GINECOLOG?A Libro Blanco de la menopausia en Espa?a Tres de cada cuatro mujeres de m¨¢s de 55 a?os tienen s¨ªntomas menop¨¢usicos
La desaparici¨®n de la menstruaci¨®n es un hecho irrefutable en la vida biol¨®gica de la mujer que se sit¨²a en torno a los 50 a?os. A pesar de que muchas mujeres no notan cambios f¨ªsicos o ps¨ªquicos al dejar de tener la regla, existen una serie de s¨ªntomas corporales y ps¨ªquicos asociados al cese de la funci¨®n ov¨¢rica. Seg¨²n el Libro Blanco de la menopausia en Espa?a, presentado la semana pasada en Barcelona en el VI Congreso Nacional sobre Menopausia y Calidad de Vida, el 75% de las mujeres mayores de 55 a?os ha padecido alg¨²n s¨ªntoma relacionado con la menopausia.
El incremento de la esperanza de vida, que en el caso de la mujer espa?ola alcanza los 81 a?os; el hecho de que la menopausia inicia un periodo de declive f¨ªsico, y el dato de que el 33% de las mujeres espa?olas son mayores de 50 a?os han impulsado la elaboraci¨®n del Libro Blanco de la menopausia en Espa?a, que ha sido presentado por la Asociaci¨®n Espa?ola para el Estudio de la Menopausia (AEEM). El estudio est¨¢ basado en una encuesta p¨²blica realizada a 1.000 mujeres de entre 40 y 65 a?os y pretende ser una primera aproximaci¨®n a la menopausia y el climaterio, la etapa vital de la mujer en la que se produce una lenta transici¨®n hacia la ancianidad, y que se prolonga hasta los 65 a?os.Seg¨²n el libro blanco, el s¨ªntoma climat¨¦rico m¨¢s frecuente son los sofocos, que afectan a la parte superior del t¨®rax, la cara y, en menor medida, a brazos y manos. Los sofocos se caracterizan por la sensaci¨®n subjetiva de calor, acompa?ada de enrojecimiento de la piel y aparici¨®n de sudor evidente. Tambi¨¦n se pueden producir palpitaciones, aunque son menos frecuentes.
Dentro de las alteraciones ps¨ªquicas destacan los trastornos del sue?o, con insomnio frecuente y, en menor medida, nerviosismo, cefalea, irritabilidad, ansiedad, depresi¨®n, p¨¦rdida de memoria, problemas de concentraci¨®n y dificultades sexuales.
La amenorrea o menstruaci¨®n irregular es el s¨ªntoma m¨¢s manifiesto y definitorio de que se inicia la menopausia. Durante los dos a?os precedentes y posteriores a la menopausia son t¨ªpicas las alteraciones de la menstruaci¨®n. Estas alteraciones se producen en aproximadamente la mitad de las mujeres. Las alteraciones org¨¢nicas aparecen en la posmenopausia, la ¨²ltima fase del climaterio. Se producen cambios artr¨®ficos del aparato genital y las pacientes describen la sensaci¨®n de sequedad vaginal. La atrofia afecta tambi¨¦n a los genitales externos, lo que acarrea un aumento en la frecuencia de infecciones urinarias bajas.
Tambi¨¦n es frecuente que en la posmenopausia aumente el n¨²mero de mujeres con problemas de incontinencia urinaria. En la piel y como consecuencia de la p¨¦rdida progresiva de col¨¢geno en la dermis, se observa mayor sequedad y falta de elasticidad. A la larga, la piel se vuelve quebradiza, con gran susceptibilidad a las lesiones y dificultades para la cicatrizaci¨®n.
La carencia de estr¨®genos tambi¨¦n conlleva p¨¦rdidas importantes en la masa ¨®sea y favorece la aparici¨®n de la osteoporosis, un trastorno esquel¨¦tico que reduce la masa y la densidad ¨®seas y afecta a una de cada cuatro mujeres, aproximadamente. Son frecuentes tambi¨¦n los dolores articulares, que afectan tanto a las extremidades como a la columna lumbar. Cuando la estructura de los huesos se debilita tanto pueden aparecer fracturas producidas por traumatismos desproporcionadamente peque?os. Las m¨¢s t¨ªpicas se localizan en la mu?eca, la cadera o la columna vertebral. La disminuci¨®n del nivel de estr¨®genos influye tambi¨¦n en el aumento de riesgo cardiovascular. A partir de los 50 a?os, cuando descienden los niveles estrog¨¦nicos que la protegen del infarto de miocardio o del accidente cerebrovascular, las mujeres presentan ¨ªndices de hipertensi¨®n superiores al de los hombres.
Respecto a la terapia hormonal sustitutiva, que consiste en administrar estr¨®genos para suplir la carencia natural del organismo, el debate sobre sus supuestos beneficios (reducci¨®n del riesgo cardiovascular y de la osteoporosis) y riesgos (c¨¢ncer de mama y sangrado posmenop¨¢usico) sigue abierto.
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