Visitantes de pago
A finales de los a?os setenta el turismo de masas, asociado al modelo de "sol y playa", comenz¨® a mostrar signos de agotamiento en todo el Mediterr¨¢neo occidental. Las encuestas advert¨ªan que el visitante se encontraba cada vez m¨¢s insatisfecho, en gran medida por el intenso deterioro ambiental que hab¨ªan sufrido numerosos enclaves costeros. La moda de los viajes culturales, y la b¨²squeda de paisajes poco degradados, convierten en destinos mucho m¨¢s apetecibles algunas zonas del Mediterr¨¢neo meridional y oriental. Islas griegas (como Creta y Corf¨²), Chipre, Marruecos o Turqu¨ªa comienzan entonces a atraer a estos "desencantados".Siendo el turismo la principal industria regional, en Andaluc¨ªa este fen¨®meno caus¨® una l¨®gica inquietud, tanto en los empresarios del sector como en la propia Administraci¨®n. En 1988, la Agencia de Medio Ambiente encarg¨® un estudio para evaluar los costes de la degradaci¨®n ambiental, ocasionados por el turismo, en 65 municipios litorales y, lo que es m¨¢s importante, los beneficios que podr¨ªan obtenerse si se moderase este impacto.
Los autores del estudio cifraron en 44.000 millones de pesetas la inversi¨®n necesaria para hacer frente a los da?os que el turismo de masas estaba ocasionando en la costa andaluza. De esta cantidad, aconsejaban, cerca de 18.000 millones deber¨ªan destinarse a actuaciones urgentes, sobre todo a aquellas relacionadas con los problemas de saneamiento y abastecimiento de agua, y tratamiento de basuras urbanas.
En caso de no aplicar estas medidas, pronosticaba el estudio, las p¨¦rdidas para el sector tur¨ªstico comenzar¨ªan a manifestarse en poco tiempo, y en cantidades que podr¨ªan rondar los 25.000 millones de pesetas anuales. Suponiendo que se aplicaran todas las medidas correctoras, y se lograra diversificar la oferta, reduciendo la presi¨®n sobre el litoral, los beneficios podr¨ªan alcanzar, en el horizonte del a?o 2010, los 242.000 millones de pesetas anuales.
Desarrollo sostenible
Doce a?os despu¨¦s de aquel trabajo, los expertos convocados por la Consejer¨ªa de Medio Ambiente para redactar la Agenda 21 Andaluc¨ªa, en donde se propone un modelo de desarrollo sostenible para la regi¨®n, han vuelto a insistir en las "repercusiones negativas que el deterioro ambiental est¨¢ ocasionando en la cuenta de resultados del sector tur¨ªstico".
Por este motivo, han incluido, como acci¨®n prioritaria, "la introducci¨®n de incentivos o penalizaciones para las instalaciones tur¨ªsticas, en funci¨®n de su grado de respeto por el medio ambiente, as¨ª como la posibilidad de introducir nuevas figuras fiscales que potencien un turismo sostenible".
: El Gobierno balear es el ¨²nico que hasta ahora se ha mostrado decidido a establecer un tributo destinado a todos los turistas que visiten el archipi¨¦lago, y que servir¨ªa para mejorar la calidad ambiental de las zonas m¨¢s frecuentadas. La cantidad a pagar ser¨ªa de unas 1.600 pesetas por persona, para estancias inferiores a 30 d¨ªas, lo que supondr¨ªa unos ingresos anuales de entre 10.000 y 15.000 millones. Al ser un tributo de car¨¢cter finalista, este dinero ir¨ªa a parar a un fondo que s¨®lo podr¨ªa emplearse para "la puesta en valor de espacios naturales, recuperaci¨®n de recursos patrimoniales y mejora de zonas tur¨ªsticas".
En Andaluc¨ªa, el nuevo consejero de Turismo y Deporte, Jos¨¦ Hurtado, ha mostrado inter¨¦s por esta f¨®rmula, si bien no ha precisado cu¨¢l es el criterio del Gobierno aut¨®nomo al respecto, remitiendo cualquier decisi¨®n "al consenso de todos los colectivos que viven de esta actividad, por lo que habr¨¢ que discutir el tema en la Mesa de Turismo". La cautela con la que se ha iniciado el debate viene determinada por la pol¨¦mica que en Baleares ha suscitado esta ecotasa, ya que mientras ecologistas y comerciantes se muestran favorables a la misma, empresarios y Gobierno central no la ven con buenos ojos.
A¨²n as¨ª, suponiendo que en Andaluc¨ªa se terminara aplicando un tributo de estas caracter¨ªsticas, los ingresos que podr¨ªa reportar sumar¨ªan m¨¢s de 30.000 millones de pesetas anuales, dinero con el que podr¨ªa afrontarse una paulatina modificaci¨®n de los modelos tur¨ªsticos menos competitivos.
Comentarios y sugerencias a prop¨®sito de Cr¨®nica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es
Posturas enfrentadas
Aunque el Gobierno balear parece dispuesto a aprobar la ecotasa tur¨ªstica este mismo a?o, la pol¨¦mica en torno a esta iniciativa no est¨¢ resuelta. Para los empresarios supone encarecer la oferta y perder, por ello, competitividad en un mercado muy agresivo.Los comerciantes, por el contrario, consideran que los turistas deben ser m¨¢s solidarios y contribuir al mantenimiento del patrimonio natural del que disfrutan. Los ecologistas, por su parte, se lamentan de la "falta de visi¨®n de futuro que manifiesta la patronal, cuando vive de una actividad en la que la conservaci¨®n del medio ambiente es fundamental".
El presidente del colectivo conservacionista Adena, Francisco D¨ªaz Pineda, valora como "muy acertada" la idea, entre otras razones porque ha surgido en una comunidad donde la industria tur¨ªstica ha experimentado un crecimiento "muy r¨¢pido y espectacular, sin una ordenaci¨®n capaz de asimilar semejante montaje". Adem¨¢s, a?ade, "deber¨ªa extrapolarse al resto del pa¨ªs".
Otras regiones, como Andaluc¨ªa, que soportan una masiva afluencia de visitantes "tendr¨ªan que poner sobre la mesa lo que suponen las divisas del turismo y lo que representa, en costes ambientales, el mal uso de nuestros recursos naturales por una excesiva presi¨®n de este tipo de actividades".
"Si hasta mediados de los a?os setenta el turista de masas se sent¨ªa satisfecho con un hotel grande, una playa, abundante sol y la presencia de un n¨²mero razonable de otros turistas, hoy se detectan nuevas motivaciones, pautas de consumo y tendencias que suponen importantes cambios en los h¨¢bitos de la demanda".
Uno de cada dos turistas alemanes considera la calidad ambiental como un elemento b¨¢sico en la elecci¨®n de su destino vacacional, y el 38% de los turistas brit¨¢nicos valora este aspecto como esencial a la hora de decidir el retorno a un determinado enclave.
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