Peligro
Siempre se ha dicho que la sociedad civil camina un paso adelante con respecto a las Administraciones p¨²blicas que sufre. Aunque generalizar resulte injusto, las evidencias se registran tan a menudo que no entiendo por qu¨¦ seguimos engordando las arcas p¨²blicas, de las que dependen la obsoleta maquinaria burocr¨¢tica y quienes en ella se han instalado, ejemplos vivientes de encefalograma plano, cr¨®nico y sin posibilidad de enmienda.Que organismos p¨²blicos como el Ayuntamiento de Orihuela, la Generalitat Valenciana y el Gobierno de Murcia reconozcan ahora que la contaminaci¨®n del r¨ªo Segura es grave, seria, cr¨ªtica y hasta peligrosa, puede resultar un avance en la lucha por el saneamiento integral de ese serpenteante y nauseabundo cauce que en los mapas pintan de azul, pero la cosa tiene otra lectura, y no es otra que los que ahora asumen lo obvio no son de este mundo. O no lo pisan.
Los ciudadanos de Murcia y las vegas Media y Baja del Segura llevan a?os tap¨¢ndose la nariz con pa?uelos aromatizados para evitar que los pestilentes efluvios del r¨ªo les provoquen arcadas. A?os educando a sus hijos en la cultura del anti-r¨ªo (no lo toques, no lo pises, no lo huelas, no lo mires). A?os lamentando tener que regar su campo con un l¨ªquido que no saben bien si lo alimenta o envenena lentamente. A?os reclamando a los del encefalograma que abandonen su ceguera, su sordera y su tontez y se pongan a trabajar en serio.
Y esos, ahora, no se sabe muy bien por qu¨¦, han reaccionado.
No con una ley que penalice los vertidos contaminantes. No con multas sangrantes, por abultadas, a quienes utilizan el r¨ªo como vertedero. No con juicios por atentado contra el medio ambiente y la salud p¨²blica.
Lo han hecho reconociendo, p¨²blica y oficialmente por vez primera, que el Segura est¨¢ muerto, y que se suman a la conciencia colectiva. ?Para cu¨¢ndo asumir que se trata de un problema econ¨®mico y no medioambiental, que granjas e industrias conserveras y de curtidos son realmente las que mandan?
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