Bailaores sevillanos, cantaores jerezanos
La sesi¨®n del viernes, con cuatro bailaores de distinto corte, fue otra oportunidad para tomar el pulso al baile flamenco actual.De los cuatro sevillanos, el que m¨¢s me interes¨® fue El Mimbre, quiz¨¢ porque hac¨ªa como 12 a?os que no le ve¨ªa. Es hermano de Matilde Coral, y sorprendi¨® a la audiencia con unas alegr¨ªas llenas de encanto, se?oriales, en que el cuerpo apenas insin¨²a los pasos, las actitudes. Este baile nada tiene que ver con el de los bailaores actuales, que todo lo basan en el zapateado, a menudo desaforado.
El Mimbre acus¨® cierta inseguridad en algunos momentos, producto quiz¨¢ de que no est¨¢ trabajando mucho, pero ver de nuevo esa forma de bailar fue un feliz reencuentro. El deleite sigui¨® con su baile por siguiriyas, al viejo estilo solemne y pastue?o, cantado de maravilla por Curro Fern¨¢ndez.
Farruquito, Angelita Vargas, Juana Amaya, El Mimbre
En Ca Fernando de la Morena. Teatro Villamarta. Jerez, 5 y 6 de mayo.
Todo lo contrario es el baile de Juana Amaya. Puro nervio, a veces rabia, que se descarga en zapateados tremendamente en¨¦rgicos y con una poderosa capacidad de transmisi¨®n. Algunas pausas imprescindibles ponen los contrapuntos necesarios para poder continuar con renovado ardor. Gran baile, quiz¨¢ un tanto monocorde por la repetici¨®n de recursos, pero gran baile.
Farruquito mantiene vivo el sello de la casa, del gran Farruco. Aquella prestancia, aquella facilidad incre¨ªble para hacer con los pies y el cuerpo cosas que ni siquiera se pueden describir. Pero esto ya se lo hab¨ªamos visto antes, y nos preguntamos si un bailaor de su edad no deber¨ªa entregarse a la creaci¨®n de cosas nuevas.
De la Vargas no hay mucho que decir. La noche del s¨¢bado hubo que buscar una soluci¨®n de recambio al no acudir Javier Bar¨®n por una lesi¨®n inoportuna. El escenario del Villamarta se convirti¨® en caf¨¦ cantante, en el que actuaron Fernando de la Morena y su familia. Arte de Jerez de excelente factura. Comenz¨® ¨¦l con un cante de trilla de ins¨®lita grandeza y terminaron todos por buler¨ªas.
Babelia
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