Dos versiones de 'Mansfield Park'.
Cuando un director o directora decide filmar una novela u obra de teatro cl¨¢sicas que se desarrolla en una ¨¦poca anterior, puede elegir en l¨ªneas generales entre tres procedimientos diferentes. Puede ser tan fiel como le sea posible a los escenarios, atuendos y comportamientos de esa ¨¦poca; trasponer esos mismos elementos al presente, como ocurre en muchas producciones de Shakespeare; o, como hizo la fallecida Pilar Mir¨® con el Werther de Goethe, mantenerse b¨¢sicamente fiel al original e introducir temas contempor¨¢neos que tengan que ver con el contenido, pero que no est¨¢n presentes, ni apenas se insin¨²an, en el original.Este ¨²ltimo procedimiento es el que da su car¨¢cter especial a la ¨²ltima y excelente versi¨®n de Mansfield Park realizada por la directora inglesa Patricia Rozema. En un primer nivel, las novelas de Jane Austen son entretenidas comedias de costumbres, que, en su retrato de la vida de la aristocracia rural inglesa de principios del siglo XIX, ofrecen una s¨¢tira deliciosa, con unos finales m¨¢s o menos felices. Pero en otro nivel, en el contexto de estas historias corrientes de vidas corrientes, plantea a sus personajes unas alternativas morales fundamentales. En concreto -y por esto es por lo que se la asocia con las hermanas Bronte y George Eliot-, fue una pionera y elocuente portavoz de la igualdad de derechos para las mujeres.
En esta novela, sir Thomas Bertram, cuyos ingresos principales proceden de una plantaci¨®n en Antigua, tiene una importante posici¨®n social que mantener, una esposa indolente pero de buen car¨¢cter, una cu?ada mordaz, dos bellas hijas en edades casaderas, y dos hijos, el mayor de ellos bastante mediocre y heredero en potencia de la finca familiar, y el m¨¢s peque?o, destinado al clero, con el talante serio que corresponde a un cl¨¦rigo. Sir Thomas tiene un sentido patriarcal de la responsabilidad que le lleva a adoptar a la hija mayor de otra cu?ada, cuyo marido no gana el suficiente dinero para mantener a una familia numerosa. La chica, Fanny Price, aunque recibe la misma formaci¨®n acad¨¦mica que sus primas Mar¨ªa y Julia, es tratada abiertamente como la "pariente pobre", como si de hecho fuera una especie de dama de compa?¨ªa de lady Bertram.
Fanny nunca se enfrenta al c¨®digo que determina su categor¨ªa ligeramente inferior. Es inteligente, sensible, y de vez en cuando se siente celosa de los privilegios de sus primos. Siente un ambiguo amor de prima, o amor de mujer, por Henry, el m¨¢s joven de ellos. Pero, aparte de su posici¨®n social, se siente moralmente ajena al ambiente social en el que los ingresos no ganados a base de sudor, la equitaci¨®n, los juegos de cartas y las oportunistas conquistas sociales son las principales formas de emplear el tiempo y la energ¨ªa.
Las escenas m¨¢s dram¨¢ticas de la novela, las m¨¢s sinceras moralmente, son aquellas en que Fanny, quien a lo largo de su estancia de nueve a?os en Mansfield se ha convertido en una joven muy bella, rechaza la proposici¨®n de matrimonio de un pretendiente joven, muy rico, y a juzgar por todas las apariencias, de buen ver. Sir Thomas se siente horrorizado, es literalmente incapaz de aceptar que su hasta entonces obediente sobrina sepa lo que quiere en esta cuesti¨®n. El variopinto grupo de mujeres de la familia piensa que est¨¢ loca por rechazar una proposici¨®n as¨ª. Sin embargo, Fanny ha visto la faceta completamente amoral de este pretendiente en sus devaneos con sus primas. No puede decirle a su t¨ªo que la baja opini¨®n que tiene de Henry Crawford se basa en el comportamiento de ¨¦ste con sus hijas, pero sabe que jam¨¢s ser¨¢ capaz de amar a un hombre as¨ª, y as¨ª se lo dice, con toda la delicadeza y el control de que es capaz, tanto al pretendiente como a su t¨ªo. El primero se niega a aceptar el no por respuesta y el segundo da rienda suelta a su frustraci¨®n con vaticinios de que su sobrina lamentar¨¢ por mucho tiempo esta vena de tozudez.
En su tratamiento literario del conflicto, Jane Austen plantea el problema moral de una forma que trasciende por completo el ¨¢mbito de una comedia de costumbres de la clase alta. ?Debe cualquier mujer sentirse en la obligaci¨®n de casarse con un hombre al que no ama a causa de las ventajas materiales que ello le reportar¨¢ a ella y a su familia? ?Hay alguna raz¨®n por la cual una persona, de uno u otro sexo, deba someterse a cualquier autoridad a la hora de tomar decisiones cruciales relacionadas con su vida privada? Adem¨¢s, con la clase de negativa de Fanny, la autora aborda otro dilema moral, aunque menos serio: ?c¨®mo se puede respetar la dignidad de alguien que le admira a uno, pero cuya admiraci¨®n uno no puede corresponder sinceramente? Fanny nunca podr¨¢ aplacar al pretendiente rechazado, pero a la larga, su no se gana la admiraci¨®n y el renovado amor de su patriarcal t¨ªo, y tambi¨¦n desemboca m¨¢s tarde en un genuino matrimonio por amor con su primo, el futuro cl¨¦rigo.
En estas partes de la pel¨ªcula, a la hora de tratar la vida social de la aristocracia rural y la reivindicaci¨®n de su independencia por parte de Fanny, Patricia Rozema ha seguido fielmente tanto el texto como el esp¨ªritu del original. Es evidente que comparte tanto la defensa sin sermoneos, pero en¨¦rgica, que hace Jane Austen de la independencia de una joven como su actitud sat¨ªrica hacia la mayor parte del aristocr¨¢tico c¨ªrculo social de Mansfield Park. Pero ha a?adido dos elementos. Un personaje muy importante de la novela es Mary Crawford, hermana del pretendiente fracasado, y una mujer que tiene en com¨²n con Fanny su inteligencia y car¨¢cter independiente, pero que tambi¨¦n comparte el car¨¢cter amoral y oportunista de su hermano.
Hay una escena en la que Fanny est¨¢ cambi¨¢ndose de ropa y recibiendo un collar de Mary, cuyos gestos parecen implicar una proposici¨®n sutil, aunque claramente l¨¦sbica. Fiel a su moralidad convencional y de una absoluta sinceridad, y a su deseo de no hacer da?o a los dem¨¢s, Fanny se las apa?a para "no darse cuenta" de estos gestos. No
hay nada en el texto que d¨¦ a entender lo mismo que la pel¨ªcula, pero la escena est¨¢ bellamente interpretada, y guarda plena coherencia con las dos personalidades tal como las ve una directora contempor¨¢nea que basa su trabajo en Jane Austen sin limitarse a las palabras expl¨ªcitas de esta ¨²ltima.
El otro a?adido representa un claro alejamiento del tema real de Austen. Rozema da una gran importancia al problema de la esclavitud. Vemos un barco de esclavos que se mantiene a distancia de las costas de Inglaterra cuando Fanny, entonces con nueve a?os, viaja hacia la finca de su t¨ªo. El hijo mayor, Tom, aparece retratado como un hombre de principios enemigo de la eclavitud, que ha llenado todo un cuaderno con dibujos de los horrores de la esclavitud realizado cuando acompa?¨® a su padre a Antigua. En la novela se rebela contra la gazmo?a moralidad de su padre y cae gravemente enfermo mientras est¨¢ divirti¨¦ndose y corri¨¦ndose una juerga con los amigos.
Pero en la pel¨ªcula su enfermedad est¨¢ relacionada con los terribles recuerdos de su visita a la plantaci¨®n. Su turbado padre destruye los bocetos, y mientras est¨¢ sentado junto al lecho de su hijo inconsciente, dice tr¨¢gicamente que todo lo que su hijo quer¨ªa era "una misi¨®n noble en la vida". La novela se limita a mencionar que sir Thomas es propietario de una plantaci¨®n y que viaja a Antigua por asuntos de negocios. Aqu¨ª tambi¨¦n el a?adido parece cre¨ªble en potencia, pero la fidelidad de la directora al car¨¢cter insustancial de Tom le hace dif¨ªcil retratarle tambi¨¦n como un cruzado contra la esclavitud con una misi¨®n noble en la vida.
Un ¨²ltimo comentario sobre esta extraordinaria pel¨ªcula: la conmovedora recreaci¨®n de Fanny Price por Frances O'Conner y la magn¨ªfica interpretaci¨®n de sir Thomas por uno de los principales autores teatrales brit¨¢nicos contempor¨¢neos: Harold Pinter.
Gabriel Jackson es historiador.
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