Josep Llu¨ªs Sert ORIOL BOHIGAS
Si tuviera que escoger los cinco arquitectos m¨¢s importantes de la Pen¨ªnsula a lo largo de este siglo, seguramente destacar¨ªa cuatro catalanes y un portugu¨¦s. No me atrevo a precisar sus nombres y prefiero que el lector juegue a plantear sus propias preferencias. Pero presumo que Josep Llu¨ªs Sert ocupar¨ªa en el resumen de opciones un lugar preeminente con relativa unanimidad y que ser¨ªa evocado no s¨®lo por la calidad de su obra arquitect¨®nica, sino tambi¨¦n por una serie de valores personales y profesionales que van de la pol¨¦mica cultural al compromiso pol¨ªtico, de la pedagog¨ªa ejemplar a la cr¨ªtica hist¨®rica, del liderazgo internacional en la primera revisi¨®n del Movimiento Moderno a la reivindicaci¨®n de un nuevo mediterranismo cr¨ªtico.Josep M. Rovira -uno de nuestros mejores historiadores de la arquitectura- acaba de publicar en Italia un gran libro sobre Sert, editado por Electa, un libro magn¨ªfico y definitivo que llena un vac¨ªo que parece inexplicable. Se ha escrito mucho sobre Sert, pero faltaba una monograf¨ªa de alta envergadura internacional. Excepto Antoni Gaud¨ª y Alvaro Siza -dos bazas evidentes en la lista de los cinco-, nuestros arquitectos no han tenido la suerte bibliogr¨¢fica de sus contempor¨¢neos americanos, italianos, franceses, austriacos. No s¨¦ si se debe a la falta de cr¨ªticos e historiadores o a la todav¨ªa persistente ausencia de una pol¨ªtica de divulgaci¨®n cultural como se acaba de comprobar en la exposici¨®n sobre el fin de siglo en el Victoria and Albert Museum, donde ha sido olvidada la ciudad de Barcelona por la incuria de nuestras instituciones, que deb¨ªan haber participado. Llu¨ªs Dom¨¨nech i Montaner y Jos¨¦ A. Coderch -otros candidatos a ocupar lugares conspicuos en la mencionada lista- tampoco han alcanzado la divulgaci¨®n internacional que les corresponde. Pero el caso de Sert es menos explicable porque contaba con una gran repercusi¨®n internacional desde la c¨¢tedra de Harvard y la presidencia de los CIAM. Se anuncia en la Fundaci¨® Mir¨® una pr¨®xima exposici¨®n sobre Sert para la celebraci¨®n del centenario de su nacimiento, y espero que con ella se alcanzar¨¢ su definitiva validaci¨®n en la gran aventura internacional del Movimiento Moderno.
El libro de Rovira aporta mucha documentaci¨®n in¨¦dita que explica definitivamente la obra de Sert y tambi¨¦n los pol¨¦micos entresijos del establishment creado alrededor del CIAM. Pero lo m¨¢s sugerente es el itinerario biogr¨¢fico y cultural de Sert en relaci¨®n con su complejo entorno hist¨®rico, que lo sit¨²a en una constante contradicci¨®n creativa. La primera contradicci¨®n es su origen familiar: a partir de la tribu aristocr¨¢tica de Comillas, creada por la fuerza econ¨®mica y el mecenazgo del primer marqu¨¦s -recientemente explicada por Mar¨ªa del Mar Arn¨²s en su magn¨ªfico Comillas, preludio de la modernidad, en el que se valora aquella isla de cultura catalana que parece ensayar el modernisme-, se convierte en un catalanista radical de izquierdas y plantea en Barcelona una revoluci¨®n urban¨ªstica que invoca el nombre del presidente Maci¨¤ y proclama con el GATCPAC una nueva arquitectura social. La tribu de Comillas aliada con muchas otras tribus ganar¨¢ la guerra civil y el d¨ªscolo hijo del conde de Sert iniciar¨¢ un exilio que durar¨¢ toda su vida pero que, a pesar de los sacrificios y las contradicciones, favorecer¨¢ su plenitud profesional.
Otras contradicciones creativas se plantean m¨¢s directamente en el campo de la arquitectura y el urbanismo. Desde sus obras catalanas de preguerra se debate entre unas proclamas estil¨ªsticas y unas alegaciones metodol¨®gicas, pero en ambas plantea ya la transformaci¨®n de losdogmas doctrinarios del primer racionalismo que, como sugiere arriesgadamente Rovira, tiene alguna relaci¨®n con los aspectos sociales y pol¨ªticos del noucentisme que quiz¨¢ influyan en sus fases m¨¢s mediterranistas. La primera etapa de su exilio se debate en otra lucha de m¨²ltiples contradicciones en la serie de planes urban¨ªsticos para diversas ciudades suramericanas: por un lado, la voluntad de cambiar la rigidez de la ciudad funcional imponiendo la representatividad formal de los centros urbanos y la t¨ªmida superaci¨®n del zoning, y por otro, la dif¨ªcil tarea de imponer un orden socialista a unas ciudades sometidas al desorden de unas dictaduras corruptas. Hasta que se sit¨²a en el decanato de Harvard no alcanza cierta estabilidad menos marcada por la pol¨¦mica y m¨¢s subrayada por un status plenamente reconocido, hasta que su vuelta al Mediterr¨¢neo -Fundaci¨® Maeght, estudio y Fundaci¨® Mir¨®, urbanizaci¨®n en Ibiza- le permitir¨¢ desarrollar su plenitud creativa, recuperando, ya consensuadas, las actitudes pol¨¦micas de su juventud.
La inicial lucha contra el eclecticismo clasicista y reaccionario, la fase de propuestas hacia un posracionalismo en un CIAM ya dubitativo, la lucha por un imposible nuevo orden socialista en las dictaduras suramericanas y en la Catalu?a perdida por la amenaza de la guerra civil, el mantenimiento de un status docente sin concesiones a la tradici¨®n establecida, marcaron la persistencia de unos ideales progresistas incluso contra los progresismos envejecidos. Quiz¨¢ esta inalterada actitud revolucionaria explica en parte algunas de las ausencias de Sert en la historia y la cr¨ªtica de la arquitectura universal que se suele mantener en el conservadurismo acad¨¦mico. Unas ausencias que el libro de Rovira va a superar con extremada eficacia.
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