La van a repetir

Tras el arrastre del ¨²ltimo toro, a¨²n segu¨ªa el p¨²blico en pie, sin ninguna gana de marcharse. Paseaba Jos¨¦ Tom¨¢s el trofeo obtenido, se preparaban los costaleros para llevarse a la calle a los tres espadas y al mayoral y nadie quer¨ªa irse. Parec¨ªa que esperaban que todo lo que hab¨ªan visto se repitiera. Y un portavoz de la empresa, a trav¨¦s de la megafon¨ªa, anunci¨® con voz clara y alegre que la corrida se iba a repetir, con el mismo cartel de toros y toreros, el pr¨®ximo 22 de septiembre, fecha en la que Talavera celebra su feria. Corrida de tanta impresi¨®n, corrida de repetici¨®n.A que el festejo haya alcanzado el m¨¦rito de ser repetido, para ver si vuelve a sonar la flauta, contribuyeron el excelente juego de los toros y la buena labor de los toreros, que supieron aprovechar la casta y la bravura de las reses para hacerles todo lo que saben y pueden. Joselito, Ponce y Tom¨¢s son toreros de muy diferentes maneras y estilos, y no cabe duda de que en esta corrida han dado todo lo que tienen.

Fue el primer toro de la tarde un anovillado ejemplar y enseguida vio Joselito la bondad de su embestida. Lo tore¨® bien de capa, incluido el quite por chicuelinas y tafalleras. Meti¨® al toro en la faena con buenos pases con la derecha y no tan buenos con la izquierda. Pronto se le qued¨® corto el torete y aquello empez¨® a perder fuste. Calent¨® de nuevo al p¨²blico con un abaniqueo.El cuarto tuvo m¨¢s presencia y, tras una ¨²nica varita, entr¨® Joselito al quite con unas vistosas crinolinas, que tambi¨¦n podr¨ªan llamarse gallosinas, pues Jos¨¦ Luis Galloso tambi¨¦n las bordaba. A este burel lo tore¨® el madrile?o muy bien por el pit¨®n derecho, por el que lleg¨® a conseguir algunos muletazos perfectos de temple, mando y recorrido. Al pasar al toreo con la zurda, el toro se le qued¨® corto y se revolvi¨®, lo que hizo que Joselito tuviera que darse unas carreritas sin rematar bien los pases. El torero sab¨ªa, mejor que nosotros, que el pit¨®n bueno era el derecho y termin¨® la faena haci¨¦ndole pasar por ese lado y olvid¨¢ndose del otro. Acab¨® con un volapi¨¦ impecable.

El mejor toro de la tarde fue el quinto, para hacer honor al t¨®pico. Cay¨® en manos de Enrique Ponce, que le hizo una faena muy entonada, sin forzar ni castigar, pero s¨ª procurando crear est¨¦tica y plasticidad. Tore¨® a placer con la mano izquierda, en una tanda muy hilvanada, en la que los naturales y el de pecho se sucedieron en perfecta ligaz¨®n. El toro fue incansable y repetidor en su embestida y el valenciano se hart¨® de torear y de empalmar muletazos, por alto y por bajo, al final de la faena. Incluso llevando el toro todo el acero en las entra?as, Ponce le lig¨® tres naturales y un pectoral antes de que cayera fulminado.

Antes, con el segundo, vimos a un Enrique Ponce pinturero y acelerado, con una pl¨¢stica muy lineal, un toreo chapucero con la mano izquierda y un corre que te corre entre pase y pase que levant¨® una polvareda. Pero cuando Ponce anda as¨ª, le sigue gustando al p¨²blico tanto como cuando se para, liga y torea. Son misterios insondables.

A Jos¨¦ Tom¨¢s le correspondieron los peores toros. El tercero tardeaba, escarbaba y flojeaba. Tom¨¢s no se acopl¨® con ¨¦l. Y al sexto se lo invent¨®. Esto se ha dicho muchas veces. Pero es verdad. A un toro muy flojo, que se quedaba a mitad del pase, le arranc¨® muletazos largos, templados y lent¨ªsimos. S¨®lo por ver eso otra vez, la van a repetir.