Boicot a La Asegurada

Los prop¨®sitos que alberga el Ayuntamiento de Alicante sobre el futuro de La Asegurada son misteriosos. No creo que exista en estos momentos otro asunto p¨²blico tan inextricable. Yo le reto a usted, amigo lector, a que intente descifrar qu¨¦ piensan nuestros gobernantes sobre este museo. Estoy convencido de que por mucho que se esfuerce, por m¨¢s tiempo que dedique al asunto, no lo lograr¨¢. Para escribir este art¨ªculo, yo llevo varias horas leyendo lo que han publicado los diarios estas ¨²ltimas semanas, y no he logrado hacerme una idea aceptable de cuanto sucede. Es m¨¢s, en cada nueva lectura aumenta mi confusi¨®n, hasta el punto que ahora mismo ignoro c¨®mo acabar¨¢ este escrito que he comenzado.En un principio, atribu¨ª el problema a la mala redacci¨®n de los periodistas. Ya saben la fama que tienen los periodistas para ciertos asuntos. Despu¨¦s, pens¨¦ que no era l¨®gico que cuantos hab¨ªan informado sobre esta cuesti¨®n lo hicieran de manera tan confusa. Este razonamiento me llev¨® a suponer que tal vez fueran los se?ores Romero y Alperi quienes no tuvieran claras las ideas. No descart¨¦ la suposici¨®n. Nuestro alcalde nunca ha sido un devoto de La Asegurada y todo cuanto tiene que ver con la cultura, le merece una razonable indiferencia. Nada m¨¢s natural, pues, que sus palabras reflejaran esta displicencia. En cuanto a nuestro concejal Pedro Romero, ?no es proverbial su facilidad para enredar los asuntos m¨¢s sencillos? Este hombre posee una capacidad admirable para la confusi¨®n, de la que ha dado numerosas pruebas, con resultados siempre llamativos. Sin embargo, llegado a este punto, me asalt¨® una duda: ?no tendr¨¢n, Alperi y Romero, las ideas tan claras sobre el futuro del museo que su pretensi¨®n es, precisamente, la de confundirnos en este galimat¨ªas? Si fuera as¨ª, admitir¨¦ que lo han logrado de una manera rotunda, magistral.

Lo cierto es que, al d¨ªa de hoy, uno lo ignora todo sobre los motivos que impiden la ampliaci¨®n de La Asegurada. A tenor de lo que hemos le¨ªdo, existe un proyecto redactado por los arquitectos Beltr¨¢ y Giner, y asesorado por Tom¨¢s Llorens. Parece un proyecto serio, con las garant¨ªas suficientes. Tal proyecto, sin embargo, no acaba de agradarle al concejal Romero, quien preferir¨ªa, tal vez, un concurso de ideas o una adjudicaci¨®n directa, seg¨²n ha manifestado. Otras veces, quien encuentra dificultades es el se?or alcalde. A D¨ªaz Alperi le preocupa la econom¨ªa. Considera que el proyecto de Beltr¨¢ y Giner es muy caro de mantener. Al se?or alcalde, gastarse 150 millones de pesetas al a?o en un museo que exhibe obras de Calder, de Mir¨®, de Chillida, de Le Parc, de Julio Gonz¨¢lez, le parece una barbaridad. Un gasto que la ciudad no puede permitirse. Sin embargo, considera natural desembolsar 200 millones en una orquesta formada por alumnos de conservatorio y dirigida por un discreto maestro jubilado. El se?or alcalde es un hombre sorprendente.

Parece, pues, que la ampliaci¨®n de La Asegurada para convertirla en museo de arte contempor¨¢neo, tiene un futuro complicado. Pero, pierdan ustedes cuidado, la obra se har¨¢ en unos pocos a?os. Tan pronto se acerquen las elecciones, se allanar¨¢n milagrosamente las dificultades y los se?ores Romero y Alperi podr¨¢n inaugurar este museo que, por supuesto, se habr¨¢ construido gracias a su esfuerzo. El mismo esfuerzo que hoy exhiben para boicotearlo.