'Made in Spain'
Hay asuntos raros, asuntos rar¨ªsimos y asuntos espa?oles: a la profesora Albert la expedientan en una universidad catalana por entregar el texto de un examen en espa?ol, y a los rectores universitarios de Espa?a les parece... que se lo ten¨ªa merecido. En el Pa¨ªs Vasco se elimina solapadamente la ense?anza en espa?ol de los colegios, casi, a petici¨®n del p¨²blico. Se han borrado de las carreteras (y de todo sitio) las generales L¨¦rida, Baracaldo y La Coru?a, que ya son las particulares Lleida, Barakaldo y A Coru?a, si bien, me parece que sigue sin traducir la se?al de Stop (y no es una sigla latina, es ingl¨¦s). Los nacionalistas planean carn¨¦s, pasaportes, matr¨ªculas, monedas y sellos en gallego, eusquera, catal¨¢n y valenciano, por lo menos. Y un Consejo de Lenguas y Culturas del Estado que enmiende la plana al aburrido Ministerio de toda la vida.Dentro de treinta a?os no habr¨¢ profesoras a las que castigar; para entonces, los acad¨¦micos chinos nos habr¨¢n ense?ado a escribir Pequ¨ªn correctamente, no con alfabeto latino; en fin, pasar¨¢n cosas dentro de treinta a?os: m¨¢s o menos, el plazo que se otorgan los normalizadores ling¨¹¨ªsticos para que sus proyectos cuajen en una Espa?a pluriling¨¹e de cinco lenguas. No s¨¦ por qu¨¦ los espa?oles hemos desechado la oportunidad de resolver los asuntos idiom¨¢ticos razonablemente: amparando los derechos de los biling¨¹es y dejando en paz a los que s¨®lo hablan espa?ol. En los ¨²ltimos estatutos auton¨®micos, en vez de reconocer los derechos de las personas, inventamos lo de las lenguas propias de tales y cuales territorios. Como si las piedras hablaran. Con tal invento hemos creado un 40% de poblaci¨®n "bilingualizable", cuando el n¨²mero real de biling¨¹es en Espa?a apenas pasa del 18%. La aceptaci¨®n sin cr¨ªtica de los prop¨®sitos nacionalistas, junto al oportunismo pol¨ªtico de quienes se empe?an en que el pluriling¨¹ismo estatutario es bello, han hecho de la circunstancia espa?ola un caso ¨²nico en el mundo: c¨®mo se disuelve jubilosamente una comunidad ling¨¹¨ªstica, que no es otra cosa que una comunidad humana y, sobre todo, es una comunidad econ¨®mica.
Ma?ana, alguien de Salamanca considerar¨¢ un engorro irse a trabajar a Barcelona porque le exigir¨¢n carn¨¦ de idiomas. Pero, si la normalizaci¨®n no se extralimita, algunos barceloneses s¨ª podr¨ªan ir a Salamanca. ?Imaginan qu¨¦ pensar¨¢ entonces el salmantino acerca de la rica diversidad integradora y solidaria? El barcelon¨¦s no las tendr¨¢ todas consigo. Encontrar¨¢ dificultades para trabajar en La Coru?a o en San Sebasti¨¢n. Al vigu¨¦s le resultar¨¢ dificil ir a L¨¦rida, y al donostiarra, a Castell¨®n. Quien sea de La Rioja, a menos que saque varios carn¨¦s idiom¨¢ticos, ?c¨®mo se establecer¨¢ en Vigo, San Sebasti¨¢n, Valencia, Tarragona y Baleares (qui¨¦n sabe si en Arag¨®n y Asturias)? ?Imaginan, cuando algunas autonom¨ªas hayan creado un tipo de trabajador aut¨®ctonoidiom¨¢tico-preferible-al-forastero, qu¨¦ pensaremos todos acerca de la rica diversidad integradora y solidaria? Porque, consid¨¦rese fr¨ªamente: ?qu¨¦ beneficio sacar¨¢ un trabajador de un sistema nacional de idiomas que le entorpecer¨¢ la entrada en comunidades vecinas el d¨ªa que no tenga trabajo en la propia? ?Ser¨¢ esta diversidad ling¨¹¨ªstica integradora y solidaria una fuente de paz social? ?De entendimiento? ?De riqueza? Qui¨¦n lo sabe.
Cuando esto suceda m¨¢s y mejor (ya est¨¢ sucediendo: pregunten a vecinos de municipios murcianos qu¨¦ han tenido que aprender para ir a trabajar a la Comunidad Valenciana), los espa?oles habremos hecho una gran cosa: paralizarnos entre carn¨¦s de idiomas. Dicho de otra forma: empobrecemos. Porque, en el fondo, la riqueza de una sociedad no es otra que la que generan sus socios yendo y viniendo por aqu¨ª y por all¨ª con las menores trabas posibles, trat¨¢ndose, conoci¨¦ndose, negociando, d¨¢ndose la mano, el pie o lo que haya que darse. ?sa es la riqueza que hace a las lenguas y culturas... y las deshace. Llevamos as¨ª miles de a?os. Lamento mucho tener que aguarles lo de las diversidades enriquecedoras. Yo no creo mucho en esas cosas (?puedo decirlo?). Si est¨¢n quietas y cerradas, las diversidades no enriquecen. M¨¢s bien, siembran la desconfianza entre los quietos y diversos.
Por el contrario, creo que uno de los grandes bienes que por ahora tenemos es nuestra abierta uniformidad ling¨¹¨ªstica. Uniformidad que garantiza la circulaci¨®n de gentes y de cosas, no s¨®lo en Espa?a sino en Am¨¦rica, y que por eso mismo crea riqueza genuina, calculable en cifras: ?D¨®nde creen ustedes que est¨¢ el meollo de los op¨ªparos negocios que hacen empresas espa?olas en Hispanoam¨¦rica? ?Por qu¨¦ creen que Bill Clinton extiende la ense?anza del espa?ol en el sistema educativo estadounidense? ?Por qu¨¦ se est¨¢ haciendo lo mismo en Brasil? No se hace para leer el Quijote en versi¨®n original, sino por razones de econom¨ªa, negocios, comercio.
Los espa?oles somos distintos. No percibimos que poner trabas a una comunidad ling¨¹¨ªstica ya constituida ser¨¢ pon¨¦rselas a una comunidad econ¨®mica. Incluso si ma?ana la autonom¨ªa N se hiciera pa¨ªs independiente, ?tiene que interrumpir por ello las facilidades de circulaci¨®n humana y econ¨®mica que le brinda una lengua com¨²n, hablada com¨²nmente dentro de ella? Cr¨¦ame N: Bruselas le agradecer¨¢ que no las interrumpa. Los espa?oles estamos agravando en Europa un problema que Europa quiere aliviar: barreras ling¨¹¨ªsticas. Esto es: barreras personales que podr¨¢n contribuir a empeorar problemas humanos, y econ¨®micos, como el paro, la integraci¨®n de inmigrantes, las facilidades de comunicaci¨®n y transporte. La estrecha vinculaci¨®n entre lengua y econom¨ªa har¨¢ que nuestras ricas pluralidades encarezcan bienes y servicios que resultaban simples y baratos. Es algo a lo que nos tendremos que acostumbrar en Espa?a: m¨¢s lenguas, m¨¢s culturas, m¨¢s conflictos, m¨¢s gasto, mayor inmovilidad social. Bueno es avisarlo.
?Creen que exagero? Antes de responder, reflexionen un rato sobre lo siguiente: en Espa?a los libros de texto cuestan entre un treinta y un cuarenta por ciento m¨¢s que en otros pa¨ªses de la Uni¨®n. El editor espa?ol debe hacer varias primeras ediciones de un libro escolar (una por lengua o curr¨ªculo oficiales), lo que encarece mucho el producto. Las cadenas auton¨®micas de televisi¨®n le costaban al contribuyente espa?ol en 1995 el doble de lo que al contribuyente brit¨¢nico le costaba la BBC. Las cosas no han ido a mejor: la deuda de la televisi¨®n auton¨®mica catalana es tal que a su director se le ha ocurrido que podr¨ªa aliviarse produciendo programas... en espa?ol. Ciertas universidades necesitan presupuestos complementarios para traducir las tesis que se presentan en nuestra lengua com¨²n. Traducidas, y pagados los honorarios del traductor, se archivan y duermen el sue?o de los justos (en esto ¨²ltimo, reconozco que se parecen a cualquier tesis producida en cualquier lengua, s¨®lo que en ciertas universidades el somn¨ªfero cuesta el doble de caro). El encontronazo entre la Generalidad catalana y Hollywood, propiciado por la "ley del catal¨¢n", estuvo a punto de dejar en la ruina el a?o pasado, no ya a los exhibidores de cine catalanes, sino a todos los exhibidores de cine espa?oles. Algunas consejer¨ªas de Educaci¨®n auton¨®micas se gastan dinero en desalojar de sus aulas una lengua que, aprovechada por estadounidenses y japoneses, les renta importantes cantidades de d¨®lares y yenes (esto me deja especialmente perplejo). Casos as¨ª, y muchos m¨¢s, se resumen en uno ejemplar: nuestros senadores, para entenderse entre ellos, se van a gastar dinero en int¨¦rpretes... pudiendo entenderse gratis. He aqu¨ª el arquetipo de nuestra Espa?a pluriling¨¹e.
Ma?ana iremos por Europa como los campeones de las lenguas, las culturas y los pueblos redimidos. Ense?aremos c¨®mo es bueno para la paz social transformar una situaci¨®n de pluriling¨¹ismo razonable, y econ¨®micamente sostenible, en otra devoradora de dinero p¨²blico y potencialmente conflictiva. Con televisiones y libros caros, profesoras castigadas de cara a la pared y negocios pr¨®speros en peligro. Europa nos escuchar¨¢. Sin comprometerse en seguirnos por una ruta tan moderna, tan Made in Spain, nos animar¨¢ a continuar por ella. No en vano Espa?a es un gran destino tur¨ªstico. ?se ser¨¢ nuestro orgullo.
Juan Ram¨®n Lodares es profesor de Filolog¨ªa espa?ola en la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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