Aznalc¨®llar crea un modelo
Hace dos a?os fue la balsa de Aznalc¨®llar (Sevilla); hace dos meses, una presa en Baia Mare, al norte de Rumania. La Comisi¨®n Europea ha tomado nota de los graves impactos medioambientales que pueden provocar los accidentes en dep¨®sitos de residuos mineros. Y ha constatado que la legislaci¨®n comunitaria y el conocimiento cient¨ªfico es claramente insuficiente para prevenir y remediar este tipo de sucesos."Hemos iniciado una larga reflexi¨®n sobre la situaci¨®n actual de las presas mineras en Europa, que seguramente desembocar¨¢ en una nueva directiva", se?alaron esta semana fuentes comunitarias. Un proceso en el que el trabajo cient¨ªfico desarrollado en el valle del Guadiamar ser¨¢ una referencia capital. "La Comisi¨®n ha reclamado nuestra opini¨®n para un grupo de trabajo que analizar¨¢ la contaminaci¨®n industrial en los ecosistemas", explica Miguel Ferrer, director de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana y uno de los cient¨ªficos del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) que ha participado en el seguimiento de las consecuencias del vertido t¨®xico en el entorno natural de Do?ana.
El trabajo de t¨¦cnicos de la Junta de Andaluc¨ªa y el Gobierno central ha permitido, en estos dos ¨²ltimos a?os, rebajar considerablemente la intensidad de la cat¨¢strofe medioambiental. La retirada de los lodos pir¨ªticos ha sido casi completa (ha costado casi 15.000 millones a ambas Administraciones), y el impacto de los metales pesados (cinc, ars¨¦nico, plomo, muy nocivos para los seres vivos) infiltrados en suelos, plantas y animales est¨¢ permanentemente vigilado por m¨¢s de 200 cient¨ªficos.
"Lo que se ha hecho aqu¨ª no ha ocurrido nunca", se?ala Ferrer. La amenaza sobre Do?ana, una de las reservas naturales m¨¢s prestigiosas del mundo, provoc¨® una corriente de presi¨®n que llev¨® a ambas Administraciones a coordinar sus esfuerzos. El reto era ins¨®lito en Europa: la rotura de la balsa minera de la firma Boliden verti¨® sobre el valle dos millones de metros c¨²bicos de residuos mineros y una cantidad similar de agua ¨¢cida. En Bolivia, en el r¨ªo Pilcomayo, ocurri¨® un accidente parecido en 1996. Nadie retir¨® los lodos pir¨ªticos, que siguen envenenando el valle.
El vertido de Baia Mare, que, a trav¨¦s del afluente Tisza, llev¨® unos 100.000 metros c¨²bicos de mercurio al Danubio, devast¨® la poblaci¨®n de peces y dej¨® sin agua potable a 2,5 millones de personas, tiene algunas similitudes con el accidente de Aznalc¨®llar. Sobre todo porque tras el primer vertido hubo otras dos fugas en una balsa cercana, pero esta vez de metales pesados (20.000 toneladas de plomo y cinc).
Los t¨¦cnicos de la Consejer¨ªa andaluza de Medio Ambiente tambi¨¦n han ofrecido su experiencia sobre metales pesados al grupo de la Comisi¨®n que analiza las causas de los accidentes ocurridos en el valle del Danubio. Pero las autoridades comunitarias est¨¢n m¨¢s interesadas en contar con su opini¨®n y la de los cient¨ªficos del CSIC (dependiente del Ministerio de Educaci¨®n) para realizar un an¨¢lisis global sobre la situaci¨®n de las presas mineras.
"Quieren fijar criterios m¨¢s rigurosos sobre los niveles de contaminaci¨®n y detectar si hay amenazas similares en parajes naturales", detalla Ferrer. Para ello, escrutar¨¢n los programas cient¨ªficos sobre el vertido t¨®xico, que seguir¨¢n al menos tres a?os m¨¢s; la Consejer¨ªa de Medio Ambiente los ha integrado en su proyecto de corredor verde en el valle del Guadiamar. "Es una experiencia que hay que exportar, tambi¨¦n en procesos de contaminaci¨®n minera lenta, que son frecuentes en Inglaterra y Alemania", explica Guido Schmidt, representante de Adena y miembro del comit¨¦ asesor del proyecto.
Una apuesta pol¨ªtica
"Transformar la mancha negra en verde". Con esta letan¨ªa, el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Manuel Chaves, trat¨® de enjugar el descalabro que produjo el vertido t¨®xico en la imagen del Gobierno auton¨®mico. Su antiguo consejero de Medio Ambiente, Jos¨¦ Luis Blanco (no est¨¢ en el nuevo Ejecutivo), rescat¨® una antigua idea de cient¨ªficos y ecologistas (usar el valle del Guadiamar como pasillo ecol¨®gico entre Sierra Morena y Do?ana), y se sac¨® de la manga un proyecto para crear un corredor verde."Al principio se vendi¨® casi como un tubo que permit¨ªa pasar al lince de un lado a otro", admite Carlos Montes, catedr¨¢tico de Ecolog¨ªa de la Aut¨®noma de Madrid, y, desde hace unas semanas, coordinador del programa de investigaci¨®n en el que colaboran unos 240 cient¨ªficos del CSIC y universidades andaluzas. Pero en los ¨²ltimos meses, el Gobierno andaluz se ha gastado m¨¢s de 10.000 millones en comprar o expropiar unas 3.000 hect¨¢reas de uso agr¨ªcola (hay ocho recursos judiciales contra la medida) y ha destinado otros 800 millones a garantizar la investigaci¨®n cient¨ªfica en los pr¨®ximos tres a?os.
El programa es algo m¨¢s que el seguimiento del impacto de los metales pesados en suelos y seres vivos. "Aqu¨ª vamos a intentar la gesti¨®n integral de la cuenca, con un modelo de desarrollo sostenible en el que hay que integrar a la poblaci¨®n local", refiere Montes. En el valle del Guadiamar viven m¨¢s de 55.000 personas que tendr¨¢n que adaptarse a un entorno con un grado de protecci¨®n ambiental mucho mayor.
"Este programa servir¨¢ para mantener la vigilancia", asevera Fernando Hiraldo, investigador del CSIC. El impacto de los metales pesados en las aves, uno de los tesoros de las marismas de Do?ana, se ha reducido. Pero las investigaciones de Hiraldo, la bi¨®loga Raquel Baos y el catedr¨¢tico de Biolog¨ªa Molecular Felipe Cort¨¦s constatan da?os gen¨¦ticos en medio centenar de gaviotas que habitaron una zona muy contaminada por los lodos. Se calcula que murieron al menos 5.000 gansos entre los que hibernan en Do?ana, y los efectos en rapaces muy amenazadas, como el ¨¢guila imperial, "ser¨¢n retardados y a¨²n est¨¢n por ver", advierte Hiraldo.
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