Reestreno en el Ulster
El resucitado Gabinete de concentraci¨®n del Ulster, que sienta juntos a cat¨®licos y protestantes, debe celebrar hoy su primera reuni¨®n despu¨¦s de que Londres haya devuelto a Belfast los poderes de autogobierno que suspendi¨® en febrero, tras un primer y breve experimento de poder compartido en la provincia. Es una noticia alentadora, porque refleja que el proceso de paz en Irlanda del Norte se mantiene, aunque sea de forma renqueante. Pero ser¨ªa ilusorio considerar este meritorio paso como el final de algo.La nueva oportunidad es posible despu¨¦s de que los unionistas del Ulster, el mayor partido protestante de la provincia, refrendaran por estrecho margen la posici¨®n de su jefe, David Trimble, a favor de dar cr¨¦dito a la promesa del IRA de permitir la inspecci¨®n de sus arsenales. La decisi¨®n unionista de volver al Gobierno con el Sinn Fein es responsable y valiente. Y tiene la virtud de poner la pelota inequ¨ªvocamente en el lado republicano, crucialmente emplazado a hacer bueno su anuncio del 6 de mayo sobre la destrucci¨®n de su armamento bajo control internacional.
Las dificultades son todav¨ªa muchas. En el campo nacionalista se extiende un sentido de autoconfianza que tiene que ver con el liderazgo del Sinn Feinn y del moderado partido socialdem¨®crata. Pero no ocurre lo mismo entre los protestantes. El mismo resultado de la votaci¨®n unionista del fin de semana -459 contra 403- es una seria se?al de alerta. Las divergencias en su propio partido y la oposici¨®n constante a los acuerdos de Stormont del fundamentalista Ian Paisley y sus seguidores han debilitado a Trimble. El primer ministro no puede permitirse seguir perdiendo apoyos internos sin que ello conduzca a una escisi¨®n que ser¨ªa irreparable.
Junto con el comienzo efectivo del desarme del IRA, uno de los conflictos m¨¢s calientes en el horizonte es la reforma de la polic¨ªa, cuya supervisi¨®n ha encargado Londres a un ex jefe de la agencia antidroga estadounidense. El Ulster tiene un 60% de protestantes, pero en su polic¨ªa -la denominada Royal Ulster Constabulary, cuyo cambio de nombre es anatema para los unionistas- lo son el 93%. Una de las recomendaciones del informe Patten es que eso debe cambiar sustancialmente para representar a la poblaci¨®n cat¨®lica.
Los m¨¢s extremistas de ambos lados, en fin, necesitan pocos pretextos para provocar un nuevo descarrilamiento del proceso. Por eso, tras la reanudaci¨®n del gobierno compartido, resultan imprescindibles dosis supremas de buena fe y contenci¨®n entre quienes desean que el acuerdo funcione. Nadie deber¨ªa olvidar que ese pacto por la civilizaci¨®n y la vida recibi¨® en 1998 el apoyo abrumador del pueblo de Irlanda.
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