53? FESTIVAL DE CANNES El brit¨¢nico Ken Loach recupera el aliento del cine de lucha de clases Sergi L¨®pez logra una excelente actuaci¨®n en el filme franc¨¦s 'Harry'
El brit¨¢nico Ken Loach vuelve en Pan y rosas a meterse en el atolladero de las luchas de clases del mundo latinoamericano. Esta vez husmea en la salvaje explotaci¨®n de los emigrantes ilegales mexicanos en Los ?ngeles y le sale una pel¨ªcula muy irregular pero con brotes donde el aliento del viejo cine de lucha de clases resurge, lo que lo convierte en una rareza. Ayer desembarcaron en la ciudad los actores Gene Hackman y Morgan Freeman para presentar Under Suspicion, de Sthepen Hopking.
Una rareza es tambi¨¦n la peligrosa mezcla de drama, comedia y thriller de Harry, filme franc¨¦s donde el espa?ol Sergi L¨®pez logra una gran actuaci¨®n que redime al filme de un batacazo. Harry est¨¢ escrita y dirigida por el casi novato Dominiq Moll, que, pese a su falta de horas de rodaje, tiene instinto del oficio, en la medida que es capaz de sostener un dispositivo argumental casi insostenible. Por suerte para ¨¦l, Sergi L¨®pez, que se est¨¢ consolidando como un int¨¦rprete de primera magnitud en el cine franc¨¦s, es de esos actores dotados con un toque de magia que les permite ser capaces de hacer creer lo incre¨ªble. Y le resuelve la pel¨ªcula. ?sta tiene un gui¨®n muy astuto, que grad¨²a con tacto el truculento asunto argumental que maneja, lo que permite al actor espa?ol ir construyendo su complejo personaje poco a poco, en peque?as dosis que nos permiten tragar algo que, administrado de manera m¨¢s alocada, se nos atragantar¨ªa.
En otro disparate muy distinto podr¨ªa haber ca¨ªdo Loach en Pan y rosas si, hacia la mitad, no hubiera tenido un golpe de instinto o de c¨¢lculo que nos permite respirar una r¨¢faga de aire dram¨¢tico liberador en medio de una sobrecarga opresora de aire did¨¢ctico.
La pel¨ªcula arranca bien, con maneras ¨¢giles y cautivadoras de la atenci¨®n, pero va perdiendo la vibraci¨®n inicial y termina haci¨¦ndose un relato plano, herido por un prosa¨ªsmo que da?a severamente la credibilidad, y, por tanto, la sinceridad de la exposici¨®n. ?sta nos propone una visi¨®n casi documental de la explotaci¨®n a que someten en Los ?ngeles y otras ciudades californianas a los emigrantes mexicanos que atraviesan ilegalmente la frontera de Estados Unidos, pero la falta de gracia y el abuso de la reiteraci¨®n hacen que incluso el espectador m¨¢s concernido acabe por irse emocionalmente del asunto, que comienza a generar m¨¢s tedio que convicciones.
Pero en ese instante, cuando la pel¨ªcula se encuentra en la frontera del naufragio, emerge de ella un personaje hasta entonces escondido, una mujer cre¨ªble, un tipo que es m¨¢s que la ilustraci¨®n de una consigna pol¨ªtica, un ser de ficci¨®n que tiene cuajo de individuo humano y aut¨¦ntico dolor de h¨ªgados, y el relato recupera su vigor inicial. Parece que los vaivenes de Pan y rosas (como los de La canci¨®n de Carla) ponen de manifiesto que el cine de Loach pierde intensidad fuera del paisaje natural del cineasta; y que sus aventuras latinoamericanas, por bien intencionadas que sean, nos sit¨²an en calidades expresivas y en niveles del conocimiento muy inferiores a las de, por ejemplo, Agenda oculta o Ladybird, Ladybird.
Babelia
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