Un baile de sombras
Fue una noche de hermanamiento entre las artes. Pintura, literatura, audiovisuales, m¨²sica y danza unieron sus fuerzas para homenajear a Vel¨¢zquez (Ofrenda de sombras), meditar sobre el para¨ªso y el infierno (Arcangelo) y celebrar el fervor popular por la danza en los siglos XV y XVI (Por vos muero). Las meninas, los versos de Garcilaso de la Vega o las emotivas partituras de Arcangelo Corelli se convirtieron en movimiento en el Teatro Real en una representaci¨®n protagonizada por un Nacho Duato bailar¨ªn, core¨®grafo y actor. Como la Trinida: tres en uno.Y nunca mejor dicho porque Duato cay¨® de lo m¨¢s alto. Se descolg¨® en su Ofrenda de sombras desde una gran plataforma que evocaba a un cuadro. Empezaba su tributo a Vel¨¢zquez arropado por un ambiente l¨²gubre ?Interpretaba al pintor? No. Todo nace a partir de sus fantas¨ªas en torno a Las meninas. El espejo, un gran lienzo y los pinceles que esbozan con su trazo el movimiento de los bailarines son las ¨²nicas referencias a la obra. A partir de ah¨ª, siluetas fantasmales van y vienen por un escenario demasiado oscuro, envueltas en un collage musical de los siglos XVI y XVII y en la creaci¨®n electr¨®nica de Alberto Iglesias salpicada con los comentarios espont¨¢neos de la gente grabados en el Museo del Prado delante de Las meninas -o¨ªmos desde la voz de un gu¨ªa japon¨¦s hasta los comentarios de un espa?ol con acento muy peculiar-. Duato retoza a los pies del cuadro, baila con un guardainfantes ce?ido a la cintura, aparece con unos pinceles cosidos a sus dedos como u?as postizas y, al final, mantiene un encuentro con la menina. Pero el momento m¨¢s feliz de esta irregular coreograf¨ªa lo protagonizaron Ruth Maroto y Nicolas Maire en un sencillo paso a dos, donde ¨¦l dibuj¨® con un pincel y mucho mimo los movimientos de ella.
Compa?¨ªa Nacional de Danza Por vos muero: Nacho Duato / m¨²sica espa?ola de los siglos XV y XVI; Arcangelo: Nacho Duato / Arcangelo Corelli y Alessandro Scarlatti (estreno absoluto); Ofrenda de sombras: Nacho Duato / collage de m¨²sica de los siglos XVI y XVII y m¨²sica electr¨®nica de Alberto Iglesias (estreno absoluto)
La Capella Reial de Catalunya, Hesp¨¨rion XXI y Le Concert des Nacions. Director musical: Jordi Savall. Director de la CND: Nacho Duato. Teatro Real. 31 de mayo.
A esta Ofrenda de sombras le falta un hilo conductor; parece una pieza construida a retazos. Es una coreograf¨ªa sin pulso, sin emoci¨®n. Y en este punto radica su gran fallo. Si Las meninas eran la disculpa argumental del ballet, todos los cuadros del artista deber¨ªan haber sido un modelo de reflexi¨®n para el core¨®grafo, una fuente de inspiraci¨®n: en ellos ten¨ªa la luz (esa luminosidad plateada de Cristo crucificado, siempre sereno y silencioso), el movimiento (el giro eterno de la rueca y la mano de la artesana en Las hilanderas), la composici¨®n coreogr¨¢fica (el equilibrio de los personajes en el cuadro de Las lanzas), la teatralidad (la representaci¨®n en Las meninas con los reyes como espectadores de excepci¨®n). Y es que el pintor sevillano, hijo de las artes pl¨¢sticas, atrap¨® en sus cuadros el abec¨¦ de las artes esc¨¦nicas. Ah¨ª estaba el secreto del ¨¦xito. Vel¨¢zquez merec¨ªa m¨¢s. Por cierto, la exhibici¨®n de v¨ªdeos como gran traca final con Duato presa de los espasmos, Duato envuelto en tierra o Duato ba?ado en sangre... ?qu¨¦ quiere decir?, ?qu¨¦ aporta? Resulta dif¨ªcil digerir este culto excesivo a su imagen. Los postizos audiovisuales en danza casi siempre desconcentran al espectador. A todo el montaje le falt¨®, quiz¨¢, la fluidez de la falta de ensayos.
Una caja de oro viejo, sutil y elegante, encerr¨® la gran sorpresa de la noche, Arcangelo, una explosi¨®n de emoci¨®n y buena danza. Esta creaci¨®n, bien estructurada y de un lirismo sobrecogedor, le permite a Duato plantear el tema de la liberaci¨®n a trav¨¦s de la muerte. Sus bailarines, muy entregados la noche del estreno, pasearon con su baile al borde del para¨ªso y del infierno en unos pasos a dos intensos y emotivos. Una cortina negra dicta su sentencia en este gran juicio final con la bailarina Tamako Akiyama como protagonista. Su actuaci¨®n merece ser destacada por su talento art¨ªstico, la amplitud del movimiento, la distinci¨®n en la l¨ªnea y por su forma tan peculiar de respirar la m¨²sica. Una gran bailarina.
Por vos muero (estrenada en abril de 1996) es una pieza exquisita, minuciosa y preciosista en detalles y ornamentos. Con la m¨²sica de los siglos de oro y los versos de Garcilaso de la Vega ("Cuanto tengo confieso yo deberos; / por vos nac¨ª, por vos tengo vida, / por vos he de morir y por vos muero"), Mar Baudesson mostr¨® la delicadeza de su baile po¨¦tico.
Y un apunte sobre la pol¨ªtica de programaci¨®n de la CND: toda una velada dedicada exclusivamente a las creaciones de Nacho Duato resulta excesiva. La variedad de estilos y registros, los distintos lenguajes coreogr¨¢ficos, el intercambio de sensibilidades, la diversidad de propuestas intelectuales y la noble competencia entre creadores -?por qu¨¦ no?- enriquecen al arte y al artista. Comer toda la noche del mismo plato, por bueno que sea, se antoja aburrido y, adem¨¢s, poco saludable.
La belleza de lo antiguo
La m¨²sica antigua vivi¨® una velada de ¨¦xito y reconocimiento en el Teatro Real. El director de orquesta Jordi Savall, maestro solvente y una personalidad de referencia mundial en este tipo de repertorio, contribuy¨® a engrandecer el espect¨¢culo al frente de La Capella Reial de Catalunya, Hesp¨¨rion XXI y Le Concert des Nacions. Brindaron un sonido de gran belleza y de una fuerte carga emotiva. Los espectadores tuvieron la oportunidad de escuchar al propio Savall con la viola da gamba.Uno de los momentos m¨¢s brillantes de la noche, desde el punto de vista musical,tambi¨¦n lleg¨® con la coreograf¨ªa Arcangelo. Lo protagoniz¨® el contratenor Carlos Mena con un fragmento de la ¨®pera Il primo omicidio, de Alessandro Scarlatti. Su aria, que coincid¨ªa con el final de la coreograf¨ªa con los bailarines Tamako Okiyama y Patrick de Bana a las puertas del cielo o el infierno -no se sabe bien qu¨¦-, fue un momento conmovedor. Hubo alg¨²n desajuste de menor importancia entre los tiempos musicales y los bailarines. Falta de ensayos.
Babelia
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