Voluntarios

Conocemos como "voluntariado" al conjunto de muy diferentes grupos de personas con una caracter¨ªstica com¨²n: que en un momento determinado han dado un paso al frente. Los voluntarios son quienes detectan un problema, se lamentan por ¨¦l y adem¨¢s, reaccionan. Y no es que lo hayan percibido por tener mejor vista que otros, sino porque no han mirado hacia otro lado. Entonces, act¨²an en consecuencia. No digo que siempre con acierto, pero s¨ª quiero decir que las m¨¢s de las veces ponen empe?o y pasi¨®n (voluntad es sin¨®nimo de deseo, y afortunadamente tambi¨¦n de obstinaci¨®n).En la era de la exaltaci¨®n de la "profesionalidad" (tan eficaz a veces, pero en ocasiones tan mercenaria), los voluntarios son el complemento perfecto porque dan vida a mil tareas diferentes, incluso tirando del carro. Unos ejercen el "ego¨ªsmo" de ayudar a enfermos de un mal que previamente les ha tocado de cerca. Otros invierten sus ratos libres en procurar la salud de un planeta herido desde las entra?as m¨¢s profundas hasta el espacio exterior.

Los voluntarios no creen que el tiempo sea dinero, y por eso buscan causas justas en las que dilapidar lo que no les sobra, (ni lo uno ni lo otro). Son la savia de las ONG, el sistema nervioso de la sociedad civil, y a ellos est¨¢ dedicado el acto de esta tarde, a las 8.15 en el Palau de la M¨²sica de Valencia, organizado por la Real Sociedad Econ¨®mica de Amigos del Pa¨ªs.

Francisco Oltra, director de la entidad, ha explicado esta iniciativa que ha cambiado el homenaje a pr¨®ceres individuales por un reconocimiento coral, escribiendo: "En el subsuelo de nuestra convivencia hay una especie de trama construida por relaciones gratuitas y encuentros desinteresados, que convierten el vivir humano en una aventura solidaria".

La libertad, la dignidad y la tolerancia, son las tres almas de la Ilustraci¨®n que se precia de conservar "La Econ¨®mica". Y los promotores del evento, voluntarios a su vez, conf¨ªan en que en que los valencianos seremos generosos respaldando una iniciativa en la que "se oir¨¢n los gritos de la exclusi¨®n y de los pueblos que necesitan ayuda, se proclamar¨¢ el mensaje de los que dejan sus tierras para sobrevivir, se reclamar¨¢ el derecho a la salud en el interior de una sociedad pat¨®gena".

Desde luego que tambi¨¦n se han dado casos turbios de aprovechados o ineficaces, inventando siglas instrumentales, invisti¨¦ndose de un oropel que no les corresponde. Pero alegar tales disfunciones como excusa para escatimar el m¨¦rito de la mayor parte de los colectivos me parece una excusa un tanto miserable. Los grupos del voluntariado, en este fin de siglo, viven un proceso de estructuraci¨®n y organizaci¨®n porque, como dice Oltra, el amor no basta: se necesita eficiencia y cultura c¨ªvica. Y desde luego, la conciencia de que la ayuda humanitaria y la cooperaci¨®n no son el b¨¢lsamo de Fierabr¨¢s, el man¨¢ que todo lo soluciona si no se lucha tambi¨¦n contra los abusos, las desigualdades y las deficiencias que provocan la vulnerabilidad colectiva.

No s¨¦ si esta noche estaremos m¨¢s cerca del gran sue?o de la dignidad humana, pero al menos habremos tenido la oportunidad de quitarnos el sombrero ante una ciudadan¨ªa generosa y an¨®nima cuya acci¨®n, como constata el poema creado ex profeso por Francesc Momp¨®, no se mueve por el oro ni el laurel. Hasta luego.