El Oviedo no se despega

Tras su sonado ¨¦xito de ocho d¨ªas atr¨¢s frente al Barcelona, el Oviedo tuvo ayer ocasi¨®n de darse un gran respiro, pero a¨²n mira de reojo hacia la botella de ox¨ªgeno. Frente al Mallorca, el equipo asturiano tuvo ocasiones para fabricarse un colch¨®n de puntos respecto a los tres equipos de cola y se qued¨® a medio camino debido a su falta de punter¨ªa. Las se?as de identidad del partido fueron errores del Mallorca, de los que el equipo azul no acert¨® a obtener rentabilidad alguna.La relaci¨®n comenz¨® con un regalo de Siviero a un metro de su porter¨ªa, que debi¨® dejar estupefacto a Losada, pues ¨¦ste se limit¨® a cruzar el bal¨®n en paralelo a la l¨ªnea de gol. M¨¢s tarde fue Rub¨¦n quien se enred¨® en el ¨¢rea peque?a visitante, permitiendo la llegada salvadora de Miquel Soler. El propio Rub¨¦n no encontr¨® porter¨ªa tras otro regalo de Leo Franco en una horrorosa salida por alto.

El Mallorca no vio errores en la defensa oviedista, a modo de compensaci¨®n. El mallorqu¨ªn fue fiel reflejo del prototipo de equipo pulcro pero distendido, t¨ªpico de los que encaran la recta final de la Liga sin aspiraciones o con los deberes hechos. La primera aparici¨®n ante el marco de Esteban fue al filo del descanso, una buena maniobra de Trist¨¢n, mal finalizada.

Tras el intermedio, el Tartiere se estremeci¨® de j¨²bilo con el gol del Alav¨¦s en Sevilla. Son¨® en el grader¨ªo como un clar¨ªn para un cambio de tercio. Espoleado por su afici¨®n, el Oviedo gan¨® metros y quiso volcarse sobre campo enemigo, aun a costa de abrir su retaguardia a los contraataques rivales. Entonces se vivieron minutos emotivos, en sucesivos trayectos de ida y vuelta hacia una y otra porter¨ªa. El Mallorca sigui¨® apunt¨¢ndose los errores, como uno de Trist¨¢n al mandar a la tribuna un fant¨¢stico servicio de Lauren desde la banda.

Pero el error m¨¢s notable se lo reserv¨® para el Oviedo Juanchi Gonz¨¢lez. El uruguayo apenas estuvo 11 minutos en el campo. Hab¨ªa sustituido a Rub¨¦n y tard¨® s¨®lo ese tiempo en ver dos tarjetas amarillas y tomar el camino del vestuario. El gui¨®n del partido cambi¨® repentinamente, aunque el Oviedo, que acababa de tener su gran ocasi¨®n en un cabezazo de Dely Vald¨¦s, se prepar¨® para sufrir pero no dej¨® de pensar en la opci¨®n del triunfo. El mayor aliado azul no fue otro que el af¨¢n de los dos delanteros mallorquines de lucirse a expensas del sentido colectivo. En Diego Trist¨¢n, ese individualismo fue desmedido, y lo premi¨® su entrenador sustituy¨¦ndolo por un bullicioso Carlos. Cuando le funcion¨® el engranaje del conjunto, el Mallorca se encontr¨® con Esteban. El guardameta azul salv¨® a su equipo en el ¨²ltimo suspiro con una parada a remate a bocajarro de Etoo. Tan antol¨®gica fue que, tras el pitido final, Esteban sali¨® del campo entre aclamaciones.