Investigar al poderoso
Con mas de veinte a?os de r¨¦gimen democr¨¢tico, ha llegado el momento de reivindicar la necesidad de que los peritos y jueces a los que ha tocado el deber de investigar a personajes poderosos e influyentes en temas presuntamente delictivos puedan ejercer su trabajo en unas condiciones que no sean las de sufrir unas presiones poco menos que insoportables. Aqu¨ª estas investigaciones, en particular, se alargan hasta mas all¨¢ de todo plazo razonable. Tengo documentado casos potencialmente explosivos que ya han sobrepasado los ocho a?os de instrucci¨®n en la Audiencia Nacional. Mientras duran estos procesos muchos profesionales honestos, encargados de investigar tanto delito de cuello blanco, acaban agotados cuando no asqueados por lo que han tenido que soportar a?o tras a?o, incluidos los desprecios de alg¨²n fiscal adoctrinado. El instructor y sus ayudantes son sometidos constantemente al demag¨®gico argumento de que lo que investigan son temas muy delicados, que van a tener una gran trascendencia econ¨®mica, incluso en t¨¦rminos de puestos de trabajo. En el fondo, una constante invitaci¨®n a que es peor el remedio que la enfermedad. Mientras, los equipos de "prestigiosos" abogados estiran el estado de derecho en busca de una prescripci¨®n complaciente, los pol¨ªticos se dejan halagar por los poderosos bajo sospecha y los medios silencian o achuchan seg¨²n convenga en cada coyuntura.Recientemente Carlos Villarejo en la memoria anual de la Fiscalia Anticorrupci¨®n expresaba su desaz¨®n por el hecho de que quienes son investigados por su equipo, en su mayor¨ªa empresarios o administradores de sociedades, alcen la voz para denunciar presuntos perjuicios econ¨®micos que ocasiona la apertura de un procedimiento para investigar posibles delitos. Este fiscal defend¨ªa, cargado de raz¨®n, que el proceso justo debe estar por encima de cualquier eventual p¨¦rdida econ¨®mica. Da dos razones; la primera, que si se tomara en cuenta el riesgo de variaci¨®n en la cotizaci¨®n burs¨¢til o cualquier grado de perturbaci¨®n en la actividad mercantil, existir¨ªa una "n¨ªtida" desigualdad con la delincuencia com¨²n. Y la segunda que si "el objeto de la investigaci¨®n hubiera de resolverse a favor de los intereses econ¨®micos, ser¨ªa preferible y mucho m¨¢s econ¨®mico, y desde luego, favorecedor en la impunidad de la delincuencia, que la Administraci¨®n de Justicia no iniciaran investigaci¨®n alguna".
Si al juez Jackson no parece temblarle la mano por la ca¨ªda de las acciones de Microsoft en Wall Street, ?por qu¨¦ un fiscal espa?ol tiene que reivindicar lo obvio, a la hora de investigar una situaci¨®n presuntamente delictiva?
Hoy Espa?a esta resolviendo una serie de situaciones presuntamente delictivas enquistadas en los ¨²ltimos diez a?os: la forma de hacer negocios y liquidar grandes empresas del entorno de De la Rosa, la actuaci¨®n de la plana mayor de la Administraci¨®n de Hacienda en Catalu?a, las pr¨¢cticas financieras que encarn¨® Mario Conde, el episodio de las cesiones de cr¨¦dito de lo que ahora es una gran instituci¨®n bancaria, etc¨¦tera. Tengan los ciudadanos la seguridad que todas pasar¨¢n a ser juzgadas, la cuesti¨®n ser¨¢ cu¨¢ndo y cu¨¢nta resistencia m¨¢s o menos leg¨ªtima opondr¨¢n los presuntos imputados.
La justicia debe revisar su forma de actuar, no puede agotar a sus mejores peones durante la investigaci¨®n, no debe dejar que la pol¨ªtica se meta ni siquiera por medio de la Fiscal¨ªa General del Estado. No se trata de ser justiciero, solo de normalizar nuestra democracia. De hecho no ser¨ªa una mala idea que se llegar¨¢ a acuerdos con estos presuntos poderosos, a compromisos legales con luz y taqu¨ªgrafos, porque el objetivo no es que nadie vaya a la c¨¢rcel, sino que simplemente cada uno devuelva lo que era de todos y acab¨® en su poder de forma irregular. Liquidemos los temas, con ello habremos dado un gran paso y tendremos una saludable sensaci¨®n de justicia para todos.
Gregorio Mart¨ªn es director del Instituto de Rob¨®tica de la Universidad de Valencia.
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