Nueva econom¨ªa a la espa?ola
El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, describi¨® el pasado martes, en su discurso de investidura, los objetivos macroecon¨®micos para la s¨¦ptima legislatura: a largo plazo, pleno empleo; a corto, equilibrio presupuestario, disminuci¨®n de los impuestos, reducci¨®n de la inflaci¨®n y aumento de la inversi¨®n p¨²blica. Estos objetivos son incompatibles entre s¨ª si la econom¨ªa no permanece en una senda de fuerte crecimiento sostenido, como en la etapa anterior.No hay diferencias sustanciales entre lo que propone Aznar y lo que est¨¢ haciendo la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos; en la Uni¨®n Europea se vislumbran tiempos mejores de crecimiento (aunque no tanto como en Estados Unidos, lo que seguir¨¢ produciendo la debilidad del euro; en 1996, cuando el PP lleg¨® al Gobierno, un d¨®lar costaba 123 pesetas; hoy, 181) y hay pa¨ªses europeos con tasas superiores o iguales a las de Espa?a y menos desequilibrios macroecon¨®micos: Irlanda, Holanda, Finlandia e incluso Francia. La pregunta es la capacidad de reacci¨®n que tendr¨ªan si se produjese una crisis imprevisible y cambiase la tendencia.
Para embarcar a nuestro pa¨ªs en esta ¨¦poca y homologarle a la nueva econom¨ªa que se defini¨® en la cumbre de Lisboa, Aznar ha dotado de mayores poderes al vicepresidente econ¨®mico, Rodrigo Rato, a trav¨¦s de una reforma administrativa del Gobierno y de la instalaci¨®n de sus hombres de confianza en algunos departamentos. La ¨²nica persona de Rato que, por segunda vez, se queda fuera del primer c¨ªrculo del Gabinete es la hasta ahora secretaria de Estado de Comercio, Elena Pisonero, pese a lo positivo de su acci¨®n administrativa. Alg¨²n d¨ªa habr¨¢ de desvelarse el misterio de por qu¨¦ Pisonero no fue ministra de Agricultura cuando lo dej¨® Loyola de Palacio (pese a anunciarlo la agencia oficial Efe, con su curr¨ªculum) y ahora, que figuraba en todas las listas sin que su nombre desentonase. A los poderes que ya ten¨ªa, Rato ha a?adido el control del sistema energ¨¦tico (petr¨®leo, gas y electricidad) y la decisi¨®n sobre algunas tarifas estrat¨¦gicas, como las telef¨®nicas. En la Comisi¨®n Delegada para Asuntos Econ¨®micos, que ¨¦l preside, estar¨¢ su hombre de confianza Crist¨®bal Montoro (del que dependen los ingresos p¨²blicos) y el que ya era ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio; ellos significan la continuidad. Los nuevos ser¨¢n la flamante ministra de Ciencia y Tecnolog¨ªa (de la confianza de Josep Piqu¨¦), Ana Birul¨¦s; el ministro de Fomento, Francisco ?lvarez Cascos (ser¨¢ curiosa la relaci¨®n entre un vicepresidente y un ex vicepresidente), al que esperan como agua de mayo en su tierra, Asturias, para que arregle los problemas hist¨®ricos de infraestrusturas (entre ellos, el fin de la autov¨ªa del Cant¨¢brico), y Celia Villalobos, la ministra de Sanidad. Con este esquema ser¨¢ m¨¢s problem¨¢tica la aparici¨®n de tensiones como las que en el pasado hubo con Arias-Salgado o Piqu¨¦. En el ¨¢rea de Rato se incardinan los principales organismos reguladores de la econom¨ªa: el Banco de Espa?a, la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores, el servicio de la Competencia, la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa o la Comisi¨®n de las Telecomunicaciones.
Esta mayor coherencia servir¨¢ para explicitar que una cosa es liberalizar la econom¨ªa y otra desregularla. Para que una econom¨ªa liberalizada sea eficaz y equitativa, y evite las situaciones de monopolio u oligopolio en el sector privado, es necesario que al mismo tiempo sea vigilada y regulada con organismos fuertes y lo m¨¢s independientes posible del poder pol¨ªtico.
Cuatro a?os despu¨¦s del primer triunfo electoral del Partido Popular, la situaci¨®n econ¨®mica est¨¢ bastante m¨¢s equilibrada, el crecimiento es casi el doble que en marzo de 1996 (cerca del 4% del PIB) y el d¨¦ficit p¨²blico se ha reducido casi cinco puntos. Los dos aspectos m¨¢s d¨¦biles son el control de la inflaci¨®n (que ha pasado del 3,4% al 2,9%) y el d¨¦ficit de la balanza por cuenta corriente, que se ha incrementado espectacularmente. Si los cuellos de botella son menores, ahora habr¨¢ que vigilar los aspectos cualitativos, entre ellos la exquisita neutralidad del Ejecutivo en el sector privado de la econom¨ªa.
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