Europa, desvertebrada

Dos noticias producidas en la ¨²ltima semana evidencian, no sin cierta alarma, el estado de postraci¨®n pol¨ªtica en que se halla la Uni¨®n Europea. La ca¨ªda, al parecer incontrolada, del euro, m¨¢s all¨¢ de l¨ªmites aceptables, que ha provocado una declaraci¨®n ins¨®lita y un tanto vacua del presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, es una de ellas. La otra ha sido la crisis, solventada peor que bien, que ha sacudido al Gabinete del presidente de la Comisi¨®n Europea, Romano Prodi. En estas circunstancias, no es extra?o que el inmediato futuro pol¨ªtico de Europa centre la atenci¨®n de los ministros de Exteriores de la UE, reunidos este fin de semana en las Azores.La Uni¨®n Europea sigue atravesando una crisis de liderazgo pasmosa, a cuya soluci¨®n en nada ha contribuido el presidente de la Comisi¨®n Europea, Romano Prodi, como se ha puesto de manifiesto, una vez m¨¢s, en la forma de resolver la crisis de su Gabinete. M¨¢s all¨¢ del acierto o desacierto de los cambios, Prodi ha pasado por encima de sus propios principios de promocionar a los funcionarios por sus m¨¦ritos y no a dedo, y lo ha hecho sin consultar a nadie. Pero la situaci¨®n pol¨ªtica es m¨¢s preocupante a¨²n al coincidir con una falta de liderazgo entre los jefes de Estado y de Gobierno que componen el Consejo Europeo. El presidente franc¨¦s, el gaullista Jacques Chirac, cohabita con el primer ministro, el socialista Lionel Jospin, en una rivalidad de cara a las pr¨®ximas presidenciales que socava la tradicional iniciativa francesa en materia europea. En Alemania, Schr?der tambi¨¦n aparece ensimismado y ausente del eje franco-alem¨¢n, ahora totalmente paralizado. En cuanto a Blair, no estando el Reino Unido en el euro, tiene un h¨¢ndicap serio al tiempo que impregna al resto de Europa de una visi¨®n muy nacional y mercantilista de la construcci¨®n europea.

En estos momentos, y pese a que est¨¦ en curso una nueva negociaci¨®n para reformar los tratados, no hay ninguna visi¨®n de conjunto sobre el futuro de Europa. Tanto es as¨ª, que si los Quince abrieron en diciembre la posibilidad de ingresar en la UE a la mayor parte de Europa, ahora muchos de ellos parecen arrepentirse y piden que se frene este proceso. Los miembros del Consejo Europeo y el propio Romano Prodi deber¨ªan intentar volver a tomar las riendas pol¨ªticas de una construcci¨®n europea que, si no va a m¨¢s, corre el riesgo de ir a menos, y, en consecuencia, a peor para todos.