El Bar?a se apea en San Sebasti¨¢n
El equipo azulgrana adolece de falta de remate ante una Real que consigue la permanencia
Si lo que no mejora, empeora, el Bar?a se present¨® ayer en Anoeta con mala cara, afectado por el fracaso, aturdido por las consecuencias y con las ¨²ltimas gotas de f¨²tbol. A decir verdad, s¨®lo la incertidumbre en el marcador de Santander y la insoportable fragilidad de la Real le mantuvieron metido en el partido y en la tensi¨®n del campeonato. Una cuesti¨®n de orgullo y de superioridad t¨¦cnica frente a un rival acomplejado que se solt¨® los nervios cuando el Betis materializ¨® su derrota. Solt¨® la adrenalina y el bal¨®n, entreg¨® el campo y se pertrech¨® para una despedida digna con la permanencia en el bolsillo. Ni as¨ª gan¨® el Bar?a, que parece abocado a un final tortuoso ante su afici¨®n, que le espera sobresaltada y vengativa. Ayer no renunci¨® al t¨ªtulo, pero esparci¨® las papeletas que ten¨ªa por el suelo. No parece probable que las encuentre. El previsible final agon¨ªstico del campeonato qued¨® ayer muy mermado. No es probable que el Deportivo tropiece con la misma piedra. Ayer el Bar?a, en Anoeta, ni siquiera fue capaz de meterle una china en el zapato. Lo intent¨® pero sin argumentos, con la escasa voluntad y los ¨²ltimos arrestos que le quedan.Van Gaal determin¨® alterar el curso de las cosas y reconstruy¨® el equipo bajo el criterio de sacar a una porci¨®n de futbolistas de su sitio -Gabri y Cocu fueron los m¨¢s perjudicados-, y apelar a otros que no han figurado en su agenda de prioridades -caso de Simao o de Dani-. El colectivo no se resinti¨®. Ni siquiera se inmut¨®. Encontr¨® el bal¨®n porque la Real, que jugaba m¨¢s en Sevilla que en San Sebasti¨¢n, se lo entreg¨®; disfrut¨® de oportunidades porque Figo y Guardiola necesitan poca gasolina para marcar el paso y las malgast¨® porque los porteros no pueden distraerse o esconderse a diferencia de los jugadores de campo. Alberto sac¨® la mano en tres ocasiones para amargarle la existencia a Guardiola, en dos ocasiones, y a Gabri. S¨®lo Litmanen apuntaba con el bal¨®n en juego, desatendido por sus oponentes, pero curiosamente en el juego a¨¦reo. Todo un s¨ªntoma del Barcelona, que reclamaba las jugadas a bal¨®n parado y la presencia de sus jugadores traseros para anunciar peligro.
REAL SOCIEDAD 0BARCELONA 0
Real Sociedad: Alberto; Fuentes, Gurrutxaga, Pikabea (Jauregi, m. 20), L¨®pez Rekarte; G¨®mez; Idiakez (De Paula, m.65), Khokhlov, De Pedro (Aranburu, m. 75); Sa Pinto y Jankauskas.Barcelona: Hesp; Gabri, Reitziger, Frank De Boer, Zenden; Litmanen (Xavi, m. 76), Guardiola, Cocu; Simao (Kluivert, m. 57), Dani y Figo (Ronald de Boer, m. 65). ?rbitro: Rodr¨ªguez Santiago. Amonest¨® a Frank De Boer, Cocu, Reitziger, Figo, Gurrutxaga y Jauregi. Unos 29.000 espectadores en Anoeta.
La Real hab¨ªa renunciado a la contienda desde que tuvo buenas noticias ajenas. Apenas hab¨ªa apuntado un cabezazo de Jauregi al larguero en la primera parte y un disparo rabioso de De Pedro y un remate de Jankauskas, en la segunda, ambos desviados por Hesp. S¨®lo el centrocampista Juan G¨®mez pareci¨® distanciarse de las circunstancias y aplicarse a la faena como si quedara media Liga. Anoeta, que divid¨ªa sus cr¨ªticas entre Clemente y De Pedro, encontr¨® la unanimidad que buscaba en el jugador argentino, un prodigio de profesionalidad.
Probablemente el Bar?a no se crey¨® jam¨¢s durante el encuentro posible campe¨®n de Liga. Sin noticias de Santander, interioriz¨® su impotencia y la obsolescencia de su f¨¢brica de ideas hasta el punto de que Van Gaal prefiri¨® acumular futbolistas en el interior del ¨¢rea y rebuscar en el recurso de la humildad alg¨²n argumento para la esperanza. Tenia raz¨®n. El Bar-?a no da a estas alturas para m¨¢s: s¨®lo cabe una acci¨®n individual,un golpe de fortuna, el f¨²tbol entendido como un asunto fortuito.
El ¨²nico asomo de poder lo ofreci¨® en el arranque de la segunda mitad, como si hubiera sido espoleado por el estado de necesidad. Fueron quince minutos en los que merode¨® el gol y fabric¨® tres ocasiones en tres minutos. Ah¨ª empez¨® y termin¨® el Bar?a su acceso a la ilusi¨®n, su intento de salvar una temporada depresiva, decepcionante y convulsa. Top¨® con Alberto y se fundi¨®. Entreg¨® los trastos, sucumbi¨® a la impotencia y el calor y se fue del f¨²tbol a medida que Van Gaal fue eliminando los ¨²nicos elementos de intimidaci¨®n que ten¨ªa sobre el campo. Cuando retir¨® a Figo y Litmanen el Bar?a entreg¨® la cuchara y mendig¨® algunas menudencias futbol¨ªsticas por el ¨¢rea.
La Real ya hab¨ªa salvado el cuello, con el segundo gol del Madrid, y decidi¨® convertir el partido en un correcalles sin ning¨²n sentido. Aquello no ten¨ªa orden ni concierto, salvo en las tareas defensivas, donde apenas cometi¨® errores. Probablemente, disfrutaba del ¨²nico momento dulce de una temporada aciaga y alarmante. Y decidi¨® vivir la ocasi¨®n con m¨¢s placidez que voluntad. Si el Bar?a, abrumado por la presi¨®n y con opciones de t¨ªtulo no asustaba, la Real pens¨® que era momento de tomarse un respiro y desearse pr¨®spero a?o nuevo.
Y sin embargo pudo llevarse el partido la Real, al menos como premio a una afici¨®n tan entregada como disgustada, en un mano a mano de De Paula con Hesp que el blanquiazul resolvi¨® disparando contra la mano del guardameta. La falta de tensi¨®n reluci¨® en esa jugada con todo su esplendor. La Real ya hab¨ªa conseguido su objetivo y el Bar?a pr¨¢cticamente renunciado al suyo.
Matem¨¢ticamente, mantiene la opci¨®n para el ¨²ltimo partido. Al menos dispondr¨¢ en el Camp Nou de una m¨ªnimo argumento para apretarse las botas. A fin de cuentas el Deportivo es el m¨¢s h¨¢bil int¨¦rprete de los finales agon¨ªsticos. Pero ayer en Anoeta, ante un rival con el auricular en la oreja, fue incapaz de asomar su personalidad y obtener una victoria que al menos le hubiera refrescado los pulmones.
La Real se salv¨® por la v¨ªa prevista. Ya hab¨ªa advertido su guardameta Alberto que m¨¢s valiera que perdiese el Betis porque no ve¨ªa a su equipo ganando dos partidos. Todo un ejercicio de sinceridad, al menos similar al que desarroll¨® el Barcelona en San Sebasti¨¢n. Fue fiel a s¨ª mismo. Este equipo, a estas alturas, no da para m¨¢s, ni con el t¨ªtulo de Liga -el ¨²ltimo tren que esta temporada todav¨ªa tienen opciones de coger- en juego.
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