hasta finales de junio presenta la Fundaci¨®n Pilar y Joan Mir¨® en Palma de Mallorca, pero un inconveniente familiar se lo impidi¨®.Cerca de 50 a?os de su trayectoria creativa pl¨¢stica han quedado resumidos en una colecci¨®n de 40 objetos, dibujos, esculturas y pinturas, que se muestran en el espacio c¨²bico y en el t¨²nel acristalado previo que cre¨® Rafael Moneo.
La pintura m¨¢s reciente de Granell, de 1991, refleja los aires que impulsaron y mantienen al personaje que durante su exilio habit¨® en Francia, Rep¨²blica Dominicana, Guatemala, Puerto Rico y Nueva York. Es una eleg¨ªa a Andreu Nin, el l¨ªder del Partido Obrero de Unificaci¨®n Marxista, a cuya ideolog¨ªa el artista se sent¨ªa vinculado. Al pie del lienzo abstracto -una secuencia de esbozos negros-, la leyenda reza, con letras de caja, al estilo cl¨¢sico: "(Nin) asesinado por el estalinismo y vuelto a asesinar por la cobard¨ªa del silencio de los intelectuales de igual cala?a". Granell qued¨® fascinado en su juventud por Trotski, otra v¨ªctima de la ultraortodoxia comunista.
"Entendi¨® la guerra civil como una guerra contra la cultura m¨¢s que contra la revoluci¨®n. Tom¨® parte en ella desde las trincheras de la cultura", se?ala Aurelio Torrente, el comisario de la exposici¨®n, integrada por fondos de la Fundaci¨®n Eugenio Granell de Santiago de Compostela. Torrente destaca la coherencia de la trayectoria personal de Granell, desde las orillas de la afinidad con Wifredo Lam, Picasso, Breton y los surrealistas, y su identificaci¨®n con la diversidad del arte ind¨ªgena at¨¢vico de Suram¨¦rica.
Como en un friso, cuelgan de una pared de pasillo los peque?os dibujos multitrabajados, de trazos oblicuos y arabescos. Debajo hay una secuencia de objetos hallados y recreados, met¨¢foras ic¨®nicas de lo cotidiano, tirabuzones como caras o pinzas con martillos para crear un caballo contempor¨¢neo de la edad de hierro.
En el gran dado blanco est¨¢n las grandes y peque?as telas y en el centro los ¨ªdolos y montajes escult¨®ricos. La fil¨®sofa Mar¨ªa Zambrano indic¨® que la pintura de Granell "no es nada m¨¢s que la hija del hombre, y no tiene, que sepamos, origen divino". El artista, profesor de literatura que comenz¨® estudiando m¨²sica, caricaturiza a don Ram¨®n del Valle-Incl¨¢n, imagina al fil¨®sofo autodidacta o, con estilo color y est¨¦tica cl¨¢sica de los surrealistas, intuye los juegos de Venus.
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