ETA calific¨® de "poco serio" el intento de los partidos de matizar su propuesta

El PNV hizo p¨²blica ayer una carta que recibi¨® de ETA en octubre de 1998 (aunque fue redactada en septiembre, el mes en que comenz¨® la tregua) en la que la organizaci¨®n terrorista rechazaba las "modificaciones" que el PNV y EA pretend¨ªan incluir en la propuesta que ETA les hab¨ªa planteado en julio de ese a?o. Incluso califica ese intento de "poco serio". Seg¨²n los dirigentes peneuvistas Xabier Arzalluz y Joseba Egibar, que presentaron el documento hasta ahora in¨¦dito, este texto demuestra "que ETA miente", ya que los nacionalistas nunca llegaron a firmar ning¨²n acuerdo, al no aceptar la banda "especificaciones" a su primer documento.

La misiva es la contestaci¨®n de la banda terrorista a la respuesta que dieron los dos partidos nacionalistas a la propuesta que les dirigi¨® ETA en la que, entre otras cosas, se planteaba un acuerdo para crear instituciones como primer paso para la independencia y la ruptura con el PP y el PSOE. La carta, en tono paternalista, comienza zanjando cualquier posibilidad de admitir "modificaciones sobre el documento original". "Nos parece poco serio", dice. "Seg¨²n nos dijisteis, vosotros tambi¨¦n lo ve¨ªais as¨ª, y fue el deseo de EA la raz¨®n de hacer las cosas as¨ª. Entendemos, por tanto, que las responsabilidades son diferentes". As¨ª que el documento ni siquiera entra a considerar las condiciones que pretend¨ªan introducir los partidos y se limita a dejar para "m¨¢s adelante" "las aclaraciones en torno al acuerdo y los pasos a dar" que solicitaban los nacionalistas.

Respecto a la metodolog¨ªa que habr¨ªa de presidir los tratos entre ambos partidos y ETA, el texto deja ver que el PNV y EA hab¨ªan pretendido "trabajar un acuerdo entre los dos". "Nosotros pensamos que no se debe desplazar a nadie y que la responsabilidad de la construcci¨®n nacional nos corresponde a todos, a pesar de que las fuerzas y capacidades sean diferentes. Por lo tanto, hemos querido mantener la f¨®rmula que implica a los tres. Ello no implica la negaci¨®n de las relaciones bilaterales, del mismo modo que en otras ocasiones pueden ser trilaterales o multilaterales".

ETA interpreta que la respuesta de PNV y EA a su propuesta deja traslucir que la preocupaci¨®n de los dos partidos se refiere al "mantenimiento" de su espacio y ve asimismo en su actitud "una falta de arrojo para dar pasos adelante". Pero de inmediato matiza y aprecia comportamientos "totalmente distintos" entre los l¨ªderes del PNV. Frente a la " discreci¨®n y seriedad" de los del partido atribuye "una postura en absoluto honesta" a "ciertos responsables del Gobierno de Gasteiz", adem¨¢s de falta de discreci¨®n, partidismo y af¨¢n de protagonismo.

"Deformar el acuerdo"

Pero lo que m¨¢s irrita a ETA, y emplea may¨²sculas por si alguien dudaba, es el "esfuerzo realizado por deformar el acuerdo", que no buscaba el fin de la violencia sino la independencia. "Se ha hablado en exclusiva de la 'paz', e identificando siempre la paz con el alto el fuego de ETA. Sin embargo, la fase pol¨ªtica que afrontamos no es la de la 'paz', sino la de la SOBERAN?A. Y la legislatura del Parlamento de Gasteiz no va a ser la de la 'paz', sino LA ?LTIMA LEGISLATURA". Pocas semanas despu¨¦s de la redacci¨®n de la carta, el 25 de octubre, hubo elecciones en Euskadi.

"No tiene mucho fundamento el intento de explicar los cambios pol¨ªticos que est¨¢n acaeciendo solamente mediante la evoluci¨®n y transformaci¨®n de la izquierda abertzale. Como si se quisiera tomar la delantera a la publicaci¨®n de la decisi¨®n de la organizaci¨®n. Comprendemos la necesidad de ir trabajando ciertos mensajes, aunque s¨®lo sea para guardar la espalda ante los ataques medi¨¢tico/pol¨ªticos desde Espa?a", a?ade.

En toda caso, en ese momento ETA exonera de culpa al PNV y centra sus cr¨ªticas en el Gobierno vasco. "Los mensajes y las posturas han de ser diferentes, pero ese 'juego de roles' sobraba en este momento". En varias ocasiones elogia la postura del partido nacionalista. Ante el alto el fuego "ha demostrado seriedad y madurez pol¨ªtica" y su "compromiso" hacia la soberan¨ªa a trav¨¦s del Pacto de Lizarra, que bendice la banda terrorista en un par de ocasiones.

Al final ETA se dedica a glosar el nuevo escenario en Euskadi ("todos nos encontramos en una situaci¨®n especial que quer¨ªamos ver desde hace mucho tiempo") y a recordar a los abertzales que "la cuesti¨®n no es pedir 'responsabilidad y valent¨ªa' al Gobierno de Madrid" si no a los propios nacionalistas implicados en el viaje a la independencia. Y recalca la idea desvinculando a Espa?a y Francia de la responsabilidad de que la tregua se convirtiera en definitiva. "La responsabilidad es de todos los que queremos y amamos la libertad de Euskal Herria".