Elkarkidetza hizo de pantalla de Gordo y Valluerca para ofrecer la Casa del Santo
VIENE DE LA P?GINA 1 El descubrimiento de los aspectos oscuros de la oferta de venta de la Casa del Santo a la Diputaci¨®n alavesa motiv¨® la creaci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n en las Juntas Generales de ?lava y la posterior apertura de diligencias por parte del juez Gregorio ?lvarez. Aunque la indagaci¨®n judicial no se tradujo en imputaciones penales, el trabajo de las Juntas Generales puso de manifiesto "las irregularidades y anomal¨ªas" de la operaci¨®n. En ella se desplegaron, seg¨²n las conclusiones de la comisi¨®n, los ingredientes que han trufado otros negocios inmobiliarios de Jos¨¦ Antonio Gordo y alguno de sus socios; entre ellos, las influencias pol¨ªticas y el uso de informaci¨®n privilegiada.
El ofrecimiento de la Casa del Santo, un edificio del siglo XVIII de estilo neocl¨¢sico, se trat¨® de presentar por sus promotores como una suerte de favor a la Diputaci¨®n alavesa, cuando luego se descubri¨® un desmesurado encarecimiento del inmueble, que no ten¨ªa valor residencial. Quien lo ofreci¨® a la instituci¨®n a trav¨¦s del entonces diputado de Cultura Pedro Ramos (PNV), fue Elkarkidetza, el fondo de pensiones (EPSV) de los funcionarios vascos, que junto al de Iberdrola (Juan de Urrutia) ha participado en varios negocios con Gordo y Javier S¨¢enz de Valluerca. En mayo de 1994, la Diputaci¨®n, gobernada en coalici¨®n el el PNV y PSE y presidida por el peneuvista Alberto Ansola, acept¨® pagar por el edificio una renta mensual de 2,1 millones, as¨ª como asumir la rehabilitaci¨®n del inmueble. Adem¨¢s, ten¨ªa la opci¨®n de adquirirla el a?os 2004 por 213 millones.
Sin embargo, el servicio de intervenci¨®n del departamento de Hacienda detect¨® aspectos sospechosos en la operaci¨®n y el diputado del ¨¢rea, el socialista Roberto San Ildefonso, la paraliz¨® en el mes de julio. M¨¢s tarde se descubri¨® que quien la urdi¨® fue la empresa RJ 21, una sociedad limitada creada ex profeso por el empresario inmobiliario Javier S¨¢enz de Valluerca, su hermano Ram¨®n y Jos¨¦ Antonio Gordo. ?stos hab¨ªan acordado pagar a la propietaria del edificio una renta mensual de 450.000 pesetas, mientras que Elkarkidetza deb¨ªa abonar 1,1 millones cada mes a RJ 21. A su vez, Javier S¨¢enz de Valluerca consegu¨ªa para una empresa suya la rehabilitaci¨®n del edificio sin ning¨²n tipo de concurso.
Y tambi¨¦n se supo que, cuatro a?os antes, en 1990, la Diputaci¨®n hab¨ªa desestimado un acuerdo directo con la due?a de la Casa del Santo sobre su alquiler por una renta mesual de 225.000 pesetas y la posibilidad comprarlo por 35 millones en el a?o 2000. Pese a estas maquinaciones, en octubre de 1994 Elkarkidetza demand¨® judicialmente a la Diputaci¨®n para que cumpliera el contrato firmado en mayo. Sin embargo, tras el esc¨¢ndalo pol¨ªtico que se levant¨® y las averiguaciones de la comisi¨®n de las Juntas Generales, presidida por Patxi Ormazabal (EA), el actual consejero de Vivienda, la EPSV de los funcionarios vascos se avino a renegociar los t¨¦rminos del contrato.
A su vez, una asociaci¨®n de funcionarios del Ayuntamiento de Vitoria present¨® una denuncia contra Elkarkidetza por "maquinaci¨®n para alterar el precio de las cosas" y "uso de informaci¨®n privilegiada". El juez del caso Osakidetza, Gregorio ?lvarez, la admiti¨® a tr¨¢mite y abri¨® diligencias previas sobre lo sucedido, pero no lleg¨® a establecer imputaciones penales respecto a los protagonistas de este episodio.
En el filo de la pol¨ªtica
Jos¨¦ Antonio Gordo asegura que no es persona de siglas, pero nunca ha ocultado su proximidad con el hombre fuerte del PNV en ?lava, Jos¨¦ Mar¨ªa Guerenabarrena, reelegido con pol¨¦mica presidente de la ejecutiva regional. Es la suya una vieja amistad que se vio reforzada en Caja Vital, donde el burukide ha tenido tambi¨¦n un enorme poder, y con otros negocios donde se han mezclado los intereses econ¨®micos y de partido. El episodio de la Casa del Santo fue, quiz¨¢, el que m¨¢s cerca estuvo de probar la extendida sospecha de que algunas operaciones de Gordo y sus socios han podido financiar a la organizaci¨®n del PNV de ?lava. Sin embargo, no son pocos los peneuvistas que piensan que si el promotor cultiv¨® las relaciones con el partido fue "por el beneficio personal que le ha podido aportar", se?ala un antiguo dirigente del partido de Arzalluz. "De hecho, no conozco ning¨²n supuesto favor que nos haya hecho en el que Gordo no haya sacado una tajada mayor", a?ade.Si algo no le falta a este promotor es olfato para los negocios, y no pod¨ªa pasarle por alto el control casi absoluto que el PNV ha tenido hasta ahora en las instituciones alavesas. Su tarjeta de presidente de Covivi -una promotora que ha construido 4.000 viviendas de precio tasado- ha sido la llave para abrir las puertas de los despachos oficiales y, al mismo tiempo, la palanca para lanzar sus negocios particulares y tejer una densa red de influencias y poder, uno de cuyos centros principales ha estado en la Caja Vital. Pero adem¨¢s de acumular suelo urbanizable con su socio Valluerca, Gordo tambi¨¦n ha hecho sus incursiones en los medios de comunicaci¨®n. De la mano de empresarios nacionalistas fue impulsor de El Peri¨®dico de ?lava y dice ser el principal accionista de la televisi¨®n local Canal Gasteiz. Quienes le conocen aseguran que el puesto que m¨¢s le gustar¨ªa ocupar es el de presidente del Alav¨¦s.
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