Las supuestas asesinas de la joven de C¨¢diz 'ensayaron' el crimen con una desconocida
Las dos supuestas asesinas de Clara G.C. ya hab¨ªan ensayado con anterioridad un posible crimen. A las adolescentes, R. C. T. e I. S. G., de 17 y 16 a?os, respectivamente, les rondaba la idea por la cabeza desde hac¨ªa tiempo. Seg¨²n declararon ayer ante la polic¨ªa y el juez, hace un mes, en los servicios de se?oras del centro comercial Bah¨ªa Sur, un concurrido establecimiento de compras de San Fernando (C¨¢diz), probaron c¨®mo cometer un asesinato semejante al que supuestamente cometieron el pasado viernes en la zona de El Barrero.
Las j¨®venes, que pasaron ayer su primera noche aisladas y separadas del resto de las reclusas en el m¨®dulo de mujeres de Puerto II, en El Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz), decidieron actuar con una chica de caracter¨ªsticas similares a Clara, la compa?era del instituto con la que hab¨ªan tenido bastante relaci¨®n. Hab¨ªan pensado elegir una v¨ªctima "d¨¦bil" y desconocida, una chica que, por azar, fuera al cuarto de ba?o, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. Una de ellas permaneci¨® fuera del servicio, a la espera de que apareciera alguien con el perfil propicio. La otra aguardaba dentro empu?ando una navaja, la misma que, seg¨²n aseguraron ante el juez, utilizaron el pasado viernes para asestar las 18 pu?aladas que acabaron con la vida de Clara. Esa navaja fue hallada por la polic¨ªa clavada parcialmente en una maceta del domicilio de R. C. T.
Pero en el centro comercial un vigilante de seguridad abort¨® el ensayo de las dos j¨®venes, seg¨²n han reconocido ellas mismas. El guarda consider¨® extra?a la conducta de las adolescentes y les pidi¨® la documentaci¨®n. Luego las dej¨® marchar. Otras fuentes confirman la declaraci¨®n de ambas, pero aseguran que aquellos hechos fueron m¨¢s "un juego inexplicable" que un intento de asesinato.
En su declaraci¨®n ante el juez, las detenidas admitieron haber lamentado el "fracaso" en el centro comercial, y afirmaron que decidieron planificar meticulosamente el crimen. Aunque no se preocuparon de ocultar el arma del crimen ni las ropas ensangrentadas, s¨ª se dedicaron a hilvanar una coartada. La polic¨ªa hall¨® en las habitaciones de ambas varias cuartillas de papel, a modo de ficha, en las que hab¨ªan detallado las explicaciones que deb¨ªan dar en caso de ser interrogadas. Cada una hab¨ªa memorizado, en tramos de 15 minutos, la cronolog¨ªa de sus supuestas acciones la tarde y noche del crimen. Las fichas desarrollan una coartada para cada una de ellas, con justificaciones, en la mayor¨ªa de los casos, complementarias. A juicio de algunos investigadores, este procedimiento denota una mentalidad "fr¨ªa y calculadora".
Pero las macabras cuartillas no les sirvieron de nada, ya que la polic¨ªa las cogi¨® a "contrapi¨¦", seg¨²n fuentes cercanas a la investigaci¨®n, en sus casas el s¨¢bado por la ma?ana. Y no tardaron nada en confesar. La polic¨ªa confirm¨® ayer que las j¨®venes no estaban bajo los efectos de ninguna droga.
Seg¨²n el relato de las presuntas asesinas, s¨®lo una de ellas, R. C. T., asest¨® todas las pu?aladas a la v¨ªctima, mientras la otra, I. S. G., supuestamente se limit¨® a sujetarla. Presuntamente hubo ensa?amiento y Clara opuso resistencia hasta el final, como lo prueban los navajazos que recibi¨® en sus brazos y manos. La autopsia revela que ninguna de las pu?aladas -la navaja tiene una hoja de un solo filo, de 11 cent¨ªmetros, y est¨¢ poco afilada- asestadas en la espalda y en el t¨®rax fue mortal, por lo que la v¨ªctima habr¨ªa fallecido desangrada tras el corte que le seccion¨® la vena car¨®tida y la arteria yugular.
El cad¨¢ver fue hallado por el novio de Clara en la ma?ana del s¨¢bado ya que, tras recibir la llamada de los padres de la joven, alarmados porque ¨¦sta no hab¨ªa dormido en casa, se dirigi¨® al descampado de El Barrero, donde la chica le hab¨ªa comunicado que hab¨ªa quedado con las dos presuntas asesinas el viernes.
Las investigaciones han descartado la participaci¨®n de otras personas en los hechos, al igual que lo hizo el lunes el juez, Juan Jos¨¦ Parra.
Los abogados de las acusadas piden que pasen a un centro de menores
Los abogados que representan a las dos j¨®venes acusadas por el asesinato de Clara G. C en San Fernando (C¨¢diz) han decidido recurrir el auto de prisi¨®n dictado por el juez instructor y que, si no se las pone en libertad, se las traslade a un centro de menores. Los letrados pretenden que se utilice el mismo criterio que aplic¨® la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo, que el pasado abril apost¨® por la sustituci¨®n de una pena de prisi¨®n de 21 meses para un joven de 17 a?os por algunas medidas alternativas que recoge la Ley de Responsabilidad Penal de los Menores. Esta norma est¨¢ ya promulgada, aunque no entrar¨¢ en vigor hasta el 14 de enero de 2001.La Audiencia de Huelva hab¨ªa condenado a J. A. V. R., de 17 a?os, a 21 meses de prisi¨®n por atracar con una navaja y robar una peque?a cantidad de dinero a un ni?o de 15 a?os. El ponente de la sentencia del Supremo, Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Pall¨ªn, considera que la ejecuci¨®n de la sentencia dictada por la audiencia onubense, que ya es firme, puede conmutar la pena de prisi¨®n por el internamiento del menor en un centro especializado.
Los abogados de las detenidas consideran que en este caso se puede aplicar el mismo criterio, que supone adelantar la aplicaci¨®n de la ley.
Por otra parte, los padres de Clara G. C. anunciaron ayer que recurrir¨¢n a medidas legales para "limpiar" la memoria de su hija, sobre la que consideran que se han vertido "muchas falsedades".
"Clara no se merec¨ªa lo que han difundido algunos medios de comunicaci¨®n, porque era una joven pura, buen¨ªsima y que nunca tuvo relaci¨®n con actividades esot¨¦ricas, juegos de rol o ritos sat¨¢nicos", explic¨® ayer su padre, Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa.
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