N¨²?ez dejar¨¢ de ser presidente en julio
La directiva del Bar?a convoca elecciones y el mandatario anuncia, a trav¨¦s de su portavoz, que no se presentar¨¢
Josep Llu¨ªs N¨²?ez fij¨® ayer el momento de su despedida como presidente del Barcelona: ser¨¢ durante la segunda quincena de julio, despu¨¦s de que la junta directiva aprobara anoche la convocatoria de elecciones. Atr¨¢s quedar¨¢n 22 a?os y dos meses, el periodo m¨¢s largo de un presidente al frente de un club de Primera Divisi¨®n, excepci¨®n hecha de Santiago Bernab¨¦u, que dirigi¨® al Real Madrid desde 1943 hasta 1978. N¨²?ez, que no optar¨¢ a la reelecci¨®n, se mantendr¨¢ al frente del club azulgrana, porque as¨ª se lo permiten los estatutos, hasta el d¨ªa en que sea proclamado el nuevo presidente. El vicepresidente Joan Gaspart ha expresado su intenci¨®n de presentarse, mientras la oposici¨®n contin¨²a negociando una candidatura de consenso.
N¨²?ez, de 69 a?os, no ha querido esperar a que concluyera la temporada y no le ha importado que se abriera la caja de los truenos ni que el equipo estuviera todav¨ªa con posibilidades de alcanzar el t¨ªtulo de Liga. El veterano presidente desliz¨® su adi¨®s de forma oficiosa -el s¨¢bado a trav¨¦s del Mundo Deportivo- y anunci¨® su decisi¨®n antes a sus t¨¦cnicos -Van Gaal, A¨ªto y Valero Rivera- que a su propia directiva, que conoci¨® ayer sus intenciones en una reuni¨®n de tres horas durante la que se polemiz¨® por la fecha de celebraci¨®n de las elecciones, pues no todos los directivos eran partidarios de fijarlas para julio, como se acord¨® por consenso, sino que tambi¨¦n se baraj¨® septiembre."El presidente ha definido la situaci¨®n como su ¨²ltimo acto de servicio al club", sentenci¨® Josep Maria Antr¨¤s, portavoz de la directiva, al referirse a la decisi¨®n de N¨²?ez, que no compareci¨® ante los periodistas. El presidente, que se ha mantenido firme en su decisi¨®n de irse -otras veces se hab¨ªa desdicho en tres ocasiones- se siente v¨ªctima de una situaci¨®n insostenible por la fractura social del club, agravada por la desnaturalizaci¨®n de la entidad y la desidentificaci¨®n con el equipo.
La crispaci¨®n de los aficionados por la forma en que N¨²?ez ha permitido que Van Gaal holandizara al equipo y la evidente falta de adaptaci¨®n del t¨¦cnico han enrarecido un ambiente que, con la falta de resultados -retirada de la Copa, eliminaci¨®n de la Liga de Campeones y dif¨ªcil situaci¨®n en la Liga-, ha acabado por convertirse en irrespirable. N¨²?ez, sin embargo, no ha querido nunca asumir errores. Ha alegado que dejar¨¢ su cargo dos a?os antes de finalizar su mandato con un discurso en el que ha "denunciado la persecuci¨®n" que, a su entender, ha sufrido por parte de instituciones, grupos medi¨¢ticos y, en el ¨²ltimo instante, tambi¨¦n de los jugadores que, tras despedirse de la Liga de Campeones ante el Valencia, se "atrevieron" a constatar que alguien deb¨ªa intervenir para reparar la fractura social.
Junta de integraci¨®n
No se ha sentido querido N¨²?ez, ni tan siquiera por sus directivos a los que, en las ¨²ltimas horas, ha reprochado por no haberle defendido "como deb¨ªan". El presidente no s¨®lo se ha mantenido en el cargo 22 a?os, sino que ha mantenido como m¨¢s directos colaboradores a las mismas personas -Joan Gaspart, Nicolau Casaus, Josep Mussons, Francesc Pulido, entre otros- al margen de que intentara desmantelar la oposici¨®n y al tiempo ganarse el favor de las instituciones incorporando a su directiva a antiguos rivales electorales como Sixte Cambra y a personas de todos los espectros pol¨ªticos como Arcadi Calzada, F¨¦lix Millet, Jaume Sobrequ¨¦s. El experimento ha fracasado. La personal e intransferible forma de dirigir el club de N¨²?ez ha acabado enfrent¨¢ndole a todos, a la Generalitat y al Ayuntamiento porque, seg¨²n dice, no le permite consumar sus proyectos de una nueva ciudad deportiva y del ambicioso proyecto urban¨ªstico en torno al Camp Nou conocido como Bar?a 2000, a Hacienda, porque someti¨® al club a una inspecci¨®n fiscal relacionada con los derechos de imagen de los futbolistas, a una amplia mayor¨ªa de los medios de comunicaci¨®n y a sus propios directivos. En las ¨²ltimas semanas, la familia N¨²?ez, propietaria de la constructora N¨²?ez y Navarro, se ha visto involucrada en la trama de delitos y cohechos investigados por la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n y en los que est¨¢n envueltos diversos ex altos cargos de la Delegaci¨®n de Hacienda de Catalu?a. Josep Llu¨ªs N¨²?ez Navarro, hijo del presidente y a su vez vicepresidente del Bar?a, ha sido imputado por el presunto delito de "colaborador necesario" y fue llamado a declarar por el juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 33 de Barcelona. En una de las ¨²ltimas reuniones de la junta, N¨²?ez dijo a sus directivos: "No quiero acabar como Jesucristo". Fue el pasado mes de noviembre y en ella exigi¨® a sus 36 directivos -ahora son 35 porque dimiti¨® Sixte Cambra- que pusieran sus cargos a disposici¨®n del presidente. En aquella junta, N¨²?ez dijo a sus colaboradores: "Un directivo ha de ser honesto... S¨¦ que hubo una reuni¨®n de cinco de vosotros en que hablasteis mal de m¨ª y del club. Por tanto, si no est¨¢n integrados, si no son honestos, que se vayan". Y tambi¨¦n: "Estoy harto de ser bombero.... Jesucristo fue muy bueno y el malo soy yo, que es el que se quema. Quiero directivos que den la cara".
Balance de t¨ªtulos
El adi¨®s de N¨²?ez pone punto final a una manera de hacer, a una ¨¦poca en la que, tanto por el largo periodo de tiempo transcurrido como por la forma de hacer del presidente, podr¨ªa decirse que el Bar?a ha cambiado por completo. Nada es igual a aquel club que dej¨® en 1978 Agust¨ª Montal. La transformaci¨®n ha sido radical. N¨²?ez le ha dado al club una visi¨®n empresarial, pragm¨¢tica en cuanto a la consecuci¨®n de t¨ªtulos como objetivo principal -"Per un Bar?a triomfant" fue el lema de su primera campa?a electoral-, populista -el club ha pasado de tener 77.000 socios a tener unos 104.000 y a contar con m¨¢s de 1.300 pe?as- patrimonial y de entidad polideportiva. Baloncesto, balonmano y hockey patines han completado con notable ¨¦xito la ambici¨®n m¨¢xima en todos los frentes del f¨²tbol. Nada menos que 136 t¨ªtulos ha conseguido el Bar?a en los 22 a?os de N¨²?ez como presidente, aunque se ha quedado con algunas espinas clavadas: exceptuando la etapa de Cruyff -cuatro Ligas y una Copa de Europa- no ha mantenido una din¨¢mica de juego y de resultados convincente y tampoco alcanz¨® la Copa de Europa de baloncesto.
Junto a un buen n¨²mero de aciertos, N¨²?ez ha acumulado errores de alto calibre. Despu¨¦s de una primera etapa en la que el presidente iba casi a entrenador por a?o -M¨¹ller, Rif¨¦, Helenio Herrera, Kubala, Lattek, Romero, Menotti, Venables y Luis Aragon¨¦s desde 1978 a 1988-, entr¨® en un per¨ªodo de estabilidad con la llegada de Cruyff. Pero la tormentosa destituci¨®n de Cruyff, en mayo de 1996, abri¨® una honda herida entre el barcelonismo que en ¨²ltima instancia ha desembocado en el actual estado de divisi¨®n que hoy por hoy se respira y que ha quedado patente, entre otros episodios, con la esperp¨¦ntica retirada del equipo de la Copa y la pa?olada y los gritos contra Van Gaal y el propio N¨²?ez tras ser apeado de la Liga de Campeones. A la afici¨®n se le ha acabado indigestando la forma dictatorial y beligerante que distingui¨® a N¨²?ez ¨²ltimamente.
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