'Adi¨®s con el coraz¨®n', primera pel¨ªcula favorita del Festival de Cine de M¨¢laga
Podr¨¢ interesar m¨¢s o menos al p¨²blico actual, pero, sin lugar a dudas, la ¨²ltima colaboraci¨®n cinematogr¨¢fica entre el realizador Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez y el guionista Rafael Azcona, Adi¨®s con el coraz¨®n, puede alardear de solidez de gui¨®n, repartir inteligencia, humor, ternura y mala leche y, por si fuera poco, tirarse un ¨®rdago interpretativo desde el reparto. Su estreno ayer en el Festival de Cine Espa?ol M¨¢laga como primera pel¨ªcula en competici¨®n arroj¨® ya la primera cinta favorita del certamen.
Alguna vez habr¨¢ que revisar con el m¨¢ximo detenimiento la ejemplar, y ya larga, colaboraci¨®n entre el director Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez y el guionista Rafael Azcona, entre otras cosas porque son -a estas alturas, parece indudable- los verdaderos notarios de la realidad espa?ola. Por ejemplo, en esta Adi¨®s con el coraz¨®n, te¨®rica tercera parte de una trilog¨ªa que compone con Suspiros de Espa?a (y Portugal) y Siempre hay un camino a la derecha -trilog¨ªa sobre todo de personajes, que se repiten; en esta ocasi¨®n, el d¨²o Juan Luis Galiardo / Juan Echanove se convierte en un recital con Galiardo como solista, y que seguro que tendr¨¢ continuaci¨®n-, hay pr¨¢cticamente de todo. Y casi todo bueno.
Para empezar, Adi¨®s con el coraz¨®n debe ser vista como la continuaci¨®n del proceso de enjuiciamiento y derribo del gal¨¢n cinematogr¨¢fico -del gal¨¢n a secas, a decir verdad-, ya iniciado a partir del mismo actor en El vuelo de la paloma, con la dosis de autoiron¨ªa que supone por parte de Galiardo, tambi¨¦n coproductor, el hecho de ponerse a las ¨®rdenes de quienes hacen le?a de su propio deterioro, que no derrumbe, f¨ªsico.
Para seguir, estamos ante la disecci¨®n, despiadada pero al mismo tiempo, y es norma de oro en la sabidur¨ªa humana de Azcona, respetuosa, casi tierna, de un macho en la decadencia, un tipo que vive de sablear a sus amantes maduras y que en realidad s¨®lo comparte su piso y su vida con... un gato con problemas urinarios.
Y para seguir, a¨²n, el acta que Garc¨ªa S¨¢nchez y Azcona levantan sobre la realidad incluye las relaciones fraterno-sexuales cubano-espa?olas, tan explotadas en el reciente cine patrio -espl¨¦ndida resulta para sus fines la presencia de Laura Ramos, excelente actriz cubana joven-; un especulador sin escr¨²pulos y con muchos guardaespaldas, que pone y saca alcaldes de pueblo para recalificar terrenos y hacerse con una pasta; y hasta alguna feliz recuperaci¨®n para nuestro cine, como son las prestaciones de ilustres veteranas (Aurora Bautista) y de no menos ilustres, aunque no tan maduras (Mar¨ªa Luisa San Jos¨¦, Teresa Gimpera).
Y por encima de todo, el filme destila esa sana mala leche, ese saber mirar de frente a sus coet¨¢neos para sacar de ellos todo lo bueno -el instinto de supervivencia- y lo menos bueno -casi todo lo dem¨¢s- que Garc¨ªa S¨¢nchez y Azcona, a pesar de algunas irregularidades, llevan constantemente a su cine. Es una pel¨ªcula sobre la que convendr¨¢ volver, porque se estrena a finales de junio. Pero en todo caso, hay que constatar que la que inaugur¨® el concurso en M¨¢laga es, desde ya, la primera gran favorita.
Quien no parec¨ªa tenerlas consigo tras el pase de prensa del filme era Juan Luis Galiardo, que pidi¨® reiteradamente, siempre bordeando el sainete ir¨®nico, comprensi¨®n a los periodistas para que ayudaran con sus opiniones a dar a conocer la pel¨ªcula, como quien se siente ballena cinematogr¨¢fica en v¨ªas de extinci¨®n. Lo que son las cosas: Galiardo, cada vez m¨¢s ¨¢cido y m¨¢s en la l¨ªnea del mejor Mastroianni, ve como la mayor¨ªa del p¨²blico indentifica como prototipo del rol de tenorio en horas bajas a un actor tan lleno de tics como Arturo Fern¨¢ndez.
Sin dejar de mantener cierto aire de ¨²ltimos de Filipinas, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez hizo una reflexi¨®n m¨¢s serena. Tras reconocer las similitudes estructurales entre su trilog¨ªa y la de Berlanga (Escopeta nacional, Patrimonio Nacional y Nacional III, con Azcona tambi¨¦n de guionista) el director reiter¨® que hay otras formas y motivos para hacer cine que no tienen por qu¨¦ basarse en los ¨¦xitos de taquilla. "Le pondr¨¦ un ejemplo: El verdugo, esa obra maestra de Berlanga fue un fracaso de taquilla absoluto en su d¨ªa y sin embargo instaur¨® un g¨¦nero, no ha dejado de crecer con los a?os e incluso contribuy¨® poderosamente a abolir la pena de muerte en nuestro pa¨ªs; yo y los de mi generaci¨®n recordamos nuestro derecho a hacer este cine y poder seguir contando estas historias", sentenci¨® el cineasta.
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