"El ¨¦xito de Bridget Jones le ha dado al personaje una dimensi¨®n equivocada"
-Bridget Jones no es un simple personaje de ficci¨®n, es el esp¨ªritu de una edad. -Si Bridget Jones es el esp¨ªritu de una edad, propongo el suicidio colectivo de las que nos acercamos a ella.
Este di¨¢logo, mantenido en las p¨¢ginas del dominical The Observer por dos j¨®venes periodistas inglesas, refleja las reacciones encontradas que sigue provocando la treinta?era Bridget Jones, el personaje que en 1996 invent¨® la periodista Helen Fielding para su columna semanal en el diario The Independent y que en 1998 se convirti¨® en fen¨®meno editorial. La hero¨ªna vuelve ahora a las librer¨ªas y a la pantalla. Si al final de El diario de Bridget Jones, Bridget lograba su principal prop¨®sito, un novio, en Bridget Jones: sobrevivir¨¦, segunda parte del diario -que ahora publica en Espa?a la editorial Lumen-, la joven ha cambiado. Bridget se acerca a los cuarenta y quiere casarse. Por supuesto, para lograr su meta sigue almacenando libros de autoayuda.
"Es un personaje c¨®mico, todo el mundo se olvida de que Bridget es sobre todo una parodia y no un modelo de nada. El ¨¦xito del libro le ha dado al personaje una dimensi¨®n equivocada. Quien ve a Bridget como un s¨ªmbolo no ha entendido nada", afirma Helen Fielding en una conversaci¨®n telef¨®nica desde Los ?ngeles.
En Hollywood, la escritora cierra los detalles de la versi¨®n cinematogr¨¢fica del libro. Fielding es escurridiza cuando se le piden datos de la pel¨ªcula, en cuyo gui¨®n ha participado directamente. Se sabe que la escritora vet¨® la pel¨ªcula durante meses porque ninguna actriz norteamericana se ajustaba a su personaje, y se sabe tambi¨¦n que ser¨¢ Rene Zelwellger, una actriz con aspecto de atl¨¦tica californiana, la que finalmente interpretar¨¢ en la pantalla a la obsesiva Jones.
La escritora era reticente a la versi¨®n que Hollywood pretend¨ªa hacer de su novela por miedo a que el personaje resultara ?o?o y edulcorado. Pero ahora asegura estar encantada con los resultados. La pel¨ªcula, a cargo de los creadores de Notting Hill y Cuatro bodas y un funeral, y con Colin Firth y Hugh Grant en el reparto, est¨¢ todav¨ªa en fase de producci¨®n.
Cuesta creer que el p¨²blico norteamericano acepte a un personaje que fuma y bebe sin parar (enumerar los cigarrillos y las copas que consume al d¨ªa forma parte del ritual de cada ma?ana de la hist¨¦rica treinta?era), un personaje capaz de hundirse en la miseria porque ha engordado 500 gramos o porque un hombre no le hace caso, que combate sin ¨¦xito la celulitis y que tiende enfermizamente a la autocompasi¨®n. Bridget, adem¨¢s, habla de sexo constantemente y descuenta de las calor¨ªas que consume las que gasta en "polvos".
"Bueno, ya se ver¨¢ la pel¨ªcula", comenta Fielding. "No creo", a?ade, "que yo sea la m¨¢s indicada para dar explicaciones sobre si esos cambios existir¨¢n o no en la pel¨ªcula. Si la Bridget de la pantalla es otra a la de mi libro es algo que s¨®lo se podr¨¢ decir despu¨¦s de ver el filme. Rene tiene gracia y no es la t¨ªpica actriz con aspecto de modelo anor¨¦xica. Creo que encaja muy bien con el personaje".
Para Helen Fielding el secreto de Bridget Jones es que es un personaje lleno de "humor sin pretensiones". "Y espero que sea precisamente eso lo que se mantenga en la pel¨ªcula".
"Es dif¨ªcil", a?ade, "llevar al cine un texto cuya acci¨®n transcurre exclusivamente en el cerebro de un solo personaje y que es un mon¨®logo de principio a fin. Convertir ese mon¨®logo en di¨¢logos ha sido un trabajo complicado al principio y divertido al final".
Contra las detractoras del personaje (que se han multiplicado en el Reino Unido con el giro vital de la segunda parte del diario), Fielding tiene una respuesta r¨¢pida: "Las novelistas no hacemos propaganda, sino ficci¨®n, y creo que atacar a Bridget desde la ¨®ptica feminista es un insulto para cualquier mujer. Es un simple problema de humor, y algunas mujeres tienen muy poco. No seremos iguales a los hombres hasta que no nos riamos de nosotras mismas como lo hacen ellos de s¨ª mismos. Si ellos tienen a Mr. Bean -y que yo sepa ninguno se queja ni a ninguno le importa-, ?por qu¨¦ nosotras no podemos tener a Bridget o a cualquier otro personaje que nos parodie y nos exagere?".
Babelia
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