La fiscal¨ªa ultima una investigaci¨®n sobre las presuntas expulsiones racistas en el Marem¨¤gnum
La fiscal¨ªa de Catalu?a est¨¢ ultimando una amplia investigaci¨®n sobre las supuestas expulsiones racistas ocurridas en los ¨²ltimos meses en algunos locales del complejo Marem¨¤gnum de Barcelona. SOS Racismo present¨® hace unas semanas una denuncia en la que relataba ocho casos concretos y especificaba con todo detalle c¨®mo se hab¨ªan producido esas expulsiones. La fiscal¨ªa no s¨®lo acept¨® la denuncia a tr¨¢mite, sino que inici¨® una investigaci¨®n, tom¨® declaraci¨®n a los supuestos perjudicados y ahora ha citado a declarar como imputados a dos propietarios de algunos de esos locales.
La denuncia de SOS Racismo fue presentada en la fiscal¨ªa a finales del pasado mes de febrero. Al margen de relatar los ocho casos de supuestas expulsiones por motivos racistas de manera pormenorizada, la denuncia adjuntaba una declaraci¨®n jurada de un vigilante de seguridad de uno de los locales implicados. El vigilante explicaba que se le dieron instrucciones para que no dejara pasar "ni a negros, ni a moros, ni a gitanos" y que al negarse a acatar esa orden fue cambiado de destino. Ese vigilante de seguridad ha declarado ya en la fiscal¨ªa y ha ratificado su declaraci¨®n. Tambi¨¦n ha comparecido la mayor¨ªa de las ocho supuestas v¨ªctimas, que fueron expulsadas de los locales a causa de su aspecto exterior.SOS Racismo explic¨® ayer que antes de presentar la denuncia en la fiscal¨ªa intent¨® que los responsables de los locales se comprometieran a adoptar medidas para que no se repitiesen estos hechos. En esas reuniones participaron el gerente del Marem¨¤gnum, Robert Enrich; as¨ª como Jaime Vega Chaos, propietarios de los locales Nayandey, Fiesta y Tropicana, y Luis Luque, propietario del local Caipirinha. Fuentes judiciales explicaron ayer que Vega y Luque han sido citados a declarar como inculpados en la fiscal¨ªa en los pr¨®ximos d¨ªas.
Disculpas del propietario
Uno de los casos denunciados por SOS Racismo se produjo en la madrugada del 31 de marzo del a?o pasado, cuando se le neg¨® a la entrada a B. V. al local Caipirinha. Al ser requerido por esta organizaci¨®n sobre por qu¨¦ se hab¨ªa impedido el acceso a una persona negra, el director del establecimiento la justific¨® explicando que exist¨ªa una banda de carteristas marroqu¨ªes que actuaban en la zona. Cuando se le comunic¨® que el afectado era cubano, el director del local se ofreci¨® para pedirle disculpas personalmente, y as¨ª ocurri¨®, pero B. V. decidi¨® poner el caso en conocimiento de SOS Racismo.
Otro de las supuestas expulsiones racistas ocurri¨® el 15 de mayo de 1999, cuando el marroqu¨ª A. M. acudi¨® al local Nayandei acompa?ado de unos amigos espa?oles. A ¨¦l y a otro marroqu¨ª no se les permiti¨® entrar alegando que necesitaban un carnet, pero a los espa?oles s¨ª. Al pedir explicaciones al portero, A. M. acab¨® herido por un grupo de 10 vigilantes. El caso est¨¢ siendo investigado por un juzgado de Barcelona.
SOS Racismo considera que todos los casos denunciados se encuadran en el art¨ªculo 512 del C¨®digo Penal, que castiga con penas de entre uno y cuatro a?os de inhabilitaci¨®n a "los que en el ejercicio de sus actividades profesionales o empresariales denegaren a una persona una prestaci¨®n a la que tenga derecho por raz¨®n de su ideolog¨ªa, religi¨®n o creencias, su pertenencia a una etnia, raza o naci¨®n".
El brasile?o D. G. se encontraba en Catalu?a estudiando el pasado verano cuando acudi¨®, en la noche del 9 de agosto, al mismo local Nayandei. No se le permiti¨® pasar alegando que era gitano. Cuando el cliente sac¨® su m¨®vil para llamar a la polic¨ªa, los guardias de seguridad se lo sustrajeron y uno le dio un pu?etazo en un ojo. El tel¨¦fono no lo recuper¨®, pero acudi¨® a la polic¨ªa a denunciar el caso, que acab¨® archivado, seg¨²n SOS Racismo.
B. P., un cantante gitano y educador social, sali¨® de copas el pasado 18 de junio por varios locales del Marem¨¤gnum y s¨®lo intent¨® entrar en uno de ellos, Caipirinha. No lo logr¨® porque, seg¨²n el vigilante, ten¨ªa el pelo largo. El problema era el color de su piel, porque un representante de SOS Racismo que tambi¨¦n llevaba melena no tuvo ning¨²n problema.
"No echamos a nadie por el pelo"
"Nosotros no echamos a nadie del local porque lleve el pelo largo o corto, sino por su compostura en general", explic¨® ayer Francisco Garc¨ªa, director del local Caipirinha, uno de los establecimientos en los que, seg¨²n SOS Racismo, se produjeron expulsiones racistas. Garc¨ªa explic¨® que los hechos denunciados no son ciertos, porque no son "racistas". En su opini¨®n, si estas acusaciones fueran ciertas, dif¨ªcilmente se comprender¨ªa que en ese local trabajen camareros y camareras de origen marroqu¨ª o venezolano "con papeles en regla". Garc¨ªa explic¨® igualmente que en el local que ¨¦l dirige se aplica un criterio de admisi¨®n muy similar al del resto de establecimientos y que guarda relaci¨®n "con la compostura en el vestir".
SOS Racismo admite en la denuncia que tanto la ley de 1990 sobre polic¨ªa del espect¨¢culo como el reglamento que la desarrolla son muy ambiguos y conceden a los locales amplios m¨¢rgenes para establecer las condiciones de acceso para los clientes.
Sin embargo, en ning¨²n caso est¨¢ justificado que estos requisitos puedan ser discriminatorios y de ah¨ª que estas conductas est¨¦n penadas por el C¨®digo Penal. Esta ambig¨¹edad ha llevado a los propietarios a inventar unos requisitos muy peculiares que utilizan como filtro para negar el acceso, como la exigencia del carnet de socio a algunas personas con un determinado color de piel que para otras no se aplica. El pasado mes de julio se aprob¨® un nuevo decreto que mantiene esa ambig¨¹edad, pero que obliga a los locales a que las normas de admisi¨®n sean p¨²blicas y conocidas. En este sentido, el decreto obliga a que las normas est¨¦n especificadas en un cartel a la entrada del local.
En el caso de Catalu?a, la Generalitat ha delegado en los municipios la potestad de inspeccionar los locales y garantizar que cumplen los requisitos que marca la ley.
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