Un hombre del pueblo acosado por ETA
"No voy a vivir acobardado; si me quieren matar que lo hagan, pero, mientras tanto, voy a vivir como quiero". Jes¨²s Mar¨ªa Pedrosa, de 57 a?os, casado y con dos hijas, no dejaba de repetir ¨¦sta y otras frases similares a todos aquellos que recientemente hab¨ªan tratado con ¨¦l. Los ¨²ltimos a?os de su vida los vivi¨® acosado por los simpatizantes de ETA pero, reciamente convencido de sus ideas pol¨ªticas, no se dej¨® amedrentar y continu¨® militando en el Partido Popular, como antes hab¨ªa hecho en AP. Volvi¨® a presentarse a las ¨²ltimas elecciones locales -era concejal desde 1987- y fue elegido portavoz de ese grupo en el Ayuntamiento de Durango.Era un conservador que ya hab¨ªa militado en la desaparecida Alianza Popular y que particip¨® desde el principio en la creaci¨®n del PP en el Pa¨ªs Vasco. "Siempre estaba dispuesto a echar una mano al partido", apuntaban ayer fuentes populares. El sindicato nacionalista ELA le recordaba como el viejo militante de la central que era. Su portavoz, Germ¨¢n Kortabarria, tach¨® de "grave que se mate a una persona que ha sido elegido por sus propios conciudadanos para representarles, en este caso como concejal". El secretario general de ELA, Jos¨¦ Elorrieta, apunt¨® que la doble militancia de Pedrosa en la central y en el PP no representaba una contradicci¨®n y supon¨ªa un est¨ªmulo para el sindicato.
El edil asesinado hab¨ªa renunciado a ser escoltado por la Ertzaintza porque deseaba seguir realizando su vida de siempre. Pedrosa era un hombre de costumbres fijas, realizaba todos los d¨ªas el mismo itinerario entre su casa y el ayuntamiento y era parroquiano de los mismos bares, entre ellos el batzoki (sede social del PNV) de la localidad. A diario acud¨ªa a visitar a su madre, internada en un centro de salud situado justo en las cercan¨ªas de su domiclio. Esa rutina era perfectamente conocida por sus asesinos, que ayer le esperaban en una de las calles del centro del pueblo antes de dispararle el tiro mortal.
Sus vecinos dicen de ¨¦l que era una buena persona. "Creo que era un valiente; dec¨ªa lo que pensaba y no se callaba ante nadie. Eso s¨ª, respetuoso con todos", asegura un vecino de Durango, militante de otro partido, que prefiere ocultar su identidad. "Aqu¨ª nos conocemos todos y sabemos que hablar es situarse en un puesto de la lista de ETA", asegura.
Le gustaba la vida municipal y en tres ocasiones represent¨® a su partido en el consistorio.Hab¨ªa dirigido una empresa y en las ¨²ltimas fechas, aquejado de una enfermedad, hab¨ªa optado por limitar su trabajo s¨®lo a las tareas municipales. El nombre del edil figur¨® el pasado mes de octubre en unos carteles amenazantes colocados por simpatizantes de ETA contra los cuatro concejales del PP de Durango -Juan Jos¨¦ Gazta?azatorre, Eduardo Barrutia y Juan Agust¨ªn Villafranca, adem¨¢s del propio Pedrosa-, con frases como "si quer¨¦is la guerra, la vais a tener". En los carteles aparec¨ªan sus direcciones particulares y sus n¨²meros de tel¨¦fono, as¨ª como la fotograf¨ªa de dos de ellos, y se les apuntaba como "responsables de la dispersi¨®n y de la tortura [de los presos de ETA] y, por tanto, culpables". "Todos alguna vez nos hemos planteado que por ser concejal del PP en el Pa¨ªs Vasco puedes ser objetivo de ETA. Sin embargo, eso no te puede obsesionar. Por eso ¨¦l viv¨ªa como quer¨ªa", dec¨ªa ayer Villafranca.
El 17 de abril pasado, varias personas se concentraron ante los domicilios particulares de Pedrosa y de los otros tres ediles del PP en protesta por la situaci¨®n de los presos etarras. En medio de esa campa?a de acoso, una de las peores situaciones que vivieron su esposa y sus dos hijas fue cuando descubrieron que alguien hab¨ªan colocado en el portal de la casa una esquela con el nombre del concejal ayer asesinado.
Jes¨²s Mar¨ªa Bizkarra, militante del PNV y que iba a convertirse en su consuegro en unmes, apunta que Pedrosa era "un hombre comprometido con su pueblo y con sus ideas, pero que respetaba a todo aquel que opinase de forma diferente". Bizkarra recuerda las decenas de discusiones que ambos mantuvieron sobre pol¨ªtica: "Nuestras posiciones eran absolutamente contrarias y las discusiones que entablabamos eran fuertes. Ahora me viene a la cabeza las veces que le dije a Jes¨²s Mari que todo se puede negociar. Y mira por donde esos de ETA de los que tantas veces hemos hablado le han pegado un tiro y le han matado", lo dice con emoci¨®n y angustia. "Son dif¨ªciles las soluciones para encontrar la paz, y hoy no s¨¦ si el di¨¢logo sirve o no para algo", a?ade Bizkarra.
Pedrosa, como reconocen algunos de sus convecinos que confiesan no identificarse con sus ideas pol¨ªticas, era un hombre entregado a su pueblo y apoyado por muchos ciudadanos del municipio. En Durango, donde el PNV gobierna con el 40% de los votos, el PP ha aumentado el n¨²mero de votantes en los dos ¨²ltimos comicios, municipales y generales.
No llevaba escolta cuando ETA comenz¨® su campa?a de asesinatos contra los ediles del PP y no la llevaba ahora, tras el fin de la tregua, porque estaba convencido de que si iban a por ¨¦l servir¨ªa para muy poco. "Quien le ha pegado un tiro sab¨ªa a qui¨¦n se lo daba. No es un atentado s¨®lo contra un concejal del PP, sino contra un hombre del pueblo", se dol¨ªa Bizkarra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.