El Madrid apuntilla al Betis
El equipo verdiblanco certifica, seis a?os despu¨¦s de su ¨²ltimo ascenso, su noveno descenso a Segunda Divisi¨®n
Sin l¨¢grimas y con una entereza rayana en el oprobio para los cerca de 45.000 aficionados que asum¨ªan desconsolados al batacazo definitivo de su equipo, los jugadores del Betis abandonaron el campo tras certificar el que supone el noveno descenso a Segunda Divisi¨®n del club verdiblanco en sus 83 a?os de historia. Gritos de reproche contra Finidi y Denilson y c¨¢nticos laudatorios para Alfonso. ?se fue el dictamen de la grada y bien puede servir de resumen a lo que ha sido el penoso tr¨¢nsito del Betis esta temporada.El Madrid, por su parte, se limit¨® de inicio a verlas venir. Despleg¨® su calidad sobre el c¨¦sped del Manuel Ruiz de Lopera, aguant¨® los sucesivos arrechuchos desesperados de un rival que se jugaba la vida, esper¨®, y fruto de su paciencia -que no de su entrega pues pareci¨® sucumbir al sofocante calor de la tarde sevillana- se encontr¨® que en la primera ocasi¨®n de peligro que gener¨®, Savio y Roberto Carlos solucionaron la tarde. Con el gol madridista, el animoso Betis de los primeros 30 minutos que tuvo amordazado al Madrid se diluy¨® para no volver a reaparecer salvo contadas r¨¢fagas.
BETIS 0REAL MADRID 2
Betis: Prats; Otero, Vidakovic, Filipescu, Luis Fern¨¢ndez (Benjam¨ªn, m. 65); Finidi, Merino (G¨¢lvez, m. 53), Alexis (Cu¨¦llar, m. 35); Ca?as, Denilson; y Alfonso.Real Madrid: Casillas; Geremi, Helguera, Campo, Karanka, Roberto Carlos; McManaman (Karembeu, m. 73), Redondo, Savio (Balic, m. 77); Ra¨²l y Anelka (Julio C¨¦sar, m. 84). Goles: 0-1. M. 36. Roberto Carlos recibe de Savio y bate a Prats de disparo lejano. 0-2. M. 71. Anelka recoge un espl¨¦ndido env¨ªo de Ra¨²l, se va en velocidad de los defensores y de disparo raso y cruzado bate a Prats. ?rbitro: Andradas Asurmendi. Amonest¨® a Luis Fern¨¢ndez, Denilson y McManaman. Manuel Ruiz de Lopera. Unos 45.000 espectadores. Dos minutos antes del descanso un objeto de hierro cay¨® cerca de Savio, que se lo entreg¨® al colegiado.
Y cuando lo hizo fue porque ah¨ª estaba Alfonso. El delantero madrile?o ofreci¨® ayer la imagen del jugador que era y que pretende volver a ser. ?l fue quien se ech¨® al Betis a sus espaldas y quien intent¨® todo lo que su f¨²tbol le permite, que no es poco, para retrasar hasta la ¨²ltima jornada la r¨²brica en el acta de defunci¨®n del Betis.
Las muestras de ¨¢nimo que recibi¨® de la grada fueron el tributo a su entrega durante los 90 minutos. Incluso cuando se conoc¨ªa el empate del Oviedo en Vallecas y Roberto Carlos hab¨ªa propinado ya el primer empujoncito hacia el descenso, Alfonso segu¨ªa pidiendo a sus compa?eros que no cejaran en el empe?o. Algo que consigui¨® hasta que el bueno de Anelka anot¨® con maestr¨ªa -a espl¨¦ndido pase en profundidad de Ra¨²l- su segundo gol en la Liga y expidi¨® el certificado directo que conduc¨ªa al Betis a Segunda.
Hasta este momento, y en menor medida despu¨¦s, el renovado Betis de Faruk Hadzibegic, no arroj¨® la toalla. 26 veces se vio obligado Casillas, sobrio como acostumbra, a intervenir para no desperdiciar la oportunidad que ayer recuper¨® el Madrid de asegurarse una plaza en la Liga de Campeones sin tener que jug¨¢rsela a una carta en la final¨ªsima con el Valencia.
Con m¨¢s peligro que el que se le recuerda en toda la temporada, pero con la mala fortuna que tambi¨¦n le ha acompa?ado toda la campa?a, el Betis vio como una tras otra sus intentonas eran repelidas por el efectivo tr¨ªo defensivo formado por Iv¨¢n Campo, Helguera y Karanka. Y si no, ah¨ª estaba Casillas.
As¨ª ocurri¨® en el minuto nueve, cuando Alfonso descoloc¨® con una de sus diabluras a Karanka y Helguera y cedi¨® a Ca?as, que como har¨ªa un par de veces m¨¢s, err¨® y facilit¨® el lucimiento del meta madridista. La misma historia en el minuto 24, pero con el vituperado Denilson como actor: Alfonso conduce el bal¨®n hasta la frontal, se la cede al brasile?o y ¨¦ste propicia con su ajustado disparo al palo la estirada de Casillas. Diez minutos despu¨¦s, Alfonso, como no, se desfond¨®, recuper¨® un bal¨®n sobre la cal de fondo, se invent¨® un pase de la muerte y todo para que Ca?as la golpeara alto. Y as¨ª hasta el hartazgo de la grada, enfadada con su equipo y hasta con su propia sombra.
Ante tal panorama, al Madrid no le qued¨® otra que apretar un poco, que no demasiado porque a¨²n queda Par¨ªs, para no salir escaldado. Ra¨²l brind¨® a Anelka un par de ocasiones que al franc¨¦s le pillaron con el paso cambiado. Poco despu¨¦s ser¨ªa Anelka quien devolviera a Ra¨²l los favores recibidos, aunque tambi¨¦n ¨¦l fall¨® tirando flojo a manos de Prats. Fue entonces cuando Roberto Carlos dej¨® helada a la afici¨®n verdiblanca con su gol y al Betis sumido en la desesperaci¨®n. S¨®lo Alfonso mantuvo fr¨ªa la cabeza pese al desastre que el gol del brasile?o y el marcador de Vallecas anunciaban ya irremediable. Con un forzado escorzo, Alfonso pic¨® el bal¨®n con la cabeza s¨®lo ante Casillas con tan poca fortuna que el cuero se estrell¨® en el larguero. El empate se esfumaba y el Betis con el. Si no que se lo pregunten a Prats, que instantes antes del descanso fue fusilado a placer por Anelka tras una nueva desaplicaci¨®n de la zaga verdiblanca.
Tras el descanso, el Betis trat¨® de ser el de la primera mitad, pero ya todo le quedaba grande. Puso entrega y goz¨® de oportunidades, pero ya se asum¨ªa la inexorable sentencia que les condenaba a Segunda y a algunos jugadores, caso de Finidi y Denilson, se les hizo a¨²n m¨¢s cuesta arriba lo que quedaba de agon¨ªa.
Hadzibegic introdujo cambios (Benjam¨ªn, Cu¨¦llar y G¨¢lvez) y dot¨® al Betis de m¨¢s mordiente para conseguir lo imposible. Desde la grada se agradeci¨® este gesto del t¨¦cnico, quiz¨¢ acord¨¢ndose del conformista modo de operar que tuvieron entrenadores pasados. Pero lo que ya era pasado era la presencia del Betis en Primera Divisi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.