Un puedo y no quiero
Una reflexi¨®n jur¨ªdica de la proposici¨®n de ley presentada en 1997 por el Partido Popular para regular las parejas de hecho lleva a significar que mientras la propuesta rechazada del partido socialista contemplaba las parejas en relaci¨®n de afectividad similar a la conyugal, independientemente de su orientaci¨®n sexual, y la ley catalana de 1998 acoge tanto las uniones heterosexuales como las homosexuales, la iniciativa popular, por el contrario, no reconoce expresamente el v¨ªnculo afectivo de las parejas. S¨®lo regula una "uni¨®n civil" con un contrato "asexuado", asimil¨¢ndolo a figuras jur¨ªdicas distintas como, es un ejemplo, la relaci¨®n entre cuidador y enfermo y otras simples convivencias de acogimiento y mutua ayuda. El efecto, de aprobarse la proposici¨®n, ser¨ªa triple.Primero, no respaldar las uniones de los heterosexuales que no hubieran querido acogerse al matrimonio y discriminar doblemente, una vez m¨¢s, a los homosexuales que, no pudiendo casarse, ni siquiera expresamente se les nombra aqu¨ª. Segundo, expulsar del derecho de familia a las parejas de hecho, de cualquier orientaci¨®n sexual, al tratarlas como meras "convivencias cooperativas". Tercero, separarse de la experiencia legal de pa¨ªses de consolidada tradici¨®n democr¨¢tica. En este sentido la ley danesa de 1 de octubre de 1989, la noruega de 1 de agosto de 1993, la sueca de 1 de enero de 1995 y la holandesa de 1 de enero de 1998 son algunos referentes.
Todo esto es un "puedo y no quiero" incompatible, a nuestro juicio, con el art¨ªculo 9.2 de la Constituci¨®n.- .
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