Matadores de inv¨¢lidos

La corrida de Jandilla estuvo a punto de frustrar una tarde rodeada de una expectaci¨®n especial y que provoc¨® un entrad¨®n en la Monumental, porque, junto a Finito de C¨®rdoba y El Juli, reaparec¨ªa Jos¨¦ Tom¨¢s, el indiscutible triunfador de la pasada temporada en Barcelona, y lo hac¨ªa despu¨¦s de su cogida del pasado 9 de abril en Zaragoza, en un momento delicado para ¨¦l, dada su ausencia de las grandes ferias.Pero los Jandilla, en general bien presentados, dieron un pobr¨ªsimo juego: no ten¨ªan fuerza ninguna. El primero fue devuelto por doblar ligeramente las manos y luego hubo otros m¨¢s flojos, que no regresaron a chiqueros. El sobrero, manso, descompuesto y sin humillar. El segundo, con amagos de rajarse, se lesion¨® una mano. El tercero, con atisbos de nobleza, pero muy flojo. El cuarto, manso y floj¨ªsimo. El quinto, bravito en la muleta, pero flojo y casi no se pic¨®. Y el sexto dur¨® poco.

Los tres diestros hicieron el papel de matadores de inv¨¢lidos. Finito no tuvo opci¨®n. Imposible su primero, inexistente el cuarto. A pesar de ello, lo intent¨® y mostr¨® que est¨¢ muy decidido.

Jos¨¦ Tom¨¢s hizo al sobrero con un quiet¨ªsimo quite por gaoneras. Despu¨¦s de lancear con quietud a su primero y de un quite por tropezadas chicuelinas, la res se lesion¨® y hubo de desistir de muletearla. Al quinto le hizo un quite de fantas¨ªa, casi no se pic¨® el animal que ten¨ªa delante (llamarle toro ser¨ªa hacerle un favor) y, con inteligencia y quietud, se invent¨® una faena, que cal¨® en el p¨²blico. Tore¨® con pausas para que la res tomase aire. Las dos orejas, fueron excesivas dada la poca entidad de su oponente.

El Juli hizo un gran quite por chicuelinas de rodillas. Su primero, un inv¨¢lido, s¨®lo le permiti¨® apuntar un toreo suave al natural. Sali¨® a por todas en el sexto. Dos largas afaroladas, quite algo embarullado por zapopinas y gran tercio de banderillas. La faena tuvo un principio torer¨ªsimo por bajo y sigui¨® con un gran sentido del temple. Tuvo tambi¨¦n que dministrar el aire de bovino, pero el astado se acab¨® pronto. Una estocada y cuatro descabellos hicieron que se esfumase el bien ganado trofeo, aunque la vuelta fue clamorosa.