?nico y siempre distinto

. El concierto supon¨ªa la presentaci¨®n del ¨²ltimo elep¨¦ de Mastretta, Luna de miel, en el que canta un escogido ramillete de mujeres. Todas las cantantes tintaron de su polvo estrellado unas notas que fueron escritas en busca de unas due?as que las hicieran ¨²nicas. Rubi ofreci¨® esa dulzura tanguera y canalla de chica en combinaci¨®n, fumando bajo un ventilador giratorio. Ajo apel¨® a su equilibrismo surrealista y volvi¨® a demostrar que es una de las pocas vocalistas espa?olas que cuando cantan coquetean con el riesgo de la diferencia y vencen. Irantzu puso la suave candidez, y Rasha, el exotismo hier¨¢tico y misterioso. Gema Corredera se carg¨® a las espaldas cuatro de los temas y demostr¨® que domina su voz como pocas solistas en castellano. Beatrice fue toda dulzura, y Julieta Venegas jug¨® con la iron¨ªa en, quiz¨¢, el mejor tema de la velada, Luna de miel. Fue un hermoso concierto y una experiencia con el poder de lo ¨²nico, irrepetible y, por tanto, siempre distinto a lo est¨¢ndar. Nacho Mastretta, al menos, marca diferencias.