Mart¨ªn Antequera: "He tomado todo el aire que hab¨ªa en la plaza"

"Cuando Antonio Barea ha entrado a matar y he visto que el toro se lo llevaba por delante, he tomado todo el aire que hab¨ªa en la plaza". Mart¨ªn Antequera se encuentra en su habitaci¨®n del hotel Victoria y deja que le desvistan. "Estoy derrotado, no tengo fuerzas ni para mantenerme en pie". Son las 10 de la noche y la pel¨ªcula entera de la novillada pasa a cien por hora por su cabeza: "Ahora lo pienso y me parece incre¨ªble. Si no me rindo hoy, no lo hago nunca. Quiero ser figura del toreo". Su hablar rotundo no deja tiempo para la incertidumbre. La plaza se rindi¨® a su entrega y ¨¦l as¨ª lo entiende."Toda la novillada ha sido muy complicada. Muy del encaste Santa Coloma", afirma y pasa a detenerse en cada uno de los astados. Al hablar del primero de la tarde, se le escapa un moh¨ªn de descontento: "No quiero echar la culpa al toro. Era encastado. Pero al segundo muletazo se ven¨ªa por dentro y no era nada f¨¢cil hacerse con ¨¦l". Del segundo y tercero, que se llevaron prendidos de las astas a sus compa?eros, s¨®lo dos palabras de rabia: "Muy complicados". Para el cuarto, s¨®lo resignaci¨®n: "Ha durado muy poco. Iba muy despacito, sin emoci¨®n", dice y contin¨²a: "Por un momento, tem¨ª que la corrida se viniese abajo. El momento cr¨ªtico fue en el siguiente toro. Quer¨ªa demostrar que estaba bien dispuesto. Por eso me fui a la puerta de chiqueros a recibir al novillo. Luego, con la muleta, nada". Y lleg¨® el ¨²ltimo de la tarde: "Con el capote, me he visto muy a gusto. Eso s¨ª, me ha pisado el toro y lo he pasado mal. Con la muleta, he echado el resto. Por la izquierda reba?aba y por la derecha no terminaba de romper. Me he volcado con la espada y, al final, el p¨²blico ha reconocido el esfuerzo".

?Sue?o o pesadilla? "Despu¨¦s de hoy, tengo las cosas m¨¢s claras. Quiero ser torero", contesta y toma aire. Todo el que queda en una habitaci¨®n repleta de abrazos sinceros y miedos ya olvidados.