El 'galernazo' de Munitis
El destino de Munitis, que deslumbr¨® en el Bernab¨¦u, pasa seguramente por abandonar el Racing
Qu¨¦ dir¨ªa Paco Gento, la galerna del Cant¨¢brico, viendo c¨®mo Munitis desarbolaba por completo la formidable embarcaci¨®n que regresaba victoriosa de la batalla de Old Trafford. Desde sus tiempos de extremo m¨¢s veloz que una centella, no se recuerda un galernazo en el Bernab¨¦u como el que desat¨® Munitis el s¨¢bado ante el Madrid. El peque?o delantero no dej¨® en pie ni un m¨¢stil ni una vela blanca. A los 28 minutos de juego azot¨® un costado de la nave madridista, su pase retrasado a Manjar¨ªn abri¨® la primera v¨ªa de agua. Maniobras sucesivas, de igual calado y profundidad, fueron minando la resistencia del rival y terminaron mand¨¢ndole al garete. Salva y Vivar Dorado se encargaron de hundir al Madrid. "S¨®lo le falt¨® el gol, pero los volvi¨® locos a todos", dijo su entrenador Gustavo Ben¨ªtez. Efectivamente, el delantero c¨¢ntabro no pudo rematar la faena, como los grandes toreros, porque se fue el Bernab¨¦u sin batir a Casillas. Un disparo suyo con marchamo de gol, que hubiera sido su s¨¦ptimo tanto en la Liga, se estrell¨® en la madera. Todo le iba a salir bien en la noche m¨¢s hermosa de Pedro Munitis. "Hoy se ha doctorado cum laude", manifest¨® al t¨¦rmino del partido Miguel ?ngel D¨ªaz, presidente del Racing.En medio de la euforia -la victoria aleja al Racing del abismo y eleva a Salva como pichichi- surge entre la afici¨®n el miedo a perder, como se perdi¨® en su d¨ªa a Gento y Santillana, al delantero nacido en el barrio pesquero. Su condici¨®n de crack mundial le acerca cada d¨ªa m¨¢s a las redes todopoderosas de los equipos grandes. En f¨²tbol, el pez grande, si lo sabr¨¢ un hijo, nieto y biznieto de pescadores, se come al chico. De acuerdo con esta ley darwinista, el destino de Munitis pasa seguramente por abandonar el Racing. El talento espec¨ªficamente c¨¢ntabro se cotiza al alza en la bolsa de valores del deporte. Y Munitis ya pertenece -el Bernab¨¦u se rindi¨® a sus pies- a la estirpe de c¨¢ntabros gloriosos: Seve Ballesteros, ex n¨²mero uno del golf mundial; Jos¨¦ Manuel Abascal, primera medalla ol¨ªmpica del atletismo espa?ol, y ?scar Freire, actual campe¨®n del mundo de ciclismo. Munitis, a sus 25 a?os, es la ¨²ltima versi¨®n de ese genio creador que nace y crece en Cantabria, pero se desarrolla casi siempre lejos de la tierruca. Pertenece a la generaci¨®n de Iv¨¢n de la Pe?a, Ismael y los hermanos Helguera, disc¨ªpulos todos del magisterio que ejerce Laureano Ruiz en la Escuela Municipal de F¨²tbol de Santander.
Ciertamente, Munitis va a ser el primero en sufrir los efectos del desarraigo. Se siente a gusto entre su gente, en su medio, en su clase social. Una prueba de que no es un desclasado es que sigue viviendo en el barrio pesquero, cerca de los padres y de la abuela, la se?ora Antonia, a la que dedica sus goles. Con el primer dinero que gan¨®, Munitis compr¨® a su padre, marinero de bajura, una peque?a embarcaci¨®n. La fama y el dinero, su ficha se elev¨® el a?o pasado a 100 millones anuales, no se le han subido a la cabeza. Su cl¨¢usula de rescisi¨®n de contrato es de 2.500 millones de pesetas. Si alg¨²n equipo de campanillas, como parece, acepta las condiciones del Racing, la vida del peque?o Munitis puede dar un giro de 180 grados. De momento, es un hombre feliz, su novia es estudiante de Biol¨®gicas en la Facultad de Zaragoza, que contempla el futuro como otra persona cualquiera. Su lema es seguir trabajando con la "m¨¢xima profesionalidad" en el Racing. En realidad, Munitis se siente orgulloso de ser un "profesional" del f¨²tbol, el oficio que practica desde que era un ni?o, cuando daba las primeras patadas a un bal¨®n en una pista de tierra del barrio de los marineros de Santander.
Munitis es un hombre de car¨¢cter que ha sabido hacer frente en todo momento a la adversidad. Su biograf¨ªa deportiva, como la de los grandes, tiene episodios marcados por la desdicha. Relegado a un segundo t¨¦rmino, Munitis sufri¨® la humillaci¨®n de ser cedido al Badajoz, un equipo que militaba en Segunda B. Sin embargo, la voluntad del jugador no se dio por vencida, sigui¨® trabajando con ilusi¨®n, hasta que en la temporada 1998-99 regres¨® al Racing de Marcos Alonso y empez¨® a jugar algunos minutos en el primer equipo. Desde entonces, Pedro Munitis es uno de los jugadores m¨¢s desequilibrantes de la Liga espa?ola y la m¨¢xima figura del Racing de Santander. Ya lo saben tambi¨¦n en el Bernab¨¦u.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.