El chasco
La marcha de Celia Villalobos a Madrid era un acontecimiento tan esperado en M¨¢laga como el parto del primer hijo. Que la alcaldesa ten¨ªa papeletas para salir de ministra lo sab¨ªa todo el mundo, incluso ella, por m¨¢s que se hiciera la nueva y pregonara que lo mejor que le hab¨ªa pasado en su vida era ser alcaldesa de M¨¢laga. Lo dijo incluso en la primera entrevista que concedi¨® una vez que se supo que la reclamaban de Madrid. "En el Consejo de Ministros llevar¨¦ dos carteras; la de Sanidad y la de M¨¢laga", proclam¨®, feliz, mientras se fotografiaba con una sonrisa de colegiala radiante junto al codiciado malet¨ªn.Lo que no esperaba la oposici¨®n municipal, y por eso ahora andan todos con un disgusto de a¨²pa, era que la frase ten¨ªa un sentido literal. Ayer lo confirm¨® su sucesor en el cargo, Francisco de la Torre, un veterano pol¨ªtico del que todos esperaban un golpe de tim¨®n. Y De la Torre ha dado un golpe de tim¨®n, pero no el que esperaban PSOE e IU. Ha colocado en los puestos de m¨¢xima responsabilidad del grupo municipal a dos personas de la confianza de Villalobos, el ex concejal de Seguridad, Manuel Ramos para la primera tenencia de alcald¨ªa, y Olivia Gonz¨¢lez para Urbanismo.
La segunda ha sido aceptada con tibieza, pero el primero ha levantado todas las ampollas posibles. Y las peores no son las de la oposici¨®n, que se ha limitado a remover la fama de mal pagador del edil (hace dos meses se conoci¨® que sobre su sueldo pesaban cuatro ¨®rdenes de embargo, una de ellas por impago de impuestos municipales). Las peores son las de la direcci¨®n del partido, que, despu¨¦s de haber perdido todas y cada una de sus batallas con Villalobos, tiene ahora que soportar en silencio que la enemiga vuelva a pasar sobre ellos como el Cid Campeador, gan¨¢ndoles batallas en su territorio despu¨¦s de muerta. Es que no est¨¢ muerta. Est¨¢ de viaje.
Igual que Jos¨¦ Villanueva Carnero, un vecino del pueblo malague?o de Riogordo que ha pasado 18 a?os desaparecido por no poder pagar una deuda de 20.000 pesetas y, cuando todos lo daban por muerto, resulta que estaba en Murcia, tan campante. Las andanzas de este hombre, que ha pasado todo el tiempo caminando sin rumbo fijo, entrar¨¢n en la leyenda del pueblo, pero a ¨¦l le da lo mismo. Lo ¨²nico que le apasiona es la liga de f¨²tbol. Por ah¨ª va a demostrar que no es un ser antisocial.
ESPERANZA PEL?EZ
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