Big Kahune, ¨²ltimas tendencias GUILLEM MART?NEZ
El 'efecto Big Kahune'. El Big Kahune es una met¨¢fora del punto de vista. El Big Kahune a) es para los nativos del Pac¨ªfico sur una ola gigantesca que lo arrasa todo. En principio es algo m¨ªtico. Pero de haberlos, haylos. El a?o pasado una ola arras¨® el archipi¨¦lago Tonga. Chof. Bueno, Tonga est¨¢ m¨¢s o menos a un metro sobre el nivel del mar en el Alicante del Pac¨ªfico sur, de lo que se desprende que el desastre de Tonga igual no fue cosa del Big Kahune, sino de un Kahune Kanijo. En otro orden de cosas, el Big Kahune b) tambi¨¦n es un mito para todo lo contrario del nativo del Pac¨ªfico sur. Es decir, para un surfista. Para los surfers, el Big Kahune es la gran ola que te espera en alguna parte. Recibe varios nombres adem¨¢s de Big Kahune. Como The great wednesday, nombre que dio t¨ªtulo a una bella y sencilla peli de surfers sobre su ola; es decir, sobre la vida; es decir, sobre el fracaso y el ¨¦xito relativos. En California la nuit, los surfistas se arremangan el traje de neopreno, se sientan en c¨ªrculo frente a una hoguera, chupan un ¨¢cido y se pasan la noche hablando de su Big Kahune y de sus manos, que se convierten en flores que silban canciones de colores -ya les he dicho que se tomaban un ¨¢cido-. En fin. El Big Kahune es un fen¨®meno universal: una ola de un par de etc¨¦teras. Pero mientras que para unos individuos que viven sobre el suelo es una cat¨¢strofe, para otros que viven sobre las olas es un sue?o. La vida es un l¨ªo. Y el Big Kahune es una met¨¢fora del punto de vista. El punto de vista es el gran l¨ªo de la vida.Supongo que, en estos momentos, se preguntan qu¨¦ tiene que ver Fabi¨¢n Estap¨¦ con todo esto. Todo esto viene a que la imagen del Big Kahune puede ser una buena met¨¢fora del franquismo. El franquismo es el Big Kahune arrasando todo un pa¨ªs. Hasta tal punto que hizo desaparecer 200 a?os de historia. Los 200 a?os de historia liberal. Pero tambi¨¦n es una ola king-size sobre la que mucha gente hizo surf, vivi¨® sus glory days y se lo pas¨® bien. O, incluso, muy bien. La transici¨®n no es un muro sobre el que se estrella el Big Kahune y sus surfers. Es una playa en la que los surfers pudieron bajar de su tabla a pie y, como no hab¨ªa 200 a?os de historia, contarlo tranquilamente. Es importante escuchar las historias que explican estos surfers. Es importante compararlas con las historias inexistentes de los ahogados. Por la raz¨®n de que es importante no olvidar que el Big Kahune franquista no es un hito del surf. Es un hito de la cat¨¢strofe.
?Alguien sabe lo que pas¨®? Fabi¨¢n es un tipo al que me cuesta ubicar. Profesor universitario, en sus clases durante el Big Kahune se citaba con normalidad Marx o Keynes. Como docente, quiz¨¢ es el eslab¨®n que comunica Joan Sard¨¤ con los economistas que en 1982 llegan al poder. Defensor de la econom¨ªa productiva antes que de la especulativa -y quiz¨¢ por ello admirado entre los j¨®venes nacionalistas de mi edad, quiz¨¢ m¨¢s pr¨®ximos sentimentalmente al senyor Rius que a Bill Gates-, fue introductor en el biotopo de Schumpeter, un economista austriaco vinculado a la socialdemocracia que daba mucha importancia al papel impulsor del empresario. Fundador del C¨ªrculo de Econom¨ªa, miembro de la junta del Bar?a, amigote de Manuel Sacrist¨¢n, lleg¨® a tener carnet de CC OO. Previamente estuvo fuertemente relacionado con el staff franquista, a trav¨¦s de su colaboraci¨®n con el Plan de Estabilizaci¨®n y los planes de desarrollo. De hecho, fue el comisario del III Plan de Desarrollo, en tiempos de Tony Ronald. Rector universitario, me han hablado bien de ¨¦l hasta los universitarios del uno-dos-tres-vietnams. Todo este c¨®ctel merece una explicaci¨®n. Esa explicaci¨®n deber¨ªa ser por fuerza un buen dibujo del franquismo surfer.
?La 'droite divine'? Los libros de memorias hispanos no son importantes, quiz¨¢ en una de las pocas tradiciones que han perdurado 200 a?os. Los libros de memorias sobre el franquismo y la transici¨®n -es decir, el franquismo- lo son mucho menos. Las memorias de Fraga, por ejemplo, son una transcripci¨®n casi literal de su agenda. El libro de Estap¨¦ quiz¨¢ entroca con esa tradici¨®n. De hecho, no es un libro, que es un libro dictado y transcrito, lo cual necesita un editor y lo cual, a su vez, mosquea un tanto. El gran tema del libro es el colaboracionismo. As¨ª se explic¨® hace unas semanas en la presentaci¨®n del libro, en el C¨ªrculo de Econom¨ªa. All¨ª Xavier Folch -la izquierda- utiliz¨® ese palabro y consider¨® su colaboracionismo positivo. Por su parte, Joan Mescant¨ª -?la derecha?- evalu¨® su colaboracionismo como "positiu amb el pa¨ªs, no amb el r¨¨gim". El colaboracionismo de Estap¨¦ ha quedado, pues, evaluado. Pero no explicado. Igual esto es una situaci¨®n normal tras el Big Kahune.
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