Las hadas no tienen varita m¨¢gica en los institutos
"Me met¨ª en esto por convencimiento. Porque quer¨ªa demostrar que la ense?anza p¨²blica tiene que estar a la misma altura o mejor que la privada". En los ocho a?os que Concha Arribas lleva al frente del instituto San Juan Bautista no se le ha desgastado la m¨¢xima, pero s¨ª las ganas de ser ella la responsable de ponerla en pr¨¢ctica. Por eso no renovar¨¢ su candidatura para las pr¨®ximas elecciones de director, que tendr¨¢n lugar en 170 centros de secundaria de los 280 que hay en la regi¨®n. "La educaci¨®n es la gran asignatura pendiente. Pero ir de Llanero Solitario por la vida es muy dif¨ªcil".?sa es la queja fundamental de este colectivo, que se considera "entre dos paredes", seg¨²n se?ala Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez, director del P¨ªo Baroja: entre la Administraci¨®n -a la que representan en los centros- y la comunidad escolar -a la que tienen que guiar con un buen proyecto educativo-. Eso, cuando la calefacci¨®n funciona y no hay que llamar a los t¨¦cnicos. "Hay momentos en los que el conflicto es patente: el consejo escolar dice: 'Esto es lo que nos hace falta', y la Administraci¨®n contesta: 'Pues no tengo un duro". Entra un conserje a consultarle.
Quiz¨¢s por eso, los directores de los centros p¨²blicos de secundaria afrontan el proceso de elecciones conovocado para junio con escepticismo. El mismo que hace cuatros a?os, cuando la Administraci¨®n tuvo que echar mano en un 45% de los casos de un m¨¦todo que se considera excepcional: seleccionarlos a dedo. No hab¨ªa docentes que -por un complemento retributivo que oscila, seg¨²n el n¨²mero de alumnos, entre las 280.000 y el mill¨®n de pesetas anual- quisieran actuar de "hada madrina", tal y como define ir¨®nicamente Charo de Paz, directora del Arturo Soria, a sus hom¨®logos.
Y es que la tarea de director no es para cualquiera, aunque la Administraci¨®n imparte cursos para todo aquel que quiera llegar a serlo. Ha de ser una persona que dinamice el trabajo en equipo, que sepa gestionar los recursos humanos y el dinero, que tenga disposici¨®n para atender al alumnado y a sus familias y con el suficiente empuje para poner en marcha iniciativas de formaci¨®n e innovaci¨®n. "Te piden que seas gestor, con experiencia en din¨¢mica de grupos... Vamos, que tengas la varita m¨¢gica. Y los recursos para poner en pr¨¢ctica todas las tareas que te encomienda la ley se dan con cuentagotas", comenta De Paz. Y se pregunta: "En esta situaci¨®n, ?qui¨¦n crees que se va a presentar?"
Pues, ella. Lleg¨® al Arturo Soria hace cinco a?os impuesta por la inspecci¨®n. Pero, tras un a?o, se present¨® voluntariamente. "Es mucho mejor cuando te elige el consejo escolar", comenta, "primero porque te obligan a presentar un equipo y un programa educativo -que recibe las cr¨ªticas correspondientes-, y segundo, porque hay un apoyo por parte del profesorado que hace que, aunque sea una tarea dif¨ªcil, no est¨¦s solo". Ahora renueva porque quiere darse m¨¢s tiempo para cumplir los objetivos de su equipo: atender mejor a los alumnos de diversidad y reducir el fracaso escolar: un 60%.
Todos coinciden en que la complejidad de los institutos, que "antes eran sota, caballo y rey", se ha disparado con la reforma educativa. Es decir, s¨®lo ten¨ªan BUP y COU y, algunos, formaci¨®n profesional. "Ahora tenemos una serie de ense?anzas que son cada una de su padre y de su madre: la ESO, ciclos formativos, programas de garant¨ªa social... Todo eso exige reg¨ªmenes organizativos distintos y su seguimiento", comenta Mart¨ªnez, que va a cumplir 14 a?os al frente del P¨ªo Baroja y que, con pr¨¢ctica seguridad, renueve el intento.
A esto hay que a?adir que ahora les llegan los chavales con 12 a?os, en vez de con 14. "A estos cr¨ªos no les puedes tratar de la misma manera", comenta Mart¨ªnez. Y luego, otro de los puntos m¨¢s controvertidos: tener a chicos hasta los 16 que no quieren estudiar, pero a los que la ley les obliga. "Esto genera unos problemas de disciplina tremendos", dice Arribas. Antes tan s¨®lo les llegaban aquellos alumnos que hab¨ªan decidido estar en un aula de motu proprio, y normalmente, con la intenci¨®n de continuar en la Universidad. Todo un lujo.
De Paz se?ala que no ser¨ªa mala idea crear, como hay en Francia, un cuerpo de directores. Las ventajas: "Estar¨ªan especializados en la materia". Las desventajas: "No podr¨ªan comprender los verdaderos problemas que se generan en los centros". Si en algo est¨¢n de acuerdo es en que "el modelo tiene que cambiar", seg¨²n dice Mart¨ªnez. Actualmente los directores son acreditados para desempe?ar sus funciones, pero luego son sometidos a los votos del consejo escolar. Eso, cuando hay voluntarios.
"Lo de la er¨®tica del poder no funciona con nosotros. Si lo hacemos es por que te lo piden los padres, los alumnos, los compa?eros... Y porque, al fin y al cabo, siempre se puede hacer algo", dice Mart¨ªnez. Pero lo cierto es que, ante la perspectiva que dibujan, la cifra del 55% de voluntarios en las pasadas elecciones parece alta. "Claro que no todo es fracaso", a?ade De Paz. Para ella, ese hacer algo se concret¨® en ense?ar a leer y a escribir a un chaval discapacitado. "Esas son las cosas que te dan una satisfacci¨®n enorme".
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