"Algunas veces casi se mete mano a un libro, se acaricia"
El periodista Luciano Rinc¨®n dijo de su amigo ?ngel Ortiz Alfau (Bilbao, 1924) que ten¨ªa tres pasiones: Miguel de Unamuno, los libros y Bilbao. Los 20.000 libros que posee, entre los que no caben las ediciones de bolsillo, y los centenares de p¨¢ginas que escribi¨® como cr¨ªtico avalan un tercio de esta definici¨®n, pero tambi¨¦n le gusta presumir de los otros dos amores. Por su dedicaci¨®n a los libros y a su ciudad natal, Ortiz Alfau, coordinador del peri¨®dico municipal Bilbao, recibi¨® ayer un homenaje, organizado por el Ayuntamiento de la capital vizca¨ªna, en la Biblioteca de Bidebarrieta.Pregunta. ?Qu¨¦ es lo que le han dado los libros a lo largo de su vida?
Respuesta. La guerra y el franquismo fueron un horror y empec¨¦ a refugiarme en los libros. Trataba de distraerme buscando cosas que me interesaban entre los libros que hab¨ªa en mi casa. Poco a poco fui interes¨¢ndome y me percat¨¦ de que los libros, aparte de enriquecerte en muchos aspectos, pueden ser un consuelo. Libros de todo tipo, de filosof¨ªa, novelas, memorias, recuerdos, poes¨ªa,...
P. ?Qui¨¦n le puso en contacto con los libros?
R. Principalmente mi hermano Gerardo, diez a?os mayor que yo, que era periodista. Era un hombre con una tremenda sensibilidad, que tuvo muchos problemas y estuvo en la c¨¢rcel del Dueso, condenado a muerte. No le mataron porque no era muy rojo, muy rojo, aunque ten¨ªa vocaci¨®n marxista. Compraba libros y me recomendaba algunos t¨ªtulos.
P. ?Recuerda aquellas primeras lecturas?
R. S¨ª, claro. La isla del tesoro, de Stevenson, por ejemplo. Pero tambi¨¦n cosas como unos aforismos de Schopenhauer y otras novelas.
P. Un bibli¨®filo, supongo, ve m¨¢s que un simple objeto cuando mira un libro.
R. Cuando me di cuenta de que hay libros que gustan mucho y libros que no gustan nada, me dedique a buscar los primeros. No es dif¨ªcil, si tenemos en cuenta que este a?o se han publicado en castellano s¨®lo en Espa?a m¨¢s de 50.000 t¨ªtulos. ?Cu¨¢ntos libros se pueden leer en un a?o? Se pueden escoger maravillas, que te enganchan. Otros, los m¨¢s vendidos que est¨¢n promocionando todo el d¨ªa, en cambio, te cansan enseguida; te cuesta, te cuesta y lo acabas dejando en la p¨¢gina 30 porque es una p¨¦rdida de tiempo.
R. ?Recomienda a los lectores en ciernes que lean s¨®lo para divertirse?
R. Que se esfuercen por leer para disfrutar y tambi¨¦n para enriquecerse con cantidad de cosas que se descubren en los libros, aunque no diviertan mucho, y otros que entretienen. Depende de cada persona. Hay gente a la que no le gusta leer filosof¨ªa, por ejemplo, y tienen la colecci¨®n completa de los libros golfos de La sonrisa vertical. All¨¢ los intereses de cada uno.
P. Aparte del contenido, ?le interesa su aspecto?
R. Algunas veces casi se mete mano a un libro, se acaricia... Depende de la edici¨®n. Yo llegue a hacer libros manuscritos, ilustrados por mi hermano [el pintor] Rafa. Podr¨ªa gastarme un mill¨®n de pelas por recuperar uno de ellos.
P. ?No es una suerte de fetichismo?
R. No, no. El libro te importa y te engancha por lo que cuenta, por lo que dice. Lo que m¨¢s me importan los quiero tener cerca en mi despacho de casa. Son libros de Max Aub, C¨¦sar Gonz¨¢lez Ruano, pero no quiero citar s¨®lo unos pocos.
R. ?Y los libros de bolsillo?
R. No me interesan mucho. He preferido buscar buenas ediciones y, en el caso de extranjeros, traducciones de calidad.
P. ?Entiende a quien destruye un libro o lo tira a la basura?
R. Al dedicarme a los libros lo que me cabre¨® realmente fue que Franco prohibiera much¨ªsimos t¨ªtulos. Hubo una censura brutal.
P. ?De qu¨¦ nos priv¨® la tijera del censor?
R. Nos priv¨® de cantidad de autores propios que marcharon al exilio para evitar la muerte. No hab¨ªa m¨¢s remedio que buscarlos fuera de Espa?a o acudir a alguno de los libreros de confianza, que vend¨ªan a los amigos bajo cuerda.
P. ?Qu¨¦ le parece recibir un homenaje?
R. Me ha sorprendido. Hay muchas m¨¢s gentes que se lo merecen, y sobre todo escritores como Juan Antonio Zunzunegui, Luis de Castresana, olvidado de forma miserable, o Luis Antonio de Vega.
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