Guatemala suspende la subida del transporte que desat¨® la revuelta
La Ciudad de Guatemala amaneci¨® ayer semidesierta, despu¨¦s de haber sido presa, el jueves, del vandalismo en que derivaron las protestas por la subida de tarifas de los autobuses urbanos. Durante varias horas, las maras, las peligrosas pandillas de delincuentes, impusieron su reinado de terror. Cuatro personas murieron, entre ellas un reportero gr¨¢fico. Las autoridades suspendieron ayer el incremento de los precios que desat¨® la revuelta.
La medida se tom¨® despu¨¦s de varias horas de reuni¨®n entre el presidente, Alfonso Portillo, que interrumpi¨® el jueves un viaje oficial a Costa Rica, el alcalde capitalino, Fritz Garc¨ªa-Gallont, del conservador Partido de Avanzada Nacional (PAN), y diversos sectores sociales. Pero esta marcha atr¨¢s en el alza de los precios lleg¨® demasiado tarde. Las protestas hab¨ªan comenzado el pasado lunes, d¨ªa en que los precios de los autobuses subieron entre un 33% y un 50%. Las manifestaciones, huelgas de hambre y caceroladas previstas por estudiantes y sindicatos fueron derivando en una escalada de violencia ante la inusitada pasividad policial. Los peores presagios se confirmaron el jueves, cuando entraron en escena cientos de j¨®venes armados con palos, piedras y botellas. Dirigidos por individuos con el rostro cubierto, las maras recorrieron diversas ¨¢reas de la ciudad destruyendo todo cuanto encontraban a su paso, saqueando comercios y golpeando a quienes trataban de interponerse en su camino.
En el asalto contra un negocio de repuestos mec¨¢nicos, un guardia de seguridad privada dispar¨® contra la multitud y mat¨® a dos personas, entre ellas Roberto Mart¨ªnez, fot¨®grafo del diario Prensa Libre. En el entierro del reportero, celebrado ayer, se dieron cita representantes de todos los medios de comunicaci¨®n y de diversas organizaciones de derechos humanos, que expresaron su repudio ante la irresponsabilidad de las autoridades. "Todo esto se ve¨ªa venir. Es indignante que las luchas de poder nos traigan tanto sufrimiento", comentaba una compa?era del fot¨®grafo.
Y es que la actual crisis tiene un claro trasfondo pol¨ªtico, derivado de los deseos del FRG (Frente Republicano guatemalteco, dirigido por el general golpista R¨ªos Montt) de cobrarse la venganza por la derrota sufrida en las elecciones municipales, que dejaron el ayuntamiento de la capital en manos del PAN. Los dirigentes eferregistas han decidido hacer lo posible para torpedear la gesti¨®n del alcalde. La gran oportunidad les lleg¨® semanas atr¨¢s, cuando los empresarios del transporte, que conforman un poderoso oligopolio, exigieron una subida de las tarifas ante el aumento del precio de los combustibles y el fin del subsidio del que hab¨ªan disfrutado.
El alcalde Garc¨ªa-Gallont solicit¨® el apoyo del Gobierno. El FRG, que controla tambi¨¦n el Congreso, vio el cielo abierto para "quemar" al panista: denegaron el subsidio al transporte (mientras aprobaban ayudas en otros sectores, como los fertilizantes o la electricidad) y dejaron solo al alcalde con un problema que obviamente rebasa el ¨¢mbito municipal. Garc¨ªa Gallont decidi¨® entonces liberalizar los precios, sin considerar que, como buen oligopolio, los autobuseros decidieron un¨¢nimemente una brusca subida del 50%, que ha sido la puntilla para una poblaci¨®n que hace juegos malabares para comer cada d¨ªa.
Las voces que ped¨ªan la intervenci¨®n del Gobierno encontraron una dura respuesta en boca del vicepresidente, Francisco Reyes, que, en ausencia de Portillo, exigi¨® que el alcalde se declarara "incompetente e incapaz" como condici¨®n para intervenir. A la vista de lo que sucedi¨® despu¨¦s, estas palabras se han interpretado como la mecha que acab¨® desencadenando la tragedia.
Cohabitaci¨®n imposible en la capital del pa¨ªs
Los graves incidentes registrados el jueves en la capital suscitan una pregunta que inquieta a los guatemaltecos desde hace tiempo: ?Qui¨¦n gobierna realmente el pa¨ªs? Cuatro meses despu¨¦s de haber ganado las elecciones, el presidente Alfonso Portillo, un populista formado en la izquierda, parece prisionero de quienes lo llevaron al poder: el general Efra¨ªn R¨ªos Montt y su partido, el Frente Republicano Guatemalteco (FRG). La condici¨®n de golpista impidi¨® al veterano militar aspirar a la jefatura del Gobierno, pero ha encontrado un poderoso nicho en la presidencia del Congreso. El triunfo electoral del FRG ha dado lugar a una cohabitaci¨®n peculiar: un Legislativo en manos de un general acusado de genocidio ante los tribunales espa?oles, y un presidente sin partido que intenta contrarrestar las presiones de R¨ªos Montt y del FRG tratando de construir un equipo propio, a base de democristianos desempleados, viejos militantes de izquierda y defensores de los derechos humanos.
El general, sin embargo, tiene todo bien amarrado, y ha rodeado a Portillo de hombres de su confianza, que lo someten a un marcaje desmedido. Tal es el caso del vicepresidente, Francisco Reyes, conocido popularmente como La Paca, que interfiere de forma continua, y con una agresividad desmesurada, en todas las actividades del presidente.
Las pol¨ªticas err¨¢ticas de Portillo en todos los ¨¢mbitos y sus continuas ausencias (en estos cuatro meses ha salido seis veces al extranjero, la mitad de ellas "por razones personales") han propiciado el desmedido protagonismo del t¨¢ndem Reyes-R¨ªos Montt.
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