Despu¨¦s de desayunar
Los bares y discotecas para noct¨¢mbulos que abren por la ma?ana escapan a la reglamentaci¨®n horariaLa mayor¨ªa de los locales inspeccionados por los bomberos no cumpli¨¢n las normas de seguridad
Dos coches de bomberos, dos de la Guardia Urbana y otros tantos del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa forman la patrulla. Hay muchos locales que inspeccionar en la ciudad de Barcelona. Cholita es uno de ellos, precintado hace dos semanas. Caso omiso. Tiene licencia para bodas y comuniones, pero en su interior no hay ni una sola mesa, ni una persona. Son las 9.30 horas y a¨²n no ha abierto sus puertas al p¨²blico. Una barra con bebidas, unos sof¨¢s y, al final, una pista de baile. Es una discoteca clandestina, cabe un millar de noct¨¢mbulos, seg¨²n los bomberos."Aqu¨ª se congregan unos 1.000 j¨®venes los domingos por la ma?ana", asegura un guardia. El encargado del local no est¨¢ de acuerdo: "Esto no es un after-hours, es un bar de copas, no entiendo por qu¨¦ tanto revuelo, creo que se equivocan". Atiende a los uniformados visitantes con amabilidad, saca los papeles que le requieren: licencia, documentaci¨®n, medidas de seguridad. Mientras, empiezan a llegar los clientes, en abundancia: "Id a desayunar al bar de la esquina y volved m¨¢s tarde", les dice, mientras sigue negando a los guardias que aquello sea una discoteca.PASA A LA P?GINA 7
Abiertos pese a haber sido precintados
VIENE DE LA P?GINA 1 La Polic¨ªa Local revisa los aspectos administrativos; los bomberos, las medidas de seguridad. Comprueban si la salida de emergencia existe y si es la adecuada y est¨¢ libre. La puerta de la salida mide 80 cent¨ªmetros y da a una especie de laberinto; permitir¨ªa que pasaran 160 personas en caso de evacuaci¨®n, observa un bombero. Pero el local acoge un millar. "Es imposible que este local se legalice", a?ade el agente. De hecho, est¨¢ precintado, aunque alguien quita el precinto para que el negocio contin¨²e. Ayer lo impidi¨® la Guardia Urbana.
Nuevo precinto que no evita que los clientes sigan llegando y los trabajadores esperan con impaciencia que los guardias se vayan para empezar su jornada laboral, convencidos de que lo har¨¢n. No saben que los agentes se quedan de guardia. Los vecinos tambi¨¦n opinan: "A ver si lo cierran ya". Los agentes explican que las quejas vecinales por ruido y exceso de aforo son continuas. Este es el asunto que m¨¢s preocupa a las administraciones. "Se necesita m¨¢s intervenci¨®n de bomberos, no es un problema administrativo, sino de seguridad. Los locales duplican su aforo para tener beneficios".
En el bar Par¨ªs, unos tuneros se toman un caf¨¦ despu¨¦s de la larga noche de fiesta. A dos puertas, el pub Parigi es inspeccionado por la comitiva. Es un local muy peque?o, "de poco riesgo". Pero los clientes no dan la bienvenida a los intrusos. "?Por qu¨¦ en toda Espa?a est¨¢ permitido divertirse hasta que salga el sol y en Catalu?a, no?", un cliente increpa a los polic¨ªas nacionales. "Te cortan el rollo". El local sigue su curso, una vez las autoridades han acabado su trabajo.
Tukasa, en la calle de Aribau, tambi¨¦n est¨¢ abierto para la ¨²ltima copa. "El otro d¨ªa igual", una portuguesa expresa su indignaci¨®n: es la segunda inspecci¨®n en dos semanas. El local tiene licencia para estar abierto, pero no como bar musical. Tampoco supera el examen de los bomberos porque un cortocircuito bloquear¨ªa la ¨²nica salida. Es denunciado y sigue sirviendo copas.
Algunos locales cumplen los horarios. Est¨¢n cerrados. "?Llegamos tarde o demasiado pronto?", pregunta ir¨®nicamente uno de los agentes, ante la verja de Co?o tu Prima. ?ste y La Luna se han portado bien.
El B¨²nker es otro de los que ha desafiado a las fuerzas del orden. Los dos inspectores acribillan al encargado con preguntas: "?Hay portero, hay vigilante?". "No, no. Es un local muy peque?o y no hace falta". El local es estrecho, con una barra llena de clientes. Al final, una peque?a escalera lleva al "cuarto oscuro". Varios clientes, pillados mientras satisfac¨ªan sus apetitos sexuales, son invitados a parar y desfilar en fila india hacia la salida. Se acab¨® la fiesta, la polic¨ªa ha decidido desalojar esta zona.
El escenario se ha quedado sin sus protagonistas. La tele sigue emitiendo una pel¨ªcula pornogr¨¢fica que nadie ve y el columpio de cuero a¨²n se balancea.
Algunos clientes se muestran comprensivos con la actuaci¨®n policial: "Me hab¨¦is fastidiado la fiesta, pero es vuestro trabajo, as¨ª que...". Se dirige a su amigo: "?D¨®nde vamos ahora?". Cada uno a lo suyo. El B¨²nker tiene salida de emergencia, pero se utiliza como trastero y en caso de incendio ser¨ªa in¨²til. Los bomberos anotan que falta iluminaci¨®n y se?alizaci¨®n de emergencia. Antes apagan las luces para cerciorarse. En el piso de arriba los clientes siguen pidiendo copas.
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