Cr¨ªticas muy peligrosas

Se suele decir entre los periodistas que perro no come carne de perro. Hay excepciones. La m¨¢s llamativa se llama Pepe Rei, ex redactor jefe de Egin y ahora director de una revista mensual llamada Ardi Beltza (Oveja negra). Una de las tareas habituales de Rei, absuelto en dos ocasiones por colaboraci¨®n con ETA y ahora procesado de nuevo por el juez Garz¨®n, es publicar de vez en cuando nombres de periodistas enemigos del pueblo vasco. A ninguno de los citados les hace demasiada gracia. Ni tampoco les deja impasibles. Sobre todo teniendo en cuenta unas declaraciones realizadas por Juan Mar¨ªa Atutxa el 4 de marzo de 1996. Aquel d¨ªa, ETA mat¨® a un oficial de la Ertzaintza, Ram¨®n Doral Trabadelo, de 36 a?os. Atutxa, entonces consejero vasco de Interior, declar¨®: "Doral figuraba en el libro El jesuita, del que es autor Pepe Rei. ?l apunt¨® directamente a quien hoy ha asesinado ETA". "No olviden", dijo Atutxa entonces, "todo eso que se escribe para poner en el punto de mira a determinadas personas, son las pautas de a qui¨¦n debe asesinarse ma?ana". Ahora la situaci¨®n empieza a parecerse. S¨®lo que no es la polic¨ªa aut¨®noma vasca el objetivo de las iras terroristas y s¨ª -lo dijo Otegi- los medios de comunicaci¨®n.Xabier Lapitz es subdirector de Deia, un peri¨®dico muy pr¨®ximo al PNV. Lapitz considera que repartir le?a con generosidad -¨¦l lo hace cada d¨ªa en su art¨ªculo de opini¨®n- es un ejercicio saludable. Sin embargo, las cosas se complican cuando los receptores de la cr¨ªtica -muchos de ellos periodistas- pueden ser objetivo terrorista. "Me preocupa que ETA pueda matar a alguien que yo critico. Pero no por eso deja de ser saludable denunciar lo que te parece mal".