El ¨²ltimo tren de la Fira de Barcelona
El pacto para dar entrada a la Generalitat en la Fira de Barcelona es inminente. Se trabaja casi contrarreloj porque 10 a?os de luchas est¨¦riles han hecho perder peso a la entidad ferial y la obligan a tomar medidas a ritmo r¨¢pido. Se busca un acuerdo para ampliar el nuevo recinto de Montju?c-2, en el pol¨ªgono Pedrosa, de L'Hospitalet. La primera fase de la ampliaci¨®n estar¨¢ lista a fin de a?o, pero se necesitan alrededor de 20.000 millones de pesetas (v¨¦ase gr¨¢fico en la p¨¢gina siguiente) para tener un recinto de casi 70.000 metros cuadrados, como el de Montju?c y como el de Ifema en Madrid, el gran competidor."Est¨¢bamos condenados a ser una feria menor desde el mismo momento en que los grandes salones como Alimentaria, Expoquimia o Construmat necesitan m¨¢s espacio y un recinto m¨¢s moderno y cada d¨ªa pon¨ªan m¨¢s inconvenientes para seguir en el de Montju?c", explica un miembro del comit¨¦ ejecutivo de la Fira. Esta se?al de alarma se suma a la extinci¨®n de salones como Informat y a la p¨¦rdida de peso de Expotr¨®nica, ante la pujanza del Simo de Madrid. Tambi¨¦n a la p¨¦rdida de peso del Sal¨®n del Turismo en beneficio de Fitur, de Madrid.
Se busca ahora incorporar a la Generalitat en la Fira; est¨¢ dispuesta a entrar, pero con dos condiciones: reformar los ¨®rganos de gobierno y trazar un plan estrat¨¦gico para la Fira. Un cambio en el que est¨¢n de acuerdo las partes es que hay que acabar con las cuotas pol¨ªticas en el comit¨¦ ejecutivo de esta entidad y nombrar un comit¨¦ de empresarios que participe en la gesti¨®n y que nombre al director general.
El alcalde de Barcelona est¨¢ dispuesto a hacer concesiones; a renunciar a la presidencia del consejo general de la Fira, un cargo que le otorga el voto de calidad sobre las grandes decisiones de esta entidad, incluido el nombramiento de director general.
El posible acuerdo llega in extremis. El presidente de la C¨¢mara de Comercio de Barcelona, Antoni Negre, present¨® hace unos meses al alcalde de Barcelona, Joan Clos, el resultado de un informe de la consultora Arthur Andersen en el que se recomienda la entrada de la Generalitat en la Fira como ¨²nica v¨ªa para solucionar el aislamiento institucional del consorcio. El informe, que no se ha hecho p¨²blico, dice que "es conveniente involucrar de una forma directa a la Generalitat y, en su caso, a una entidad o pool de entidades financieras como entes consorciados". Entidades como Ifema y otras de diversas ferias europeas -Francfort, Birmingham, Par¨ªs o Mil¨¢n- han sido "mucho m¨¢s representativas de sus entornos econ¨®micos que las de la Fira de Barcelona", seg¨²n indica el citado informe de la firma consultora.
Clos y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, han hablado a fondo del asunto y est¨¢n decididos a llegar a un acuerdo, informan las fuentes consultadas. Sin embargo, quedan flecos pendientes como concretar cu¨¢ndo llegar¨¢ el metro a los pies del nuevo recinto de Montju?c-2, como desea el Ayuntamiento.
La C¨¢mara de Comercio, encargada de la gesti¨®n de la Fira por mandato legislativo, cree que lo m¨¢s relevante ante este cambio de estrategia ser¨¢ la capacidad financiera de esta entidad. La c¨¢mara, que invirti¨® 4.500 millones para crear Montju?c-2, considera que la financiaci¨®n del futuro depende de la voluntad pol¨ªtica.
La entidad cameral se?ala a Ifema (80.000 metros cuadrados de exposici¨®n) como un ejemplo paradigm¨¢tico de la imponente capacidad de endeudarse que pueden llegar a tener las ferias de muestras. Ifema, cuyo crecimiento mella la moral de los gestores feriales catalanes, tiene cr¨¦ditos bancarios liderados por Caja Madrid -socio del consorcio ferial- que superan los 30.000 millones. Su situaci¨®n financiera es peor que la de la Fira. Las p¨¦rdidas originadas por su lanzamiento y expansi¨®n le hac¨ªan lucir unos fondos propios (capital y reservas) negativos de 7.000 millones al acabar 1998, ¨²ltimo ejercicio disponible. Sin embargo, superada esta fase, ha empezado a ganar mucho dinero.
Por su parte, el balance de la Fira es menos creativo que el de Ifema, pero sus resultados -con una capacidad hoy limitada a los 70.000 metros del recinto tradicional de Montju?c y a los 13.000 ya ¨²tiles de Montju?c-2- son tres veces inferiores a los de Madrid. En diciembre de este a?o, Montju?c-2 contar¨¢ con unos 36.000 metros cuadrados ¨²tiles de exposici¨®n.
La Generalitat est¨¢ por cerrar un acuerdo en poco tiempo. "Es necesario acabar con las cuotas pol¨ªticas y tener gestores al frente de la Fira", dicen fuentes del Gobierno catal¨¢n. "Lo importante no es la aportaci¨®n econ¨®mica, eso ya se ver¨¢, sino saber qu¨¦ queremos hacer con la Fira y trazar un plan estrat¨¦gico que le permita tener unos objetivos claros", remachan estas fuentes. Si es as¨ª, la Generalitat dice que no tendr¨¢ problemas en contribuir a la ampliaci¨®n de la Fira. La inversi¨®n realizada hasta ahora en Montju?c-2 asciende a 20.000 millones de pesetas. Faltan por invertir otros 20.000 millones para tener listo todo el nuevo recinto.
El proyecto de ampliaci¨®n de la Fira podr¨ªa quedar frenado si el consorcio no cuenta con el compromiso firme de la Generalitat y el Instituto Catal¨¢n del Suelo (Incasol). La participaci¨®n del Ejecutivo catal¨¢n en el proyecto es necesaria porque la segunda fase de la ampliaci¨®n en Montju?c-2 exige importantes medidas expropiatorias, que dependen del Ejecutivo catal¨¢n, dicen fuentes de la propia Fira. Este segundo tramo permitir¨¢ alcanzar casi 70.000 metros cuadrados ¨²tiles en el nuevo recinto en el a?o 2004.
La Fira es una entidad saneada y puede asumir endeudamiento para respaldar la construcci¨®n de Montju?c-2. Gana dinero, su facturaci¨®n ha ido creciendo y tiene personal que conoce el negocio. Adem¨¢s, hist¨®ricamente, no hab¨ªa tenido endeudamiento hasta que se plante¨® construir un recinto complementario en Montju?c-2, a s¨®lo tres kil¨®metros del aeropuerto de El Prat.
Pero tambi¨¦n tiene r¨¦moras que tras muchos a?os de vida ahora le pesan para ganar parte del terreno perdido. Este tiempo perdido le pesa ahora para ponerse en cabeza. Su gran competidora es Ifema, que con su corta vida la aventaja en ingresos y en empresas acogidas. Han pasado casi dos d¨¦cadas desde que Josep Sanuy, que luego ser¨ªa consejero de Comercio y Turismo de Jordi Pujol, fue a Madrid para ayudar a montar Ifema. Sanuy, que tambi¨¦n trabaj¨® para la Fira, puso las bases para que Ifema creciera, pero tuvieron que pasar 10 a?os para que ¨¦sta empezara a hacer sombra a la Fira.
Por parte de esta ¨²ltima entidad, las oportunidades de tener un nuevo recinto complementario del de Montju?c se fueron perdiendo en los a?os ochenta por falta de decisi¨®n y porque el avance de la Feria de Madrid parec¨ªa a¨²n lejano. Directivos de la Fira recuerdan que en 1984 se plante¨® una primera oportunidad de ampliaci¨®n junto al centro comercial Pryca de El Prat de Llobregat. El asunto no estaba maduro y fue aplazado. En 1986 se volvi¨® a plantear la ampliaci¨®n, esta vez en el recinto de La Farga de L'Hospitalet. La operaci¨®n se enfri¨® porque el comit¨¦ ejecutivo y el consejo general no la vieron clara. En 1993 se produjo una nueva dilaci¨®n a causa de la larga pol¨¦mica entre la Generalitat, partidaria de ampliar la Fira en Mas Blau (El Prat de Llobregat), y el Ayuntamiento, que defendi¨® y sac¨® adelante la opci¨®n de Pedrosa.
Algunos empresarios, miembros de comit¨¦s organizadores de salones, que conocen la Fira destacan que con su actual recinto de Montju?c ¨¦sta no puede sacar m¨¢s rentabilidad al negocio. La propia Generalitat destaca que en el montaje y desmontaje de salones en Montju?c se tarda m¨¢s del doble del tiempo que se emplear¨ªa en un recinto m¨¢s moderno.
La C¨¢mara de Comercio, la Generalitat y el Ayuntamiento -este ¨²ltimo es el due?o del suelo que ocupa la Fira en Montju?c- comparten la idea de que hay que mantener las actuales instalaciones por la ventaja de estar en el centro de la ciudad. Pero tambi¨¦n que el recinto de Montju?c se ha quedado viejo y no es el adecuado para albergar los grandes salones.
Pero el nuevo y todav¨ªa peque?o recinto ferial de Montju?c-2 apenas tiene construidos 13.000 metros cuadrados, una superficie similar al Palacio de la Metalurgia del viejo recinto de Montju?c. Con la ampliaci¨®n que est¨¢ en marcha, y que acabar¨¢ el pr¨®ximo mes de diciembre, Montju?c-2 tendr¨¢ 38.000 metros cuadrados para expositores. Faltar¨¢ la ¨²ltima fase de la ampliaci¨®n, cuyo objetivo es colocar la superficie de Montju?c-2 cerca de los 70.000 metros (66.856 seg¨²n la sociedad Fira 2000), que se a?adir¨¢n a los de la antigua feria para alcanzar unos 135.000 metros en total. Montju?c-2 tendr¨¢ dos entradas principales: una por la Gran Via y otra por la avenida de la Zona Franca. La inversi¨®n realizada hasta ahora asciende a 21.000 millones de pesetas. Faltan 20.000 millones para tener listo todo el nuevo recinto.
Si se lleva a cabo la ampliaci¨®n, Barcelona tendr¨¢ una de las ferias urbanas mayores de Europa (similar a Versalles, de Par¨ªs, o a Mil¨¢n) y, en t¨¦rminos de espacio, podr¨¢ competir con otras, como Ifema -que tiene ahora 80.000 metros cuadrados y aumentar¨¢ su superficie hasta los 120.000 en enero de 2001- o la de Par¨ªs Le Bourget, que son ferias de extrarradio y est¨¢n consideradas por los expertos como "ferias de paso", se?alan fuentes de la Fira.
Para potenciar el nuevo recinto, el Ayuntamiento quiere conectar la estaci¨®n del metro ya prevista en el paseo de la Zona Franca con otra que est¨¦ junto a las instalaciones de Montju?c 2. El plan es que sea la pen¨²ltima estaci¨®n de un trayecto que alcanzar¨¢ el aeropuerto de El Prat (v¨¦r gr¨¢fico en la p¨¢gina anterior). Ni m¨¢s ni menos que como Ifema, que tiene el metro en el recinto conectado a la ciudad y al aeropuerto.
Acabar con las cuotas y luchas internas
Los enfrentamientos entre el presidente del comit¨¦ ejecutivo de la Fira -cargo que recae en el presidente de la Camara- y el director general -nombrado por el Ayuntamiento- han sido constantes en los ¨²ltimos a?os. La raz¨®n es que en la Fira hay dos fuentes de poder: el Ayuntamiento de Barcelona y la C¨¢mara. El director depende de un presidente del comit¨¦ ejecutivo que no le ha nombrado de forma directa.Para acabar con los enfrentamientos, las negociaciones en marcha para reformar los estatutos y dar entrada a la Generalitat pretenden que el comit¨¦ ejecutivo nombre al director general. Existe un acuerdo de principio para que el futuro comit¨¦ ejecutivo no tenga las actuales cuotas pol¨ªticas, sino que lo integren empresarios pactados entre todas las partes.
Ejemplos de pugnas son las que tuvieron Josep Miquel Abad, primer director general que nombr¨® el ex alcalde Pasqual Maragall, en 1983, y el fallecido Josep Maria Figueras, que presidi¨® la Fira entre 1979 y 1987. Las discusiones subieron de tono por los sueldos de alg¨²n colaborador externo, que Abad intent¨® recortar.
La apoteosis de los enfrentamientos se produjo entre el nuevo pesidente ejecutivo, Enric Reyna, designado por la C¨¢mara de Comercio, y Ferran Lemus. Reyna situ¨® su despacho de trabajo en la Fira y empez¨® a actuar en la actividad cotidiana. Daba unas instrucciones a los directores de la Fira y Lemus otras. La situaci¨®n provoc¨® la salida anticipada de Lemus como director general.
Las discrepancias se ha reproducido ahora entre Antoni Negre, presidente ejecutivo, y Adolf Cabruja, que sustituy¨® a Lemus como director general en 1991. Varias fuentes coinciden en que, aunque las relaciones entre Cabruja y Negre fueron buenas en los primeros a?os, empeoraron cuando Negre recuper¨® la presidencia de la Fira hace cuatro a?os. Negre empez¨® a tomar decisiones que hicieron que Cabruja sintiera que invad¨ªa su labor. Fuentes pr¨®ximas a ambos no ocultan que ni uno ni otro seguir¨¢n si fragua la reforma de los estatutos.
Pero tambi¨¦n ha habido periodos de concordia. El binomio entre Josep Llu¨ªs Jov¨¦ como presidente y Cabruja como director funcion¨® de 1995 a 1998, dicen varias fuentes de la Fira. Y hubo entendimiento entre Enric Crous como director general y Reyna.
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